En las últimas horas, y a casi un mes y medio de las elecciones primarias, el Frente Progresista de la ciudad se mostró todo junto, en simultáneo con el proceso de oficialización de listas. Allí, se ratificó el triunfo de la lista Propuesta Marplatense encabezada por Vilma Baragiola, en la que ninguno de sus oponentes llegó al piso para compartir la nómina. También se ratificó una interna fue feroz. El Frente no le permitió a la lista ganadora ir pegada a la lista seccional y nacional y, además, el nivel de fragmentación que mostraron en Mar del Plata llegó a tal punto que se convirtió en una de las ciudades donde más listas se presentaron para disputar la interna.

Lo cierto es que a pocos días de iniciarse la segunda etapa electoral del año con vistas al 27 de octubre, todos los sectores del Frente Progresista se mostraron juntos. Hago especial hincapié en el JUNTOS por que es difícil que en tan poco tiempo puedan haber constituido la unidad.

Después de la pérdida del poder municipal a manos de Acción Marplatense en 2007, el radicalismo entró en un estado de convulsión casi permanente donde los lazos internos quedaron (y aún siguen) muy deteriorados y la falta de una línea o proyecto político que los contenga los pone más a la deriva. Vale recordar que el radicalismo y su marco de alianzas en las últimas tres elecciones fue diferente, y lo que parece una batalla a todo o nada no es más que un movimiento táctico de segundo nivel. Basta recordar que en 2009 la Coalición Cívica llegó a las elecciones con un marco de alianzas parecido al actual, pero en 2011 fue en alianza con Francisco de Narváez, para llegar a reencontrase con sus viejos aliados.

Ahora, ¿la interna saldó las diferencias y cohesión o en pos de un objetivo superior las profundizó? La lista ganadora es una lista solamente radical y no contiene ni a los radicales que perdieron, ni a socialistas, ni al GEN, ni a Libres del Sur. En palabras de un dirigente del Podemos, Víctor De Gennaro, que se retiró del Frente Progresista al ingresar el radicalismo, “las demás fuerzas vamos a ser víctimas de la interna radical y el frente perderá su perfil plural y renovador”.

La foto de hace dos días presenta una imagen para nada despreciable si se tiene en cuenta que el Frente Progresista, en la suma de sus partes, fue la ganadora de la elección para concejales. Si hay una mínima cuota de solidaridad y grandeza por parte de sus integrantes, esta juntada se transformará en unidad y les permitiría recuperar fuerzas para constituirse en alternativa electoral de cara al 2015, independientemente de las alianzas nacionales y provinciales. Además, podrían mostrar un espacio de poder local, algo que en general no suele pasar porque los alineamientos nacionales y provinciales se dan por tierra con los armados locales.

Sólo el tiempo y las urnas mostrarán si los vecinos de la ciudad ven en este armado una opción que representa al conjunto de esos electores, más allá de las disputas entre sus integrantes. Otros dos que quieren mantenerse en el ring electoral son Emiliano Giri que, independiente de la baja performance tendrá Francisco de Narváez -producto del huracán Massa- mantiene un ritmo persistente de trabajo mostrando proyectos y propuestas para poder llegar al piso necesario e ingresar al Concejo Deliberante de la ciudad, y Carlos Arroyo, la sorpresa de agosto, que tuvo propuestas del massismo para mostrase juntos y ver cómo esos 13 puntos porcentuales le aportan a la lista del intendente de Tigre algunos votos más que le permitan revertir la muy mala elección de sus dirigentes a nivel local.

Por el lado de Acción Marplatense, esta semana que pasó terminó de marcar que “al que nace barrigón, es al ñudo que lo fajen”. La negativa de la concejal Marcela Amenábar de AM de aprobar la entrega de la distinción al Compromiso Social a Emilce Moler, dio por tierra todos los intentos denodados que tiene Gustavo Pulti por reconvertir a su fuerza de centro derecha en una fuerza progresista nacional y popular. La concejal cometió un acto de sincericidio y dejó expuesto a toda AM al escándalo político y en ridículo a Pulti, que está intentando bajar la nómina del FpV que encabeza Daniel Rodríguez. En los pasillos de la Casa Rosada se escuchó decir: “Si éste no puede ordenar a sus concejales para votar un proyecto de declaración, cómo va a poder cuidarnos los votos en octubre. Por lo menos la boleta de Cheppi nos garantiza que los propios nos voten y no terminen en cualquier lado”.

Amigo, amiga, de esta Columna de Miércoles espere con ansiedad las próximas emisiones, porque se viene la primavera donde todo florece y todo lo que no pasó hasta ahora, pasará.