Se impuso en Indiana a Ted Cruz y nada parece frenar que sea el representante republicano en las elecciones de noviembre; un sondeo nacional le otorga un amplio respaldo en su partido
Por Rafael Mathus Ruiz
NUEVA YORK.- Donald Trump será el candidato del Partido Republicano en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Trump logró otra aplastante victoria en las primarias de Indiana, y le asestó un golpe letal a su principal rival, el senador ultraconservador de Texas Ted Cruz, que había apostado todo a un triunfo en ese estado, a sabiendas de que era la última oportunidad para detenerlo. Todo fue inútil: Trump conquistó, y Cruz, derrotado, puso punto final a su campaña, lo que allanó el camino para que el magnate inmobiliario vaya en busca de la Casa Blanca.
Acompañado por su esposa y sus hijos, Trump celebró la victoria que terminó por convertirlo en el estandarte de los republicanos en la Torre Trump, en Manhattan. Fue un logro histórico: una vez que sea ungido, en julio, en la convención de Cleveland, Trump será el primer candidato presidencial desde Dwight Eisenhower que nunca ocupó un cargo electo.
"Vamos a hacer a Estados Unidos grande de nuevo -dijo Trump, repitiendo su slogan de campaña-. Vamos a empezar a ganar de nuevo, y vamos a ganar en grande."
Unos minutos antes, Cruz, con su esposa, Heidi, a su lado, había aceptado la derrota en Indiana y anunciado el final de su campaña. "Dimos todo lo que teníamos, pero los votantes eligieron otro camino", reconoció. Al rato, el presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, reconoció a Trump como candidato en Twitter, y pidió unidad para derrotar a Hillary Clinton en noviembre.
Trump había llegado envalentonado a la elección en Indiana, que otorgaba sus 57 delegados al ganador, tras el garrotazo que le asestó a sus rivales y al establishment republicano en las primarias de la costa este, a fines de abril, donde se impuso por márgenes muy amplios que forzaron un reacomodamiento del tablero político.
Cruz fue el primero en reconocerlo. Necesitaba ganar si o si en Indiana, pero ninguna de sus movidas tuvo efecto. Forjó un desesperado pacto con el gobernador de Ohio, John Kasich, con quien acordó repartirse los estados restantes en las primarias para quitarle votos a Trump, y presentó a Carly Fiorina como compañera de fórmula, una alianza que duró seis días y que será recordada más por la canción que Fiorina cantó en la mitad de su discurso de presentación a las hijas de Cruz que por su impacto político.
Todo fue en vano, y en medio de todos ajustes quedó además en evidencia el desprecio que Cruz despierta en Washington: John Boehnner, una de las figuras tradicionales del partido, lo llamó "Lucifer en persona".
Cruz había dado rienda suelta a su frustración ayer, temprano, con una diatriba desprolija, sin cuartel, en la que llamó a Trump "mentiroso patológico", "narcisista", "galanteador serial" y lo defenestró por hablar de sus infidelidades y sus enfermedades venéreas.
"Este hombre es un mentiroso patológico. No sabe la diferencia entre la verdad y la mentira, y miente prácticamente cada vez que abre la boca", asestó Cruz, acompañado por su mujer, Heidi, y por Fiorina. Cruz no había ahorrado en dramatismos al hablarle a los votantes: "Todo el país depende de ustedes, todo el país los mira. Sólo Indiana nos puede salvar. Estamos mirando al abismo".
Fueron días difíciles para el senador de Texas. Cruz esperaba ganar en Indiana, un estado conservador donde uno de cada tres habitantes es evangélico, su principal base de apoyo. Pero Indiana también es un estado fabril, cuna de una noticia que Trump repite cada vez que puede en la campaña: el cierre de una fábrica de aires acondicionado de Carrier, que mudó su producción a México en busca de costos más favorables. Allí, Cruz se topó con un ambiente hostil. Basta ver un encuentro casual que tuvo con un grupo de seguidores de Trump. Cruz quedó descolocado al intentar convencer a uno de ellos de que cambiara su voto.
"Vas a darte cuenta mañana, Indiana no te quiere", le dijo un hombre que sostenía un cártel de Trump, parado frente a Cruz, ambos rodeados de cámaras. "Si fuera Trump, no hubiera venido a hablarte", le dijo Cruz. "Estados Unidos es un mejor país...", continuaba diciendo el senador, cuando el hombre lo cortó en seco: "Sin vos". Cruz no se detuvo: dijo que había una pregunta que todos debían hacer. "¿Sos canadiense?", le asestó el hombre, reiterando una de las líneas de ataque de Trump.
Cuando se dio cuenta que esa pelea estaba perdida, Cruz dio media vuelta, y se fue.
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