Donald Trump podría comenzar a festejar el martes si, como pronostican las encuestas, gana la primaria en Indiana y queda a sólo un paso de quedarse con la nominación presidencial del Partido Republicano para las elecciones de noviembre.
Tan determinante puede ser esa victoria que el senador texano Ted Cruz, su principal rival en la interna, hace varios días que se instaló en ese estado del noreste de Estados Unidos para profundizar su campaña y revertir los sondeos que hasta este lunes lo ubican entre 8 y 15 puntos porcentuales por debajo de Trump.
"Estoy aquí para largo, mientras tengamos un camino viable hacia la victoria", prometió este lunes Cruz en un acto de campaña en Osceola, Indiana, un estado que otorga la mayoría de sus 57 delegados al candidato que gane la primera minoría de los votos.
"Competiré hasta el final y la razón es simple: no se trata de mí, no se trata de Donald Trump, no se trata de ninguno de los candidatos, se trata nuestro país y nuestro futuro", agregó el senador ultraconservador de 45 años, según la agencia de noticias DPA.
Cruz consiguió el apoyo del gobernador de Indiana, Mike Pence, quien lo acompañará en uno de sus últimos actos en el estado, y también lanzó un agresivo spot televisivo titulado Mentiroso que enumera las "mentiras" que el magnate inmobiliario de 69 años contó sobre él durante la campaña presidencial.
Dispuesto a dejar todo en esta primaria, Cruz inclusive presentó a su candidata a vicepresidenta, la ex CEO y ex presidenciable republicana, Carly Fiorina, la semana pasada, en un intento por recuperar el protagonismo en los medios y ganarse el apoyo de sectores opositores más moderados.
Sin embargo, el lanzamiento de Fiorina no modificó las encuestas ni achicó la diferencia con Trump en Indiana.
Después de tres meses de primarias y caucus (asambleas populares), Trump ya sumó 1.002 delegados de los 1.237 que necesita para dominar la convención nacional del Partido Republicano en julio próximo y conseguir la nominación presidencial, según el conteo de la cadena de noticias CNN.
Lejos lo siguen Cruz con 572 delegados y el gobernador de Ohio, John Kasich, con 157.
Con sólo nueve estados y 502 delegados por disputarse, Trump necesita ganar menos de la mitad de ellos y, según los últimos sondeos publicados por la página web especializada, Real Clear Politics, la intención de voto está de su lado.
Sólo en California -el estado que más delegados otorga del país, unos 172- el multimillonario, que propone levantar un muro en la frontera con México y expulsar a todos los inmigrantes sin documentos y a los musulmanes, cuenta con una ventaja de más de 15 puntos porcentuales sobre Cruz.
Uno de los principales problemas que enfrenta la campaña de Cruz en estados con un amplio electorado moderado como California es que el senador texano construyó su candidatura como un férreo crítico del establishment republicano, pero tras el sorpresivo avance de Trump, se terminó convirtiendo en la única esperanza de la cúpula partidaria para frenar al empresario multimillonario.
El giro, defendido e impulsado por el liderazgo nacional republicano, no parece, sin embargo, haber convencido a una gran parte del electorado moderado de esa fuerza.
En el campo demócrata, en tanto, la interna perdió prácticamente toda su tensión y adrenalina, luego que la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, arrasara en las últimas primarias y quedara a sólo 200 delegados de la mayoría necesaria para ganar la nominación presidencial del oficialismo en julio próximo.
Aún quedan más de 1.000 delegados en juego en las primarias de los demócratas y sólo en Indiana el ganador se llevará la mayoría de 83.
Según las últimas encuestas publicadas por Real Clear Politics, Clinton mantiene una ventaja de entre 4 y 13 puntos porcentuales frente al senador Bernie Sanders.
Recientemente el veterano socialista prometió a sus simpatizantes en un acto de campaña que continuará participando de las primarias hasta el final, es decir, un mes más, pese a que ya no tiene chances numéricas de superar a la ex senadora y ex primera dama, quien se garantizó el apoyo de la mayoría de los llamados superdelegados, los representantes del partido que, sin ser elegidos, votan en la convención nacional.
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