Universidad de Córdoba: elecciones en la obra social Daspu, en un cuadro de vaciamiento

Enfrentemos el ajuste votando a la lista 15 en docentes, y 14 en no docentes.

Por: Marcelo Gaf. 

Este 9 de noviembre se desarrollarán las elecciones de Daspu, en medio de una crisis extraordinaria de la obra social que es previa a la pandemia, pero que se ha profundizado durante la misma. Desde la Coordinadora sindical Clasista impulsamos listas independientes de docentes y no docentes para defender la salud de lxs afiliadxs.

Ante el desfinanciamiento y el vaciamiento prestacional, apuntamos a desarrollar la participación de los afiliadxs otorgándole voz y voto sobre la dirección de la obra social. Por eso entre los planteos centrales impulsamos una asamblea general de afiliadxs definir el rumbo de la Daspu, junto a un programa de conjunto.

Las listas que integra la CSC enfrentará a 4 listas en el claustro no docente, y a 3 listas en el claustro docente que son armadas desde el rectorado, las distintas camarillas universitarias y las conducciones sindicales de AGTUNC y Adiuc, las cuales no pueden dar una salida en función de los intereses de lxs afiliadxs, ya que son sus responsables y cómplices de la crisis en curso.

En los distintos lugares de trabajo se expresa el malestar frente a varios aspectos: prestaciones médicas y odontológicas y Sedes que, pese a haberse levantado las restricciones de pandemia, aún no han vuelto a funcionar obligando a los afiliados a pagar coseguros a los prestadores externos. Además, hay un plantel de profesionales cada vez más menguado por renuncias y denuncias de destratos, recortes en coberturas y prácticas, coseguros que aumentan por encima de los incrementos salariales.

La crisis de Daspu es responsabilidad del rectorado y las distintas autoridades universitarias y de los representantes de Agtunc y Adiuc que desde hace años se mantienen en el control de la obra social a la que usan como una gran caja negra para sus propios intereses y el de los prestadores. Para desarrollar este accionar incumplen la convocatoria a las asambleas ordinarias y extraordinarias previstas en el inciso c) artículo 14 del Estatuto Daspu, aprovechando su falta de reglamentación respecto a detalles para las convocatorias, evitando así rendir cuentas de su gestión.

El ajuste en la obra social

Hoy en día una parte de los 2.500 afiliados que diariamente concurrían al primer nivel de atención en Daspu, frente al descuido en los consultorios propios y la demora en los turnos, migró a clínicas y sanatorios privados, en particular al Grupo 1, Hospital Privado, Sanatorio Allende e Instituto Modelo de Cardiología.

Si se multiplica unos 1.750 afiliados (70% de los 2.500 afiliados diarios), por ejemplo, por los $400 que cobra de coseguro por consulta el IMC, se puede ver que hoy salen de los bolsillos de los afiliados $700.000 diarios o $10.500.000 mensuales en concepto de coseguros que ingresas a las cajas de los prestadores externos privados.

Otro factor clave es la vigencia de valores de códigos y prácticas en el Nomenclador de Prestaciones que ante la falta de una política por parte del Consejo Directivo que haga valer el prestigio y el volumen de afiliados frente a las pretensiones de las grandes corporaciones privadas y los laboratorios, permite que estos impongan valores desmedidos, lo que a término lleva al desfinanciamiento. Este desfinanciamiento se agrava, considerando además la depreciación y precarización de los salarios universitarios que condiciona los recursos tanto de trabajadores como de la Obra Social.

 

Recuperar la obra social para sus aportantes y verdaderos dueñxs: lxs afiliadxs

Más que nunca es necesaria la intervención de las y los trabajadores universitarios para revertir esta situación, mediante la urgente convocatoria de la asamblea de afiliados para definir un nuevo rumbo en la Daspu. Llamamos a la más amplia unidad de docentes, no docentes, investigadores, empleados y jubilados para recuperar la obra social para sus aportantes.

Este 9 de noviembre el voto en defensa de Daspu es el voto a lista 15 en docentes y 14 en no docentes para tener una voz independiente de las distintas autoridades universitarias y de las conducciones sindicales subordinadas a ellas. Enfrentemos el ajuste con la izquierda.

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