Tres testigos afirmaron que Farré hostigaba a su ex mujer

Declaró el compañero de oficina de Schaefer, además del portero y el sereno del edificio de Recoleta en el que ella vivía; el jefe de seguridad de Martindale hizo revelaciones sobre los cuchillos usados en el crimen

Tres testigos complicaron la situación de Fernando Farré: declararon ante la fiscal de Pilar Carolina Carballido que su ex esposa, Claudia Schaefer, vivía atormentada por la mala relación que tenían. Esas declaraciones dan sustento a la escalada de violencia en la pareja que terminó hace una semana con el homicidio de la mujer en la casa del country Martindale, de Pilar.

Farré dejó ayer el recinto de sanidad de la Alcaidía N° 3 de Melchor Romero y pasó a un pabellón común. El traslado obedeció a que, según la evaluación realizada por las autoridades del penal, se habría recuperado del estado de shock en el que cayó luego del matar a su ex esposa.

En cuanto a las declaraciones, fuentes judiciales explicaron que un compañero de trabajo de Schaefer, que tenía su escritorio al lado del de ella, contó que Farré la controlaba y hostigaba constantemente.

También prestó declaración el encargado del edificio de Avenida del Libertador al 1700, en Recoleta, donde el matrimonio vivía con sus tres hijos antes de la separación.

Además, la fiscal y los defensores de Farré, Adrián Tenca y María Inés Bergamini Urquiza, el portero recordó que tenía una buena relación con Schaefer y que ella le comentó que tenía problemas en su matrimonio. Agregó que en alguna oportunidad la vio llorando por sus problemas de pareja y que Schaefer le contó sobre algunos maltratos que había sufrido.

Otro de los testigos fue el sereno del mismo edificio, que hacía el turno noche y que también detalló varias discusiones que tuvo la pareja. No obstante, aclaró que no tenía mucho trato con Farré y con Schaefer.

Según consignó la agencia de noticias Télam, Tenca afirmó: "Más allá de que fueron testimonios que mencionan la supuesta mala relación que había en el matrimonio, ninguno de los testigos dijo haber presenciado en forma directa ninguno de los presuntos maltratos, sino que todo lo que sabían era por lo que la víctima les dijo".

Ayer también declaró el jefe de seguridad de Martindale, testigo del hallazgo del cuerpo de Schaefer y de la revisión de la escena del homicidio en la casa situada en el lote 5 del country. Poco aportó sobre los momentos previos al asesinato porque no estaba en la casa, pero ratificó el acta sobre el secuestro de las armas homicidas y el lugar en el que estaba el taco con los otros cuchillos.

Aunque no presenció el homicidio, el testimonio del jefe de seguridad de Martindale fue considerado de extrema importancia porque habría ratificado que el taco con los cuchillos estaba en la cocina. De ese taco faltaban dos cuchillos, que fueron hallados en el vestidor de la habitación: son los que usó Farré para apuñalar 12 veces a su ex mujer.

La cuestión de los cuchillos y del taco del cual faltaban es de vital importancia; la cocina no estaba de camino entre el lugar en el que los abogados dejaron sola a la pareja y el vestidor. De eso se infiere que Farré había sacado los cuchillos antes de que llegara su ex mujer. Eso indicaría una planificación y premeditación que se contraponen con la hipótesis de la reacción intempestiva, de la teoría de la emoción violenta.

Hasta anoche, ninguna de las fuentes consultadas por LA NACION confirmó si había declarado el jefe de Schaefer en la oficina porteña de la bodega mendocina Salentein. Este ejecutivo fue mencionado por la víctima en la denuncia que realizó contra Farré ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia, el 2 de este mes.

En esa declaración la mujer señaló que Farré le había enviado un mail a su jefe para que la empresa dejara de pagarle los gastos de la camioneta que Schaefer usaba para ir a trabajar. Este pedido, según consignó la víctima en su denuncia, tenía como objetivo que ella vendiera la camioneta.

Aparentemente, esa exigencia de Farré se fundaba en su necesidad de hacer frente a los altos costos del mantenimiento familiar y en que ya había gastado sus ahorros para mantener el mismo nivel de vida.

Farré había dejado de trabajar en diciembre pasado y habría agotado su indemnización y otras reservas en la manutención de la familia.

Para hoy fueron convocadas tres vecinas del country que se cruzaron con el abogado de Schaefer cuando salió de la casa para pedir auxilio, luego de ver el cuerpo ensangrentado de la mujer. El lunes, la fiscal escuchará a la empleada doméstica que fue testigo directa -al igual que los tres hijos de la pareja- del ataque que Schaefer denunció en la OVD, cuando Farré le puso una rodilla en la cara..

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