Tregua en la tensión entre Macri y Bullrich por la agenda difícil en el Congreso

Tregua en la tensión entre Macri y Bullrich por la agenda difícil en el Congreso

En medio de la interna, el ex presidente y la ministra de Seguridad se comunicaron en una oportunidad. Tienen diferencias sobre el rol que debería jugar el PRO en este proceso. Semana cargada para el gobierno: fondos reservados de la SIDE y jubilaciones.

Por: Carla Pelliza.

Con todo por discutir, Mauricio Macri y Patricia Bullrich volvieron a contactarse. Todavía no está definido el futuro del PRO frente al nuevo escenario de competencia en el hemisferio de la derecha argentina, pero se sobreentiende que el poderío actual de Javier Milei va a suponer serias limitaciones al desembarco del ex presidente, en caso de darse esa posibilidad.

El presidente y la ex presidenta del PRO se contactaron una única vez después de haber cortado el vínculo. Fue para conversar sobre la custodia de Mauricio que, como todo jefe de Estado mandato cumplido, goza de los cuidados de la Policía Federal por haberse desempeñado en las más altas responsabilidades representativas del país y verse expuestos a riesgos, debido a esas tareas realizadas.

La relación está distante y fría. El hecho de que la conversación haya sido meramente formal es signo de un malestar evidente. Ninguno de los dos quiere mostrar, de momento, una pelea pública ni acrecentar los cortocircuitos ya que ambos entienden que sería perjudicial. Para los dirigentes y sus estrategias, una batalla propia de la casta no es necesaria en este momento, sobre todo porque la ciudadanía la está pasando mal y deberían mostrar gestión, no riñas por cargos y poder.

Bullrich está ubicada en un lugar de gestión, bastante activa, por lo que sus chances de mostrar resultados están al alcance de la mano, así como la obligación de no distraerse. Macri, en tanto, resolvió que el PRO tiene que mostrarse como un partido de ejecución, tanto en sus provincias como en sus municipios. Los dos eligieron la misma estrategia.

El problema central para la relación entre Mauricio y Patricia es la autopercepción. Mientras él se considera opositor colaborador, ella se entiende oficialista. Macri quiere negociar su ingreso y/o su apoyo al gobierno, mientras que Bullrich, por una cuestión de convicción, apunta a empujar el cambio sin favorecer intereses personales.

Hasta el momento, se avizoran posibles alianzas electorales a escala distrital, dado que la dinámica podría complicar una coalición a nivel nacional, pero no los pactos locales, con diferentes características y alcances. Cada provincia, cada municipio está gobernado en base a diferentes acuerdos políticos que, en el mejor de los casos, deberían mantenerse aún con un acercamiento entre el PRO y LLA.

Macri va a negociar lo suyo, y probablemente Bullrich también sume más dirigencia propia. Pero las necesidades de Mauricio, se espera, tendrán limitaciones. Nombres específicos con cualidades específicas para lugares específicos. Algo así como dirigentes para responder a las necesidades del gobierno, no una elección libre.

Lo cierto es que ya es imposible hablar del PRO como una unidad y habrá debates calientes que podrían dejar en evidencia esas diferencias internas. Uno de ellos, por ahora dilatado, es el que intenta saldar los nuevos miembros de la Corte Suprema. “La política ya decidió que no se va a dictaminar este miércoles”, dijo una fuente parlamentaria ante la posibilidad de que Macri y Victoria Villarruel hayan acordado dormir el tratamiento del pliego de Ariel Lijo. “El día que se reúnan o hablen, lo vamos a comunicar”, se lanzó desde el Senado.

Por cuestiones de agenda, no se esperaba un dictamen para esta semana, a lo que se le sumó la complicación para conseguir los votos necesarios para hacerlo y, luego, darle aprobación con 2/3 en el recinto. Se especuló con un interés de Mauricio por mostrar poder y subirse al tren de la postergación del debate pero, lo cierto, nunca fue una posibilidad avanzar esta semana.

El jueves, en tanto, hay intenciones de sesionar por la movilidad jubilatoria. El proyecto, con media sanción de Diputados, estipula una recomposición adicional del 8,1%, además de actualizaciones mensuales por IPC y una corrección anual del 50% de la variación salarial del RIPTE. Además, establece un haber mínimo que cubra 1,09 canastas básicas y el saldo de deudas con las provincias.

Con cuestionamientos a la referencia de la canasta básica para pactar el haber mínimo, así como con críticas a la obligación de cancelación de deuda entre Nación y provincias, desde una bancada dialoguista se graficó lo difícil de la situación, dado el contexto. “No voy a ser yo” quien le diga a los jubilados, después de que el gobierno le diera 100.000 millones de pesos a la SIDE y de que Javier Milei haya gastado otros cientos de miles en vuelos privados, “tenés que cobrar $2,50”. Un debate caliente.

El que también será un debate caliente es el de los fondos reservados de la SIDE. Ya fue oficialmente convocada la sesión, para este miércoles a las 12, para abordar el decreto de necesidad y urgencia que amplió en $100.000 millones esta partida. El encuentro fue solicitado por Nicolás Massot junto a otros legisladores de Encuentro Federal, la Coalición Cívica y la UCR.

Maximiliano Ferraro, diputado de la Coalición Cívica, denunció que “en menos de un mes se gastaron un total de $80.060 millones en gastos reservados, lo que representa el 77.57% del presupuesto ampliado” e interpeló a sus colegas a asistir para proveer de quórum a la sesión “para exigir la nulidad absoluta e insanable del DNU que aumentó el presupuesto anual para gastos reservados en más de un 3100%, y no conformarnos con un simple rechazo. Además, debemos exigir el reintegro de todos los gastos realizados hasta la fecha”.

Como contó El Destape, las miradas están puestas en 18 diputados de la UCR. Aquellos que dieron su voto afirmativo para incorporar este tema en la sesión de la semana pasada y que, se sobreentiende, deberían acompañar la convocatoria. Sobre esto, el diputado lilito, Juan Manuel López, alertó sobre posibles maniobras del gobierno para torcer estas voluntades. "El miedo es que hayan negociado dinero para las universidades, o que llamen a gobernadores para bajar a sus diputados", dijo en diálogo con CNN Radio.

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