El profesor Pasquino señala que el electo mandatario de Estados Unidos está más interesado en México y China que en el viejo continente. Y que podría haber consecuencias sobre la OTAN si Trump dedice que los estados europeos no aportan suficiente dinero para dicha alianza militar.
Desde Roma
Europa está preocupada por saber cómo marcharán sus relaciones con Estados Unidos a partir del 20 de enero, día de la asunción del flamante presidente Donald Trump. Pese a que luego de la sorpresiva victoria del candidato republicano algunos gobiernos que se habían manifestado abiertamente a favor del presidente Barack Obama y los democráticos hicieron un pequeño paso atrás, las preguntas siguen en pie. ¿Qué sucederá? ¿Se verán afectadas las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos, incluso dentro de la OTAN? ¿Podrá el magnate inmobiliario de Nueva York alterar los equilibrios internacionales conseguidos hasta ahora poniendo en juego antes que nada su amistad con el presidente ruso Vladimir Putin? ¿Favorecerá esto el avance de la derecha en el mundo?. En una entrevista con PáginaI12 el prestigioso analista y profesor emérito de Ciencias Políticas, Gianfranco Pasquino, respondió a estas preguntas.
– ¿Cuáles son las posibles consecuencias de la elección de Donald Trump en la Unión Europea?
–Es difícil decirlo. Trump no conoce nada de Europa. No tiene ninguna información, a no ser que encuentre algún consejero competente... Trump dirá muchas cosas que luego no sabrá hacer. Europa debe quedarse tranquila, debe tratar de definir qué tipo de relaciones quiere establecer con Estados Unidos y a ese punto se tratará de encontrar algunos acuerdos. Pero todo esto es muy poco claro todavía. Como es poco claro cómo será la presidencia de Trump. Trump está muy interesado por un lado en México y por el otro en China, pero poco interesado en Europa.
–¿El escaso interés de Trump en Europa y su acercamiento al presidente ruso Putin, podría tener efectos negativos en la Organización del Atlántico Norte (OTAN)? (N. de la R: la alianza militar de la que participan Estados Unidos y Europa, entre otros, y que nació después de la Segunda Guerra Mundial para contrarrestar el poder soviético)
–Podría haber consecuencias sobre la OTAN si Trump decide, por ejemplo, que los estados europeos no aportan suficiente dinero a la OTAN para la propia defensa. Y esto podría ser un problema. Pero no sabemos aún cómo será. Ha dicho cosas que ciertamente debilitan a la OTAN. Ha dicho por ejemplo que no hay necesidad de antagonizar a Putin, incluso ha recibido una carta de felicitaciones después de su elección de parte del presidente ruso. La OTAN debería prestar mucha atención a esto. Porque Putin es de todas maneras un adversario. Si Trump decide tratar directamente con Putin, indirectamente la OTAN se debilita.
–¿Cómo puede cambiar el ajedrez mundial ahora que los dirigentes de los dos países, que en principio se odiaban, parecen grandes amigos?
–El problema es que Putin es un autócrata, un hombre que controla de manera no democrática los organismos de Rusia, que tiene una política internacional que no puede ser aceptada por los Estados Unidos. Trump debe pensar dos veces antes de asumir una actitud condescendiente respecto de Putin. El otro problema es que en realidad los europeos están divididos. Algunos tienen una posición suficientemente dura contra Putin. Otros en cambio, como Italia, mantienen una actitud ligeramente más blanda porque tienen absoluta necesidad de conservar buenas relaciones comerciales y recibir el gas ruso.
–Hay quien decía que después de Brexit y de Trump, el próximo golpe de la derecha iba a ser la victoria del NO en el referendo que sobre la Constitución se hizo en Italia el 4 de diciembre.
–Esto es un error gravísimo porque el NO no estuvo solo apoyado por la derecha, sino que hubo componentes de izquierda muy relevantes, como yo mismo. Por lo cual, es una mentira decir que una victoria del NO es una victoria de la derecha. Tampoco hay ninguna razón para decir, como algunos afirman, que Italia saldrá de la Unión Europea. Esto es una mentira en la que han caído algunos medios de difusión europeos. Me preocupa este tipo de análisis porque significa que los periodistas que escriben eso, no conocen suficientemente Italia.
–¿El populismo está avanzando de manera incontrolable en Europa después de la elección de Trump en su opinión?
–El populismo ha crecido en Europa. Pero yo no diría que se trata de una avanzada incontrolable. Ha crecido, algunos gobiernos tienen matices populistas. En Europa el populismo no ha ganado en ningún lado. Hay tentaciones, en Hungría, en Polonia. Decir que Europa ha sido arrasada por el populismo es un error. Estamos en una fase, tanto Estados Unidos como Europa, en la que ha disminuido la cultura política de los ciudadanos pero también la cultura política de los líderes. Podemos decir que hay una crisis en materia de liderazgo. Tal vez la única en condiciones de proyectarse como líder es la canciller alemana Angela Merkel.
–¿Qué dice en cambio del avance de la derecha? ¿No será más fácil con Trump en el gobierno?
–No. A la derecha europea no le será más fácil avanzar ahora. Trump es único, por suerte. Un hecho que lo demuestra en parte es que en las primarias presidenciales francesas del centroderecha, el más votado fue el gaullista François Fillon, no Nicolas Sarkozy, que está más a la derecha y tiene algunos matices a la Trump.
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