Los intendentes del PRO se abroquelan y alambran el conurbano. Monzó y Frigerio quieren plantar a Carrió para sacarles poder. Salvai se acerca a los caciques peronistas para conseguir gobernabilidad para Vidal, que empieza a reclamar el fondo del conurbano a Mauricio Macri. La pelea es por quien tendrá el lápiz en 2017. Los intendentes peronistas serán los armadores de las listas, los caciques amarillos tienen que lograr lo mismo, con Jorge Macri como senador nacional.
El acto de este último viernes, si se quiere confirmó que hay una cabeza visible en el conurbano bonaerense dentro del PRO, que quiere sostener el poder especialmente para 2017 porque los intendentes tanto del macrismo como del radicalismo, necesitan su propia representación de las cámaras bonaerenses y lo que se vio en Lanús, en el Club Quintana apunta a esto.
Bajó la gobernadora María Eugenia Vidal con Federico Salvai a Lanús, a la tierra de Néstor Grindetti, y muchos medios dijeron que es un fuerte respaldo para el jefe comunal, pero hay otra lectura que indicaría que esa teoría es también bajarle el precio a Grindetti, que el mes pasado tuvo problemas con las noticias de los Panamá Papers.
Ni lerdo ni perezoso, el operador y presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, empezó a operar apenas se conocieron las novedades que involucraban (sin que se haya demostrado ningún delito y sin que esté imputado en alguna causa), y mandó a contactar a Grindetti a través de hombres como Federico Scarabino y Baldomero Cacho Álvarez de Olivera con el ofrecimiento de una “pata peronista” en el armado del PRO.
Por otra parte, Salvai, hizo lo propio para Vidal, para que la gobernadora tenga mayor tropa en ambas cámaras en 2017, y así fortalecerse para 2019, y fabricó una alianza (hasta el momento sólida) con los nuevos caciques peronistas, ofreciéndoles recursos y recibiendo de ellos algunos dirigentes que fueron a trabajar a pequeñas “cajas” descentralizadas de la gobernación.
Es lo mismo, que Scarabino y Álvarez salieron a ofrecer a la tropa que están tratando de armar en la Tercera, para reforzar el armado de Monzó, que responde de manera directa a Rogelio Frigerio.
Pero Mauricio Macri pidió una tregua y por ahora el pacto se estaría respetando, aunque es imposible saber por cuanto tiempo.
Los intendentes amarillos
Son pocos, pero no son débiles, y nos estamos refiriendo a los intendentes del PRO que se reunieron en Morón, para una foto que dice más de lo que muestra. Allí estuvieron los dos líderes del conurbano Jorge Macri y Grindetti, además del anfitrión (que dejó de ser el príncipe azul luego de la separación de MEV), Ramiro Tagliaferro, el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela que supo armarse una escuadra de izquierda para combatir a Hugo Curto, el cocinero Martiniano Molina que cerró paritarias con los municipales (a diferencia de su vecinos nacional y popular, Jorge Ferraresi, que es acusado en Avellaneda por la FESIMUBO de no cumplir la nueva ley) , Julio Garro de La Plata que necesita apoyo fuerte y los periféricos Marcelo Ducoté de Pilar y Sebastián Abella de Campana.
Aquí está la troika que necesita el PRO del conurbano para hacerse fuerte, porque en el territorio más duro de la Argentina no alcanza con gestión para ganar, se necesita mucha política y estos intendentes quieren tener el lápiz para tener sus diputados y senadores provinciales para la segunda etapa de sus gestiones y así equilibrar las fuerzas con quien manda el ejecutivo provincial.
Sin lugar a dudas, el hombre principal para estos caciques amarillos, es el primo del Presidente de la Nación. El intendente de Vicente López quiere ser la figura que encabece la lista de senadores por la provincia para el 2017. Es el hombre de los intendentes, de los jefes territoriales, de los que caminan los barrios más densos del país.
Para eso están trabajando fuerte y la convocatoria en Lanús de este pasado viernes demostró que no están débiles, que convocan, que se hacen fuertes, aunque desde el “monzonismo” operen en sintonía con la teoría del “respaldo a Grindetti”, que tampoco le viene mal.
El factor económico en la Provincia
Para María Eugenia Vidal (MEV) hoy los problemas son dos: gestión y política. Mientras pelea con la inflación que desde el gobierno nacional no aciertan a bajar por la interna entre Adolfo Prat Gay y Federico Sturzenegger, que saca dinero de la calle con las maravillosa Lebac, desde Comercio no hacen nada para que los precios de la canasta básica bajen y esto afecta, más que nada al conurbano, a la Provincia de Buenos Aires.
