Las encuestas tras el arranque de la precampaña auguran el avance de la coalición Podemos-Izquierda Unida, por delante de los socialistas. El Partido Popular mantendría su ajustada victoria y Ciudadanos, el cuarto lugar.
Por Flor Ragucci
Página/12 En España
Desde Barcelona
España está otra vez de pre-campaña electoral. Casi seis meses después de que los candidatos sacaran su mejor sonrisa para conquistar a un electorado sumamente fragmentado, los principales líderes políticos del país vuelven ahora a las plazas para convencer a la ciudadanía de que todavía es posible confiar en ellos. Se repiten las caras, se repite la mayoría de propuestas pero en la carrera hacia las elecciones generales del 26 de junio, además de los recortes presupuestarios en las campañas- todos los partidos se comprometieron, por ejemplo, a no volver a pegar carteles en las calles como medida de austeridad- otros cambios se avecinan con respecto a los comicios del pasado 20 de diciembre.
La primera gran diferencia es la fusión de Podemos e Izquierda Unida (IU) en la plataforma Unidos Podemos, cuyos secretarios generales formalizaron la semana pasada, tras ratificar el acuerdo con el voto de sus respectivos simpatizantes. La coalición de izquierdas podría reconfigurar el mapa político español si, como auguran los últimos sondeos, consiguiera adelantar al Partido Socialista (PSOE) y se colocara en la segunda posición, por detrás del Partido Popular (PP). Según la encuesta realizada por Metroscopia para el diario El País de este domingo, Unidos Podemos lograría el anhelado “sorpasso”- término italiano que significa “adelantar” y que España adoptó en las últimas semanas como nombre para la posibilidad de que las izquierdas superen al PSOE - si mañana mismo se fuera a las urnas.
El sondeo atribuye a la coalición encabezada por Iglesias una estimación de voto del 23,2%, es decir, un punto y dos décimas menos que la suma de lo que obtuvieron ambas formaciones por separado el pasado 20-D pero- debido a las arbitrariedades de la ley electoral española- esa caída porcentual no evitaría que al ir juntos sumen más escaños que en las pasadas elecciones. Además de que, de confirmarse estos resultados, se desmontarían los vaticinios que apuntaban a que la unión de Podemos e Izquierda Unida no iba a mantener los votos que obtuvieron en su día por separado.
Esta remontada por la izquierda inquieta a todos.
El candidato del PP y todavía presidente en funciones Mariano Rajoy puso el grito en el cielo desde las primeras horas de la nueva confluencia y alertó a sus posibles votantes en un video de pre-campaña que su partido es “la esperanza de la España moderada”, frente a una “alternativa extremista” que describe como “un disolvente de todo lo bueno”. Más allá todavía fue Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso, con un tuit emitido minutos antes de conocerse el apoyo de las bases de IU a la unión con Podemos en que afirmaba que “Por fin Podemos se quita la careta y se une a IU para retratarse como lo que son: los viejos comunistas de siempre”.
Pese al evidente malestar que le ocasiona a la formación conservadora la flamante coalición de izquierdas, entre las filas del PP no pierden la calma, dado que las últimas encuestas siguen concediéndoles la victoria. El sondeo de Metroscopia pronostica que Mariano Rajoy consolidaría su primera posición con un apoyo del 29,9%, un punto y dos décimas más que el respaldo que obtuvo en las pasadas elecciones de diciembre, con lo que nuevamente ganaría- con una mayoría muy ajustada- y se repetiría la compleja coyuntura que impidió, tras meses de negociaciones, la formación de un gobierno.
Quienes sí tienen más motivos para estar preocupados son los socialistas. No lo tiene fácil su candidato, Pedro Sánchez, si se cumplen los vaticinios de las encuestas. Según el estudio publicado por El País, el PSOE retrocede casi dos puntos (1,8) respecto al resultado del 20 de diciembre, mientras ve además cómo su principal adversario en la izquierda le sobrepasa. Posiblemente desgastado por el fracaso de su “misión” de formar gobierno, el partido socialista afronta ahora su segunda oportunidad en las urnas oponiéndose ya frontalmente al grupo de Pablo Iglesias y reforzando su apuesta por el centro del arco político.
Pedro Sánchez aseguró ayer en una conferencia celebrada en Madrid que el líder de Unidos Podemos no lograría el vaticinado “sorpasso” y que, como después de los comicios celebrados en diciembre, no utilizaría sus escaños para desalojar a Mariano Rajoy permitiendo la vuelta del PSOE a la Moncloa. “Si el PSOE no gana las elecciones no habrá cambio. Si dependo de los votos de Iglesias, estoy convencido de que nunca apostará por un presidente socialista”, auguró Sánchez, en una nueva llamada al voto útil que pretende concentrar en torno al PSOE gran parte del apoyo de quienes buscan que Rajoy no salga reelegido. La dirección socialista considera que muchos de quienes votaron a Iglesias en diciembre lo hicieron para que este impidiera la continuidad del PP, cosa que no hizo al rechazar sumarse al pacto que Sánchez firmó con Ciudadanos.
Por su parte, ahí sigue la formación de Albert Rivera, firme en su propuesta de centro derecha, en férrea oposición a Podemos e IU, capaz de pactar tanto con el PSOE como con el PP y, sin haber hecho ningún giro estratégico, con un resultado levemente mejor que en los anteriores comicios, de acuerdo al estudio de Metroscopia. Ciudadanos obtendría unapoyo del 15,5%, es decir, 1,6 puntos más que en el pasado diciembre y podría volver a jugar un papel determinante si, junto al partido de Rajoy, sumara mayoría absoluta.
Pero si las urnas de junio tienen muchas posibilidades de ser diferentes de las anteriores por la aparición de un nuevo bloque de izquierdas, también las tienen por el alto porcentaje de abstención que se pronostica. Las encuestas estiman una expectativa de participación de un 68 %, cinco puntos menos que el pasado 20-D, y seis menos que la media histórica desde que hay democracia. Este descenso se debe en parte al descrédito que sufrieron los partidos tras el fracaso de las negociaciones para formar gobierno y a que, al cansancio de la ciudadanía, se le suma la coincidencia de estos nuevos comicios con un feriado muy importante en la mayoría del Estado, el de la noche de San Juan.
La baja participación podría favorecer al PP si, como ocurre en cada cita con las urnas, quienes “no fallan” son los votantes conservadores que, alentados además por las promesas de su líder no dejarán pasar la oportunidad defrenar “el extremismo de izquierdas” que supone para ellos la confluencia de IU y Podemos.
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