María Eugenia Giroldi dialogó mano a mano con La Auténtica Defensa. "Estoy totalmente convencida que si no hay unidad, el peronismo no gana. La unidad es fundamental, tanto a nivel local como provincial y nacional", aseguró. Además, no descarta la posibilidad de volver a la política e, incluso, liderar una lista.
Pergaminos le sobran. Creció en un hogar que aportó dos intendentes a Campana, fue funcionaria del ejecutivo local y provincial. Incluso, como abogada, tiene un paso por el Poder Judicial de la provincia. María Eugenia Giroldi le concedió una entrevista exclusiva a La Auténtica Defensa para hablar de política, por ahora desde el llano.
"El desgaste de la función pública es fuerte. A veces terrible. Cuando lo hacés con pasión no te das cuenta, pero te termina pegando en la familia, en el físico… le ponés todo a eso. Cuando asumí en Acción Social durante la gestión de mi mamá (Stella Giroldi), había dado a luz hacía 3 meses. No es fácil estar, no es fácil coordinar, no es fácil gestionar; y además, hacer política", dice.
La charla ya va por la mitad, y el agua del mate está fría. La que levanta temperatura, a pesar de tratar de ser medida (se le nota) es María Eugenia. "La gente -dice- ya no espera por el cambio prometido por el actual gobierno y empieza a comparar. También hay que convenir que la política es bastante cíclica, por lo menos en la Argentina. No sé si esta conversación, tres o seis meses atrás hubiera sido en estos términos. Hoy estamos hablando de la unidad de un partido, de posibles candidatos, de otra situación económica del país y otro humor de la gente respecto al gobierno".
También dice que a la ciudad la ve "linda", que "Sebastián (así se refiere cuando habla del Intendente Abella), trajo muchas obras a la ciudad". Pero señala que esas obras son posibles porque durante las gestiones de Jorge Varela y Stella Giroldi "se hicieron obras de infraestructura de otra magnitud. Cuando se hizo el Plan de Desarrollo Estratégico Soñar Campana (que sería fantástico actualizarlo o hacer uno nuevo porque esta ciudad no para de crecer) hubo una decisión de pensar también a largo plazo. Eso fue y es evidente. Y lo digo como ciudadana común, porque hoy no ocupo ningún cargo político o público. Claro está que no puedo evitar la condición de ser hija de dos personas que dieron muchísimo por su ciudad y que me transmitieron la pasión por la política: la herramienta fundamental de cambio de la vida de cualquier habitante de un país. La política es fundamental en lo cultural, lo económico, lo social. Desde la política se puede transformar la historia, y de hecho, mucha gente lo hizo. Una puede hacer las autocríticas puertas adentro del partido, eso implica que todos se sienten a debatir en qué se falló para que el pueblo no nos haya renovado su confianza".
-¿Queda algo de aquella pasión?
-Sí, siempre... La política me vio crecer, fue parte de mi vida. Somos tres hermanos que se criaron en un mismo ambiente; y de los tres la que siente ese amor, ese orgullo; creo que soy yo. Crecí, me gustó, acompañé y después, por circunstancias de la vida, me corrí. En el 2015 la vida me golpeó fuerte. Perdí al papá de mis hijos y tenía por delante el desafío de hacerme fuerte para seguir criando a una nena de 2 años y a un nene de 7. Cuando tenés un golpe así, tus hijos están primero. Pero la política marcó mi vida para bien. Hay hijos de padres políticos que les reprochan la falta de tiempo familiar, por ejemplo. No es mi caso: yo estoy sumamente orgullosa de la prestación de servicio que hicieron mis viejos a la ciudad. Desde ese lugar, puedo decir que volver a participar es una posibilidad. Nunca cerré la puerta. Lo cierto es que hay etapas y hay que saber correrse cuando una no está, por diferentes motivos, dispuesta a dar todo. Una en su trabajo también da todo para que salga lo mejor posible, para crecer, apuntar a más. La política es lo mismo. En mi familia, estar al servicio del vecino fue una concepción de trabajo y de vida. Y me gustó.
-Entonces, ¿te gustaría volver a ese terreno?
-En algún momento de mi vida, sí. ¿Cómo no?
-¿Te ves seguido con tu mamá?
-Todos los días. Tenemos una relación muy cercana.
-¿Y de qué hablan?
-De política, siempre. Muchas veces coincidimos, otras tantas no. De lo que sí estamos de acuerdo es que no va a ser fácil la unidad del peronismo local; y estoy totalmente convencida que si no hay unidad, el peronismo no gana. La unidad es fundamental, tanto a nivel local, como provincial y nacional. Pero tampoco creo que sea imposible. A ver… no estoy participando, aunque siempre algún llamado hay. Para lograr la unidad del peronismo en Campana tiene que haber una figura aglutinante como lo fue Varela en su momento, por ejemplo. Eso es lo que falta.
-Sin embargo, habría algunos que se destacan del resto: Trujillo es el actual presidente del partido. Calle, tiene un particular protagonismo desde el bloque de concejales. Romano, pareciera que está tomando envión…
-Con Oscar (Trujillo) trabajé cuando fuimos gestión en Campana. El es un gran profesional y es una excelente persona. Romano, además de apreciarlo muchísimo como persona y como médico, creo que descubrió esa pasión de la que hablábamos antes. Es una persona muy querida en Campana, y creo que realmente se metió a la política por vocación. En Campana nos conocemos todos, al menos en el peronismo. Hablamos de gente que es de Campana. Y dentro del peronismo tenemos un abanico muy amplio: llámese Trujillo, llámese Soledad Calle, Romano, Jendrulek… la misma Stella Giroldi o Pedro Orquiguil. Tenemos gente con potencial y además con trayectoria; que son de Campana, lo que para mí es fundamental.
-¿Si te metés, tu mamá te apoya?
-Yo diría que sí ¿vos qué opinás? (sonríe). Estoy en una etapa de mi vida en la que mis hijos están más grandes. La política me gusta. Me crié en este ambiente. Participé en política. Me formé junto a dos referentes de peso... La verdad, me gustaría, en algún momento, volver a participar más activamente. El espacio se verá. Mis convicciones están intactas.
-En el caso de liderar una lista, ¿Te sentís con la espalda para afrontar eso? ¿Tenés ganas?
-Si a una le gusta, y tiene experiencia… Habría que evaluar el contexto, pero claro que me gustaría. Extraño no tener herramientas para resolver los problemas de la gente. Pero también aprendí que hay que ocupar el lugar que una puede ocupar y no el que cree que puede ocupar. Como decía Jorge (Varela): "El sillón es uno solo, muchachos". Entonces, también hay que saber acompañar. Yo juego por la camiseta, por el partido, por mis convicciones. Si le da a Fulano (no voy a dar nombres), acompaño a Fulano. Es muy difícil de explicar, y es algo que se tiene que sentir y yo lo siento así. No sé si todos están dispuestos. Por eso entiendo que, la unidad, depende de lo que cada uno sienta y también de dejar las mezquindades de lado. Animar nos podemos animar todos, después hay que ver a quién le da de verdad. No es fácil liderar, ni es para cualquiera.ni es para cualquiera.
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