Por esa sencilla razón, los principales funcionarios de Cambiemos lo reclamaron desde un principio: descongelar la participación de la provincia de Buenos Aires en el denominado Fondo del Conurbano como forma de la agenda como objetivo inmediato del gobierno de María Eugenia Vidal.
La gobernadora aseguró que junto a los intendentes de todos los partidos políticos "se apostó por el trabajo en equipo" y por satisfacer las demandas de los vecinos "con trabajo, obras y respuestas concretas", al presentar el primer tramo de transferencia de recursos destinados a obras de infraestructura y seguridad pública en los municipios, en el distrito de Vicente López.Además, Vidal subió a la tarima a varios intendentes peronistas para marcar el reclamo que le hace a Nación para construir poder a través de la gestión.
Si bien la política la maneja Salvai acercándose precisamente a intendentes peronistas como Martín Insaurralde de Lomas de Zamora, Mariano Cascallares de Almirante Brown, Fernando Gray de Echeverría, Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas, Verónica Magario de La Matanza, y Gustavo el “Tano” Menéndez de Merlo, la gestión a cargo de la señora Vidal, se verá resentida si no llegan esos fondos frescos, luego de endeudamiento, sobre todo para oxigenar a los intendentes radicales.
Hace dos semanas, estos radicales amarillos se reunieron con el vicegobernador Daniel Salvador, en Quilmes, precisamente para reclamarle que active más atención a los intendentes de la UCR del interior de la Provincia, donde en realidad, bajó Mauricio Macri para sacarle las retenciones al campo y dejando a estos radicales sin protagonismo político.
Frigerio, Monzó y Carrió
Se sabe que Elisa Carrió de pronto consiguió una dirección en la Provincia de Buenos Aires y es la jugadora que quieren Frigerio y Monzó, para cercar el posible crecimiento tanto de MEV como de Grindetti y Jorge Macri.
Carrió, justo Carrió, que no tuvo empacho alguno en acusar al intendente de Lanús de “corrupto”, aunque tarde, pero seguro, Marcos Peña luego salió a respaldar al verdadero hombre de confianza de Mauricio Macri en el conurbano, su ex ministro de Hacienda porteño.
Ahora el problema, lo tiene Emilio Monzó en la Cámara de Diputados, y esto lo distrae de la rosca del conurbano. Por orden de Mauricio Macri tiene que frenar a como dé lugar la Ley Antidespidos en la Cámara Baja.
Monzó tiene que enfriar la demanda de los gremios y no es una pavada la titánica tarea que le tocó, y si no la frena, su poder se verá realmente mermado. Para esto tendrá que manejar los tiempos con el Frente Renovador para dilatar las cosas hasta el segundo semestre a la espera que las promesas del Presidente y Pray Gay se cumpla y la economía se reactive y se estabilice la inflación, tratando de que el ministro de la Royal Dutch Shell, detenga los aumentos de combustibles y los tarifazos, que es lo que hace escalar fuertemente el costo de la canasta familiar.
Respaldos que agrandan a Grindetti
Al cabo de los Panamá Papers, y de las operaciones locales del Frente para la Victoria como los actos vandálicos en el Concejo Deliberante, Grindetti de alguna manera necesitó una ayuda de imagen y se la dieron.
A Lanús empiezan a bajar ministros nacionales, ministros provinciales y le dejaron la organización del megaevento de concejales y consejeros escolares de Cambiemos en su propio territorio.
En rigor, para quienes no leen entre líneas la teoría del apoyo, terminan por imaginar y conceptualizar que el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, maneja un poder que convoca a todo el arco político de Cambiemos a su territorio, lo cual termina por favorecerlo en términos de costo-beneficio.
Dependerá ahora de Grindetti y de Jorge Macri alambrar el conurbano para que ni Salvai ni Monzó le pisen el jardín y le arruinen las flores que necesitan florecer para que el grupo de intendentes se haga fuerte, como empieza a suceder con el peronismo territorial del conurbano por donde, casi seguramente, pasará el lápiz para 2017, sin Cámpora y sin CFK.
Incluso, si se ayudan entre todos (porque no se elige gobernador), hasta podrían repartirse equilibradamente el parlamento bonaerense y tener el manejo de la presión a la gobernadora para que baje los recursos que necesitan para gobernar hasta 2019 con la intención de ser reelegidos
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