El Gobierno precisa y mucho que el presidente de los EE.UU. ayude a traer divisas financieras del FMI, pero el proteccionismo podrá impactar negativamente en la Argentina
Por Mariano Cuparo Ortiz
Aunque la asunción de Donald Trump disparó euforias en el Gobierno, lo cierto es que no todas sus promesas de campaña tendrán un impacto positivo en la economía local si llegan a materializarse. Si bien para el Gobierno es decisivo que Trump ayude a destrabar desembolsos del FMI, el proteccionismo en EE.UU. implicaría una apreciación del dólar que no solo impactaría en una baja de los commodities, sino en un mayor atraso cambiario. Su impacto en las exportaciones afectaría también a una recaudación tributaria que estará golpeada por el fin del impuesto PAIS y los adelantos ya realizados de BB.PP.
En ese sentido, desde la previa electoral en EE.UU., más precisamente desde octubre, la devaluación del real brasileño se disparó y pasó desde BRL5,40 a BRL6,04, una suba de casi el 12%, lo que generó una fuerte apreciación del peso en su relación con la moneda de Brasil, el principal socio comercial histórico y del 2024 en particular, con el que hubo déficit en la cuenta bienes, según los datos de Aduana.
El tipo de cambio real bilateral con el país vecino mostró un fuerte atraso y bajó desde los 81,3 puntos desde principios de octubre hasta los 73,5 puntos actuales. Un nivel por cierto históricamente bajo e inferior a 75,5 puntos en los que se encontraba cuando el Gobierno actual decidió devaluar para recuperar competitividad.
A esa diferencia entre la devaluación de algunos socios comerciales y la política cambiaria local, una vez consumado el triunfo electoral de Trump, la detalló la consultora Vectorial: “En el resto de los países emergentes, la consecuencia inmediata fue una depreciación de sus monedas (es el caso el yuan chino, el peso méxicano, el real brasilero), descontando una política comercial más proteccionista de los EEUU, lo que eleva el tipo de cambio de equilibrio de dichos países. Esto resulta perjudicial para el plan Milei-Caputo, en tanto implica automáticamente una mayor apreciación del tipo de cambio real multilateral”.
En cualquier caso, la verdadera política del nuevo gobierno de los EE.UU. está por verse. Si efectivamente Trump eleva aranceles y baja impuestos a nivel interno, la esperada baja en las importaciones y el ingreso de divisas financieras podrá apreciar el dólar, lo que, más allá de dejar apreciado al pesos por la regla de devaluación del 1% mensual, además implica una caída en el precio de los commodities, por la baja de la demanda esperable una vez que para el resto de los países se encarecen en dólares esos productos nominados en moneda dura.
En ese sentido, la baja del precio de los commodities, hoy en mínimos, ya es una amenaza certera sobre la economía local. Los productores inciaron hacia fin de año reclamos para que, dado el combo de atraso cambiario y caída en los precios internacionales más retenciones al 33% para la soja, haya medidas de alivio, a la sombra de la cadena de defaults declarados por empresas del sector. Vale destacar, en ese sentido, que el superávit de bienes cambiario es cada vez más chico y hace seis meses no alcanza para evitar el déficit de cuenta corriente que generan las salidas por turismo y por pagos de intereses. De ahí la necesidad del Gobierno de traer divisas financieras, para lo cual Trump fue un gran espaldarazo.
Desde el Grupo SBS, por otro lado, destacaron que para las cuentas fiscales de la Argentina en 2025 las posibles políticas de EE.UU. implican la chance de una caída en los derechos de exportación, exacerbada además por las amenazas de sequía y por una China que crece cada vez menos.
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