La aceptación de los 3 millones que le correspondían por la explotación de la mina Agua de Dionisio, fue rechazada por el Consejo Superior alegando que se debe bregar por un desarrollo sustentable y no contaminante. Fue por 28 votos a favor del rechazo y dos en contra de los consejeros de la FCAI de San Rafael.
La sesión del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo que se realizó el miércoles quedará en la historia por varias cosas, pero fundamentalmente porque se sometió a votación la aceptación de tres millones de pesos que provienen de una explotación minera, y el resultado, impulsado firmemente por el rector Daniel Pizzi, terminó en el rechazo de ese dinero.
Profesores, estudiantes, egresados y personal de apoyo académico de la Universidad, votaron el rechaza a fondos que se giran a las universidades nacionales y que se extraen de la megaminería, y el resultado fue de 28 votos a favor, dos en contra con una abstención.
En la presentación, Pizzi abrió señalando que "Desde la UNCuyo se rechazan estos fondos provenientes del sector minero en el escenario actual del contexto ambiental y normativo. La Universidad no se opone a la actividad, pero si tiene una responsabilidad en el debate y tratamiento de temas estratégicos para la sociedad, y el de la minería es uno de ellos, porque es importante para avanzar en un cambio de matriz productiva de Mendoza".
El Rector fundamentó su pedido al Consejo en la necesidad de dar una muestra política sobre la necesidad de revisar el escenario actual de la minería en relación al ambiente, a los recursos económicos, a la problemática social y a la legislación de fondo que administra también los aspectos económicos de impuestos y regalías de la explotación minera.
En coincidencia con Pizzi y la mayoría de los miembros del Consejo, el vicerrector Jorge Barón no aceptó el financiamiento de la UNCuyo con los recursos de la minería pero declaró que a la actividad no debe negársele por sí misma. "El rol de la Universidad es el de aportar el conocimiento para promover una minería con una estrategia sustentable desde el punto de vista técnico, ambiental, social y económico", explicó Barón.
La crítica central se basa en los mecanismos actuales que regulan la actividad, pero significa también una fuerte toma de postura, sobre todo teniendo en cuenta que, cuando se hacen las audiencias públicas y se analizan las DIA (Declaraciones de Impacto Ambiental) de las empresas las universidades son entidades consultadas.
Por último, otros consejeros coincidieron en que el rol de la UNCuyo es el de generar conocimiento para contribuir a una actividad sustentable con técnicas que reduzcan cada vez más el impacto ambiental y para aportar al rol que debe cumplir el Estado en la regulación de la actividad
La aceptación de fondos mineros fue rechazada por 28 votos, mientras que dos votos fueron afirmativos para aceptarlos - del consejero Fernando Freire, de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria de San Rafael, y un representante estudiantil de la misma institución- y una abstención del consejero estudiante de la Facultad de Ciencias Agrarias.
Los fondos provienen de la mina Agua de Dionisio, que está administrada por una UTE entre el Estado nacional, la provincia de Catamarca y la Universidad Nacional de Tucumán. Las ganancias se reparten entre los dos últimos y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Esa última parte se divide entre todas las universidades nacionales.
Comentá la nota