Tenés un asado y decidís relajarte con un fernet o una copa de vino. Una o dos, nada más. Cuidado: según los especialistas, ese vaso de alcohol, aunque parezca inofensivo, repercute en el organismo.
Aumenta la frecuencia cardíaca y disminuye las funciones respiratorias y motoras. Si eso le ocurre a alguien que tiene que manejar un vehículo, las posibilidades de que se produzca un accidente aumentan. Por este motivo, el Gobierno nacional impulsa un proyecto de ley de “tolerancia cero al alcohol” en las rutas. Es decir, si llega a ser aprobado, quien deba conducir no podrá ingerir ni una gota de alcohol. Si lo hace y es descubierto, será penalizado.
El ministro del Interior y Transporte de la Nación, Florencio Randazzo, presentó el año pasado el proyecto en la Cámara de Diputados y esta semana pidió a los parlamentarios que apuren su tratamiento, ya que la considera clave para reducir la inseguridad vial. En caso de ser aprobada, el Gobierno nacional tiene previsto invitar a las provincias y municipios a adherir a esta regulación, de modo que se aplique en todo el país.
Actualmente, la Ley Nacional de Tránsito 24.449, establece que no se puede conducir con más de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre en caso de conductores de vehículos particulares; 0,2 gramos si se trata de un motociclista. Los choferes profesionales (transporte de pasajeros o de carga) no pueden ingerir nada de alcohol.
En Salta y en Córdoba ya rige la tolerancia cero. En los controles de alcoholemia provinciales y municipales que se realizan en Tucumán se aplican los valores que establece la Ley 24.449.
El proyecto nacional de “tolerancia cero” despierta opiniones a favor y en contra. Entre aquellos que consideran que una medida de este tipo es positiva se encuentra Juan Ángel Palavecino, subdirector de Emergentología de la Provincia. Cree que ayudará a reducir la cantidad de accidentes a corto plazo. Agregó que el alcohol es el principal factor de riesgo para que se produzcan accidentes. Igual, el médico destacó que debe ser complementada con la Educación Vial, una herramienta a largo plazo.
Palavecino informó que del total de intervenciones de Emergentología, los accidentes de tránsito representan el 40%. Agregó que, de todas ellas, entre un 40% y un 50% están vinculadas con el consumo de alcohol, según datos de esa repartición, de los hospitales y de la Policía. “Si se prohibe el consumo para los conductores, esos números van a bajar considerablemente. De todas formas, hemos visto ya una disminución desde que comenzaron a hacerse los controles de alcoholemia hace algunos años”, opinó.
El secretario de Transporte de la Provincia, Benjamín Nieva, aseguró que entre sus planes se encuentra aplicar en la provincia la “tolerancia cero” al consumo de alcohol al volante. “Estoy de acuerdo con esta propuesta nacional. Es una tendencia a nivel mundial: si tomás una copa no podés manejar y a eso apunta la conducción responsable. Los países escandinavos son referentes. Espero que esta iniciativa tenga acogida en nuestra Legislatura, donde ya se planteó el debate -aunque no hay elaborado ningún proyecto- y que lleguemos a cumplir ese objetivo”, destacó Nieva.
El presidente de la comisión de Transporte del Concejo Deliberante capitalino, Esteban Dumit consideró importante el proyecto nacional, de todos modos, hizo algunas observaciones. “Lógicamente merece el mayor respeto. Pero hay que tener mucho cuidado al establecer los límites, ya que hay alimentos y hasta medicamentos que llevan alcohol y que pueden influir en la medición. Hay que estudiar bien la propuesta”, indicó Dumit y aclaró que en el Concejo no hay ningún proyecto de ese tipo.
El Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones (PUNA) es uno de los actores que desarrollan el programa “Activá tu control”, junto con el Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA) y con la Cámara de Boliches. Los preventores recorren bares y boliches, y les proponen a los conductores que no consuman alcohol (es decir, que se conviertan en “conductores designados”). A cambio, les ofrecen bebidas sin alcohol gratuitas, entre otros beneficios. Matías Sánchez, director del PUNA, no cree que la “tolerancia cero” sea una buena medida. Considera que hay que apostar a la “reducción de daños”: concientizar a la gente que consume para que evite el alcohol al conducir. “Hay que trabajar sobre prevención y no sobre tolerancia. Nosotros, en lo que va del año, llevamos unos 3.000 conductores designados a la calle. Cuando empezamos (hace poco más de un año), lográbamos convencer apenas a unos seis por noche; hoy tenemos hasta 35”, indicó Sánchez.
