"El próximo jueves se sabrá quién es quién", anticipó el jefe del interbloque de senadores, José Mayans, respecto a la convocatoria a una sesión especial para discutir el rechazo al DNU. Si los senadores de otras bancadas que reaccionaron contra el decreto actúan en consecuencia, el Ejecutivo podría sufrir un duro traspié en la Cámara alta, luego del tratamiento de la ley Omnibus en Diputados.
Por FERNANDO CIBEIRA
"Como decía Perón 'llegó la hora de la verdad', y el próximo jueves se sabrá quién es quién en la sesión especial", sostuvo el jefe del interbloque de senadores de Unión por la Patria, José Mayans, luego del pedido realizado a la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, para tratar el próximo jueves 1 el rechazo al DNU de Javier Milei. Mayans dio por hecho que Villarruel debía acceder a la solicitud -"es obligatorio", consideró- y que ese día los senadores que se manifestaron contra el megadecreto en estas semanas debían actuar en consecuencia, levantando la mano por el rechazo.
Sería una derrota política para la Casa Rosada dos días después de la sesión prevista en Diputados por la media sanción de la ley Omnibus, que navega en un mar de dudas por las diferencias que persisten con la oposición dialoguista. Dos traspiés en la misma semana en el Congreso entraría en la categoría de desastre para una gestión que desborda de amateurismo en lo referido a la negociación política.
Como inmediata reacción al contundente paro y movilización del miércoles, el interbloque de UxP en el Senado remitió el pedido de sesión especial a Villarruel. Consideran que el plazo para la conformación del comisión bicameral de Trámite Legislativo que debe dictaminar sobre el DNU se venció, así que ya puede tratarse directamente en el recinto. El oficialismo no se expidió sobre esta cuestión reglamentaria, pero para la principal de la Cámara no hay dudas al respecto. "La ley nos obliga a hacerlo", aseguró la senadora Juliana Di Tullio, que encabeza el sub bloque Unidad Ciudadana, a El Destape Radio. Entre las bancadas de Di Tullio y la de Mayans alcanzan 33 senadores, a sólo cuatro del quórum para la sesión y del rechazo al decreto.
Es cierto lo de Mayans. Si los senadores actúan en sintonía con lo expresado cuando el Presidente firmó el decreto, sobrarían votos para el rechazo. En principio, los tres peronistas disidentes del bloque Unidad Federal -el correntino Camau Espínola, el entrerriano Edgardo Kueider y la cordobesa Alejandra Vigo- en su momento rechazaron el DNU. A ellos habría que sumarle los dos senadores misioneros, la representante de Río Negro y algunos distribuidos en diferentes bancadas. Por ejemplo, la neuquina Lucila Crexell -del flamante bloque Cambio Federal- o incluso el presidente de la UCR nacional, Martín Lousteau, se expresaron en diversas ocasiones en contra del DNU. "No se acredita ni la necesidad ni la urgencia en la mayoría de sus artículos, no se exhiben los fundamentos, para modificar o derogar cada una de las trescientas leyes", escribió Crexell en un artículo en Perfil.
"Estamos hablando con los demás bloques", comentó Mayans en una entrevista radial, precavido. En Unión por la Patria quedaron en alerta luego de lo sucedido con el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, y los tres diputados que le responden, que a último momento decidieron respaldar la ley Omnibus en el plenario de comisiones y separarse de la bancada para armar su propio bloque "Independencia". Jaldo justificó semejante actitud en que el Gobierno había cumplido con las modificaciones que acordó, que tenía que ver con la no derogación de la ley del Azúcar.
En UxP resaltaron que entre los firmantes del pedido de sesión especial estuvo el senador Juan Manzur, claramente diferenciado de la posición de su comprovinciano, a quien por otra parte lo une una larga historia de desencuentros. Los restantes dos diputados tucumanos -Pablo Yedlin y Carlos Cisneros- alineados con Manzur se mantuvieron en el bloque y ayer dieron muestras de seguir alineados con la conducción nacional. "Los tucumanos pueden estar tranquilos", avisó Yedlin, quien subió imágenes de un encuentro con Sergio Massa y Malena Galmarini.
El alerta está, pero las perspectivas son buenas. En especial luego del paro y movilización del miércoles, que mostró al peronismo de nuevo activo y en las calles, canalizando la bronca que se empieza a juntar en sectores de la sociedad al entender que el grueso del mega ajuste recaerá en los trabajadores y los jubilados, no en la "casta" que había prometido Milei. Con todo, antes de la sesión especial en el Senado será la de Diputados por la ley Omnibus, cada vez más complicada en los artículos clave que pretende el ministro de Economía, Luis Caputo. Dos derrotas en una semana sería un duro golpe para un gobierno que recién arranca. Para evitarlo, deberán mostrar dosis de pericia política que, hasta ahora, brilló por su ausencia.
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