Máximo K., Massa y los intendentes buscarán un equilibrio en la confección de las listas de la Tercera sección. Unidad, ante todo. Habrá 18 bancas en juego.
Por: Pablo Lapuente.
Con sus 4,2 millones de electores habilitados para votar en 12.287 mesas repartidas en 19 distritos, la Tercera sección electoral es una de las regiones más pobladas de la Argentina. Bastión histórico del peronismo y cuna de numerosos dirigentes con proyección nacional, se convirtió en el principal campo de batalla de cualquier elección. El año que viene se renovarán 18 bancas en la Cámara de Diputados, de las cuales diez están en manos del Frente de Todos (FdT), por lo que la confección de las listas para 2021 no será sencilla, aunque el valor primario que buscarán los líderes de los principales espacios será la unidad contra el macrismo. A esa mesa donde se confeccionarán las listas del peronismo se sentarán tres actores centrales: Máximo Kirchner, Sergio Massa y los intendentes.
La elección de candidatos cobra espesor no sólo por el número de bancas en juego sino por el peso político que tienen quienes las ocupan. Las de mayor relevancia serán las del lomense Federico Otermín, presidente de la Cámara -uno de los hombres de máxima confianza del intendente lomense Martín Insaurralde- y la del matancero Facundo Tignanelli, titular del bloque del Frente de Todos y responsable bonaerense de La Cámpora, un hombre de estrecho vínculo con el líder del espacio, Máximo K.
También ocupan lugares relevantes Susana González, integrante del Consejo de la Magistratura provincial y espada política del jefe comunal Mario Secco (Ensenada), Jorge D´Onofrio, que si bien es oriundo de Pilar, en la Primera sección, logró mantenerse en la Legislatura por ser uno de los principales referentes en temas de seguridad del Frente Renovador, y Julio Pereyra, un histórico del Partido Justicialista que fue varias veces intendente de Florencio Varela y tejió relaciones de proximidad con el por entonces presidente Néstor Kirchner y varios de sus funcionarios que hoy están nuevamente en la función pública.
Quedan los lugares de un grupo de dirigentes del justicialismo que responden a la territorialidad de sus intendentes, como Laura Ramírez, cercana a Fernando Espinoza (La Matanza); Fabiana Bertino, que reporta a Fernando Gray (Esteban Echeverría), y Cristina Vilotta, que ingresó en reemplazo del fallecido legislador Juan Carlos Haljan a mediados de 2019 y trabaja en la órbita de Mariano Cascallares (Almirante Brown). Al igual que Mariana Larroque, de la orgánica de La Cámpora, y el massista Nicolás Russo, el histórico presidente del Club Atlético Lanús que ya se lanzó para pelear por la intendencia de su ciudad.
Es, fundamentalmente, este grupo de líderes superestructurales integrado por Kirchner, Massa y los pesos pesados comunales como Insaurralde y Espinoza quienes tendrán interés e incidencia directa sobre el armado de las boletas seccionales el año que viene. Fuentes que circundan a varios de ellos reconocieron la complejidad natural de ordenar una lista, aunque remarcaron que primero estará la unidad para continuar en la pelea contra Juntos por el Cambio y sostener los distritos de cara al 2023, en el principal fuerte peronista del país.
Un grito de corazón
Tanto Otermín como Tignanelli aparecen como números puestos para buscar la renovación de sus mandatos, aunque, de todos modos, también estará en juego la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, instancia en la que podrían tener influencia, mientras que en su entorno observan a González con dinámica en su rol legislativo, por lo que podría buscar su renovación con el respaldo de Secco. El único que se quedaría afuera de la contienda es D’Onofrio, impedido por la ley que limita las reelecciones. Si bien no hay definiciones sobre muchos de los demás lugares, dirigentes de los territorios más populosos coincidieron en que la estrategia será mantener el equilibrio que obtuvieron en 2019.
Aquel año, el responsable de La Cámpora en la Tercera sección, Emmanuel González Santalla, encabezó la boleta de senadores, seguido por la por entonces exfuncionaria de La Matanza Ana Devalle y el otro hombre que se sienta a la mesa chica de Insaurralde, Adrián Santarelli.
De los 19 distritos de la región, el peronismo controla 15, la mayoría de manera ininterrumpida por varios periodos, con la salvedad de Quilmes, San Vicente y Berisso, que lograron recuperar Mayra Mendoza; Nicolás Mantegazza y Fabián Cagliardi de manos del macrismo, respectivamente. Por eso, la táctica será síntesis similar entre los tres espacios principales, La Cámpora, los intendentes y el Frente Renovador, bajo la lógica de ordenar listas únicas el año que viene y descartar las internas en distritos gobernados por el Frente de Todos.
“Vamos a respetar los lugares donde gobierne cualquier hombre o mujer del Frente de Todos. En cambio, donde gobierne la oposición, vamos a poner sobre la mesa que tenemos intenciones de disputar esos lugares porque tenemos con qué”, había remarcado el senador del massismo José Luis Pallares en entrevista con Letra P, una postura que también confió uno de los principales armadores de La Cámpora a este medio. “Tenemos intenciones de ganar otros distritos, pero ninguna idea de meternos en lugares que ya están ganados”, afirmó la fuente del kirchnerismo y precisó que el objetivo inmediato es fortalecer la gestión de los dos distritos que controla, Quilmes y Mercedes.
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