La filtración de Wikileaks de cuentas de emails internos del Partido Demócrata durante la campaña presidencial permitieron confirmar que la cúpula de la fuerza jugó decididamente a favor de la ex secretaria de Estado y ex primera dama durante las primarias.

Las evidencias fueron tan contundentes que la entonces presidenta del partido renunció. Sin embargo, el senador Sanders decidió mantener su pre candidatura e, inclusive, apoyó la nominación de Clinton después de ganar la Convención Nacional demócrata.

Por eso, Trump eligió recordar esa reciente mancha negra de la oposición, en medio de la acumulación de denuncias, controversias y una creciente presión política por su resistida reforma de salud, todos elementos que se están sintiendo en las encuestas y que ya lo ubicaron en el peor nivel de popularidad desde que asumió.