Este lunes se inauguró el Aula Universitaria de la Universidad Nacional del Centro que funciona en la Unidad Penal N° 27 de Sierra Chica, con el objetivo de darle a los detenidos estudiantes mejores posibilidades de aprendizaje.
El programa articula y promueve la educación y la extensión en las Unidades Penales de la Zona Centro de la Provincia a través de acciones, proyectos y programas de las diferentes unidades académicas de la Unicén y vinculaciones/articulaciones con instituciones y actores sociales que participen de estos ámbitos.
Del acto participaron el secretario de Extensión de la Unicén Mag. Daniel Herrero, el subdirector de Educación de la Unidad N° 27 prefecto mayor Víctor Villar, el director de la Unidad prefecto mayor Miguel Pacheco, el subdirector de Asistencia y Tratamiento prefecto Juan Piorno, Javier Turchi, en representación de la jefatura del Complejo Pentenciario Zona Centro y la coordinadora del Programa "Universidad en la cárcel" la Mag. Analía Umpiérrez. Participaron además estudiantes y no docentes de la Universidad.
Días atrás Umpiérrez habló de la educación en las cárceles explicando que "estamos pensando en cultura como ámbito de intervención social y acceder a la cultura permitiéndole llegar a zonas que en su tiempo de libertad no han podido". Se habla de "gente que no ha podido tener acceso a una cultura amplia en términos de consumos culturales, en términos de expresión popular", añadió la docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales.
Umpierrez asevera que la cárcel forma parte de la sociedad y "tiene un sentido para nuestra construcción. Como sociedad hemos instalado que haya cárceles y no otra cosa". El salir, el recuperar la libertad hace aún difícil "el regreso laboral y afectivo. Es una deuda muy importante también a futuro. El después es como un abismo más allá de la experiencia que haya reunido. El retorno es un corte importantísimo y muy difícil de sostener". Y queda flotando en el aire la pregunta de "cuando salgo, ¿dónde vuelvo?", expone la profesional.
En la misma línea de análisis, observa que "la educación es una herramienta" y el objetivo debería ser pensar "cómo mejorar las condiciones para estos sectores sociales que están al margen de todo aunque poner en la educación esa responsabilidad exclusivamente es de riesgo porque por sí sola no lo puede resolver. Hay que pensar la educación en el conjunto y en qué proyecto social y qué lugar tiene la educación".
La estrategia debería ser un llamado a pensar "qué proyecto de ciudad y sociedad queremos, donde la cárcel tenga menos peso" buscando "hacer cosas antes". Y para finalizar, Analía Umpiérrez habla de una tradición de escuelas primarias y secundarias dentro de los contextos de encierro donde "la universidad está llegando tardíamente al ámbito de las cárceles" a pesar de que existen "experiencias que datan de los años 90 aunque fueron acciones pero sin continuidad. Hubo presencia pero que no se lograron consolidar".
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