Para Estrellas Amarillas, se trata de una medida más
Menos de dos minutos pasan entre que Marcela Reales toma aire para contar su historia y el instante en que sus ojos se ponen vidriosos. En un bar de Yerba Buena, sentada de espaldas a la esquina que se cruza en todas su pesadillas, la hermana de Cecilia Reales vuelve a contar cómo siguió su vida desde el día en que una copa rota la cortó por la mitad.
El 3 de febrero de 2009, Cecilia, hermana gemela de Marcela, le dio un beso a su único hijo -en ese entonces tenía 11 meses- y salió a trabajar al Hospital de Niños. La médica tomó la calle Moreno hasta la avenida Aconquija, cuando un auto conducido por un adolescente de 16 años la chocó. La muerte vino a buscarla casi de inmediato. “Fue a las 6.40 -precisa Marcela- y los chicos volvían de una fiesta. Nunca pudo comprobarse el estado de ebriedad, porque los propios padres impidieron que se hiciera el dosaje. Pero a nosotros no nos caben dudas, porque en el auto encontraron botellas de fernet y de coca, y el policía que primero intervino declaró que el menor estaba alcoholizado, por el olor que despedía y por el modo de comportarse”, cuenta.
El dolor por la pérdida es inmenso, pero a veces se entrecruza con la rabia: “creo que si no hubiese estado el alcohol de por medio -reflexiona con alguna dificultad- el sentimiento hubiese sido distinto. Te da mucha bronca la imprudencia, la irresponsabilidad y el poco valor que le han dado a la vida de mi hermana. Pero trato de no alimentar ese sentimiento, porque no me lleva a ningún lado”.
Clara Pucheta perdió a su hermano Marcelo el 10 de julio de 2010, a las 5 de la mañana. Circulaba por la zona de El Cristo vendiendo diarios, como todos los días, cuando una camioneta lo atropelló y se dio a la fuga. El responsable del hecho se presentó a las tres semanas, cuando era inviable hacer un dosaje alcohólico. Pero por la velocidad a la que circulaban, el horario y los aportes de algunos testigos, la familia de la víctima cree que el conductor estaba alcoholizado.
Marcela y Clara son docentes universitarias, ambas viven en Yerba Buena, pero lo que cruzó sus caminos fue la tragedia. Después de las lágrimas fundaron Estrellas Amarillas Tucumán, una organización que busca despertar conciencia sobre la seguridad vial y que reúne a varios familiares de víctimas de accidentes. En cada lugar donde hubo una muerte, ellas pintan estrellas amarillas -aseguran que ya han perdido la cuenta-, pero además organizan campañas de sensibilización sobre estos temas.
Desde 2011, ellas se han puesto la camiseta y se animan a opinar sobre las iniciativas de “tolerancia cero” al alcohol en los caminos. “Yo pienso que es una medida más, pero que no viene a solucionar los gravísimos problemas de la seguridad vial”, anticipa Marcela. Clara la releva y va más allá con su razonamiento: “yo creo que es una medida muy extrema sin tomar otras decisiones antes: tolerancia cero a los baches en la calle, que matan gente; tolerancia cero a la falta de iluminación en ruta, tolerancia cero a los controles que se esquivan con coimas, tolerancia cero a los excesos de velocidad... tolerancia cero a que alguien mate con su auto y pueda seguir andando tranquilamente por la calle, como nos pasó a nosotros. No es fácil salir a la calle y saber que no hay ninguna penalidad para la persona que mató a tu hermano o a tu ser querido”, concluye.
Menos siniestros en Salta
En marzo de este año, Córdoba se convirtió en la primera provincia en bajar el límite de alcohol en sangre a cero para los conductores de vehículos particulares que manejen en sus rutas. Luego le siguió la ciudad de Salta (la norma rige en la capital y en Campo Quijano).
Ahora, la Legislatura salteña aprobó una ley similar que se aplicará en el resto de esa provincia. Fernando Echazú, presidente de la Comisión de Tránsito del Concejo Deliberante salteño, manifestó que la norma fue positiva. “Se ha reducido un 25% la ocurrencia de siniestros viales, según las estadísticas del Registro Provincial de Antecedentes de Tránsito”, dijo.
Echazú puntualizó que en la ordenanza incorporaron la figura del trabajo comunitario, pena que se le aplica al conductor al que se le detecta menos de 0,5 de alcohol en sangre.
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