El matancero resiste la embestida de los intendentes para buscar su reelección como jefe del peronismo bonaerense. Ayer los jefes comunales le vaciaron una reunión. Hoy se definen candidatos.
"(Fernando) Espinoza todavía no quiere entrar en razón, no entiende. Por eso vamos a ir y se lo vamos a explicar de manera explícita, en otros términos. Si no se baja, le vamos a vaciar el PJ y se va a quedar sólo". Los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires vaciaron ayer un encuentro convocado por el matancero, presidente saliente del Partido Justicialista bonaerense, y hoy montarán una reunión paralela en Capital Federal para definir los términos y el tono que tendrá el encuentro con Espinoza para resolver quién será el nuevo jefe a partir del 17 de diciembre.
Existen tres requisitos indispensables, de acuerdo con el bloque de intendentes del peronismo. El futuro presidente del partido debe ser un jefe comunal, no debe tener aspiraciones electorales 2019 y, por supuesto, queda excluido Espinoza. Su apego al kirchnerismo y la derrota del partido en 2015, sumado al ascenso de María Eugenia Vidal básicamente definen un cambio de época en el peronismo. "Unidad con renovación" es el lema que impulsan Gustavo Menéndez (Merlo), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Fernando Gray (Esteban Echeverría), entre otros. Estos mismos jefes comunales son los mismos que vaciaron el encuentro convocado por Espinoza ayer en la sede de Matheu a la que asistió Alberto Descalzo (Ituzaingo) como vocero de sus colegas para notificar a Espinoza del ultimátum peronista: se baja de la reelección del PJ o se vacía el partido. Después de Descalzo llegaron embajadores de la CGT como Héctor Daer y Omar Plaini, quienes también le deslizaron a Espinoza la necesidad de renovar la conducción del partido. En otros términos, "los que se fueron" como Sergio Massa, Diego Bossio o Florencio Randazzo no están dispuestos a volver con Espinoza como jefe máximo a partir del 17 de diciembre de 2017.
Hasta anoche había tres anotados para la elección interna de fin de año que el PJ busca evitar para llegar a una lista de unidad. El ultrakirchnerista Walter Festa (Moreno) -alienado con la Cámpora-, el mismísimo Espinoza y Menéndez, de Merlo. De no haber unidad hoy podría sumarse a ese lote Gray impulsado por el sector de Insaurralde. Los disidentes se reunirán hoy a la tarde en Capital Federal. Anoche no estaba definido si la cumbre previa al encuentro en Matheu sería en las oficinas de Insaurralde o de Julio Pereyra (Florencio Varela).
El peronismo bonaerense llega así al cierre de listas para definir la sucesión del kirchnerista Espinoza sumido en una crisis interna que tuvo ayer a Insaurralde posando junto a María Eugenia Vidal en Lomas de Zamora el día después de que los intendentes del PJ aportaran votos a Cambiemos para aprobar el Presupuesto 2018. A pesar de la presencia de Espinoza y de Verónica Magario la tarde-noche del martes en La Plata, los intendentes peronistas se desmarcaron y blindaron el Presupuesto del oficialismo bonaerense.
A pesar de la resistencia del kirchnerismo, encabezada por Espinoza, Magario y un sector de La Cámpora, la gobernadora Vidal logró la aprobación de plan de ingresos y gastos para el próximo año. Lo hizo con Insaurralde como pivot para sumar votos peronistas que llegaron a partir de las gestiones de intendentes como Juan Pablo de Jesús (Partido de la Costa), Hugo Corvatta (Saavedra), Eduardo "Bali" Bucca (Bolívar, candidato a diputado de Florencio Randazzo), Gabriel Katopodis (San Martín, randazzista en tránsito) y Patricio Mussi (kirchnerista en transición), entre otros. El cocktail dejó la interna del peronismo bonaerense al rojo vivo y a Espinoza en una situación de aislamiento político a menos de 48 horas del cierre de listas ante la Junta Electoral del PJ bonaerense.
La aprobación del Presupuesto se celebró el martes por la noche en la residencia de la Cámara de Diputados provincial en La Plata con Manuel Mosca como anfitrión. El titular de la Cámara baja fue junto a Federico Salvai, y a Hernán Lacunza en lo técnico, el artífice del acuerdo con los intendentes del PJ. Un trabajo fino y discreto al que también aportó el ministro de Gobierno, Joaquín de la Torre, terminal directa para sumar los votos de Sergio Massa. Hubo menú de tres pasos y presencias de la oposición como Marcelo Díaz, del GEN; Hernán Doval (Frente para la Victoria, municipales) y el randazzista Andrés Quinteros. El oficialismo estuvo representado por Mosca, Alejandra Lorden y el radical Maximiliano Abad, quien brindó por su futura jefatura del bloque Cambiemos en la Legislatura bonaerense, un gesto hacia la UCR y en especial a Ernesto Sanz.
Vidal consiguió la aprobación del Presupuesto 2018 siguiendo el manual que diseñó la Casa Rosada también para la negociación con los gobernadores peronistas. Bajó Ingresos Brutos a la industria, la construcción, el comercio, también los sellos al registro de inmuebles y autos, se eliminaron exenciones impositivas a los partidos políticos y a los gremios, y alícuotas diferenciales a algunas cámaras empresarias y entidades rurales.
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