La falta de agua y la alta frecuencia de heladas ocurridas en gran parte del territorio provincial durante el invierno desplomó la producción de trigo, que este año terminará con un recorte del 67% con respecto a la cosecha anterior.

Así lo destaca el informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba que se publicó ayer y en el que se realiza la última estimación, ya en la recta final de la trilla, cuando queda poco menos del 20% de los lotes por levantar.

La escasez de lluvias comenzó en pleno invierno. Esto hizo revisar los planteos a muchos productores que tenían decidido apostar por ese cereal. De allí que el área a sembrar pasó de 1,6 millones de toneladas a 1,26 millones, lo que implicó ya un recorte del 22% en superficie.

Y aquellos lotes que finalmente fueron sembrados tuvieron enormes dificultades: primero, por las bajas temperaturas que se dieron de manera mucho más frecuente que años previos y, luego, por la falta de lluvias en momentos críticos del desarrollo de las plantas.

Esas condiciones climáticas provocaron que unas 378 mil hectáreas directamente no se cosechen, por los bajos rindes que observaron los productores en esos lotes. La ecuación económica no permitía ni siquiera costear la trilla. Eso dejó en total 886.200 hectáreas cosechables, lo que implica casi la mitad de las sembradas en el ciclo anterior en Córdoba. Las superficies cosechables cayeron un 41% interanual, según los cálculos de la Bolsa.

Por último, el rinde promedio en los lotes -como consecuencia de las condiciones climáticas adversas- cayó 44% y apenas alcanzaría los 16 quintales por hectárea. El máximo registrado por la Bolsa es de 26 quintales, con un mínimo de 10.

En el caso del departamento Río Cuarto, los rendimientos se ubicaron en torno al promedio, entre 15 y 20 quintales por hectárea. Del sur, los mejores resultados estuvieron en Juárez Celman, donde en general las cosechadoras marcaron más de 20 quintales, lo mismo que en Marcos Juárez, la zona de mejores condiciones agronómicas de la provincia.