En tan solo unos días, el Presidente se reunirá con los líderes de Estados Unidos, Francia e Italia, en medio de las negociaciones con el FMI y el Club de París, y la expectativa por el posible acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea
Por Federico Galligani
Después de una semana marcada por el conflicto con los gremios aeronáuticos y en medio de fuertes debates en el Congreso, el presidente Javier Milei emprenderá una intensa agenda internacional, durante la cual buscará mostrarse junto a los principales líderes mundiales y atraer inversiones para la Argentina.
En tan solo unos días, el mandatario nacional tendrá reuniones privadas o se verá con sus pares de los Estados Unidos, Donald Trump (recientemente electo); de Francia, Emmanuel Macron, y de Italia, Giorgia Meloni, pero también de otros importantes países, e incluso representantes de la Unión Europea.
De hecho, en el marco del G20, que se va a realizar en Brasil, tiene previsto mantener una serie de bilaterales y, aunque todavía se estaba organizando la agenda, en el lugar estarán el canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, y el primer ministro del Reino Unido de Gran Bretaña, Keir Starmer, entre otros.
Hasta el momento, solamente está confirmado que no habrá encuentro a solas con el anfitrión del evento, Lula da Silva, pero sí podría ser una oportunidad para intercambiar palabras con el canadiense Justin Trudeau o, incluso, con el chino Xi Jinping, antes de su visita del próximo año a Beijing.
La primera parada del libertario será Mar-a-Lago, donde tiene su residencia el futuro jefe de Estado norteamericano, que antes de comenzar su segunda gestión encabezará un encuentro con los principales inversores que aportaron para su campaña.
En este contexto, Trump también hará un espacio en su agenda, entre el 14 y 15 de este mes, en medio de ese evento desarrollado por la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), para recibir de manera informar a Milei.
El argentino será el primer presidente con el que conversará en persona el republicano luego de su victoria en los comicios de su país, en los que le ganó por amplia diferencia a su rival demócrata, Kamala Harris.
Antes de las elecciones, el magnate recibió, también en Mar-a-Lago, al premier israelí, Benjamín Netanyahu, y al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, los aliados estratégicos que tiene en Medio Oriente y Europa.
Además, Milei será el único mandatario de América Latina invitado como orador en la cumbre de la CPAC, donde también se vería con el vicepresidente electo estadounidense, J.D. Vance, y los empresarios Elon Musk y Kenneth C. Griffin, fundador, CEO, jefe de inversiones y dueño mayoritario de Citadel, entre otros.
Como parte de la comitiva oficial formarán parte la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el flamante canciller Gerardo Werthein, que asumió hace unos días en el cargo, por lo que será su primera actividad de relevancia en su nuevo rol.
Más allá de las posibles inversiones, el encuentro podría servir para afianzar la relación bilateral con la cúpula de la próxima gestión de los Estados Unidos, un socio clave para la Argentina en las negociaciones por la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Con el FMI y Club de París se continuarán cancelando los pagos según el calendario previsto y no se prevé ningún ingreso de fondos. Se espera continuar con la cancelación de servicios de los programas vigentes con otros organismos internacionales de crédito, al tiempo que se suponen nuevos desembolsos”, explicó el libertario cuando presentó el Presupuesto para el 2025 en el Congreso.
En este sentido, luego de visitar a Trump, el Presidente volverá a Buenos Aires para tener una nueva reunión con su par de Francia, a quien ya vio en julio pasado, cuando lo visitó en su país y comenzó a dialogar también sobre el atrasado acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur.
A pesar de las diferencias ideológicas, los gobiernos de ambas naciones mantienen una buena relación, en gran medida por el embajador argentino en París, Ian Sielecki, quien trabajó en la campaña que llevó a Macron al poder.
El último acuerdo entre Argentina y el Club de París fue alcanzado en 2021, después de una larga negociación que se centró en la reestructuración de la deuda externa que el país mantenía con los 22 países miembros de este organismo multilateral.
Este acuerdo permitió al gobierno del entonces presidente Alberto Fernández aplazar los pagos, sin giros significativos entre 2022 y 2023, y comenzar a hacer frente a los 2.400 millones de dólares en deuda (que era el monto en ese momento) entre 2024 y 2027, estableciendo un plazo adicional de 3 años para empezar a realizar las transferencias más importantes.
El 18 de noviembre, en tanto, Milei estará en Río de Janeiro para participar de la cumbre de líderes del G20, donde se encontrará también el anfitrión del evento, Lula da Silva, con quien ya coincidió en el G7. Al igual que en aquella oportunidad, no está previsto que mantenga una bilateral con el brasileño, con quien tiene fuertes diferencias ideológicas.
Ante la expectativa por el posible acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, al que Francia se opone, la ministra de Agricultura de Macron, Annie Genevard, sostuvo que el tratado de libre comercio negociado entre estos bloques “no se firmará” en este encuentro.
En tanto, en esta oportunidad, el libertario podrá conversar, formal o informalmente, con los mandatarios de Alemania, Arabia Saudita, Australia, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos (Joe Biden), India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía, que también integran el G20.
Por último, el Presidente volverá a Buenos Aires y esperará aquí a la Primer Ministro italiana, Giorgia Meloni, que arribará a la capital argentina el 19 de noviembre y al día siguiente almorzará con él en la Quinta de Olivos.
Ambos líderes ya mostraron buena sintonía en el G7 que se realizó en la región de la Puglia, al que fue invitado por la propia dirigente europea, que lo recibió en el lujoso complejo hotelero de Borgo Egnazia, donde se realizó el encuentro de los siete países más poderosos del mundo en el que, por primera vez en la historia, estuvo también el Papa.
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