Entre los saqueos y el error insólito de los Juegos Bonaerenses que hizo remover a los funcionarios de la secretaría de Cultura, Montenegro quedó en el centro de escena de una semana políticamente agitada en Mar del Plata.
Guillermo Montenegro tuvo que pensar muy bien la conferencia del martes en el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM). El escenario no era fácil: era la primera vez que de su boca y ante la prensa local se iba a escuchar hablar oficialmente de saqueos, un término tan antipático como incómodo por su capacidad para atraer las peores emociones colectivas en tan sólo minutos. Consciente de los riesgos que siempre suponen el pánico y el temor, el intendente decidió salir igual y citó a los medios a la tarde. Para entonces, ya reunía suficiente información y estaba en condiciones de asegurar que, inexorablemente, algún hecho ocurriría a la noche.
Vecinos y comerciantes venían en contacto con el Ejecutivo desde el fin de semana. Y tanto Montenegro como parte de su equipo de Seguridad siguieron, al mismo tiempo, en permanente comunicación con José Luis Segovia, el titular de la Jefatura Departamental de Policía de Mar del Plata, Fabián Fernández Garello, el responsable de la Fiscalía General, y Sergio Berni, el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Los grupos y mensajes de WhatsApp alentando los ataques a comercios y supermercados se viralizaron muy rápido entre centenares de números telefónicos y había que anticiparse de alguna forma. Así, entre todos coordinaron esfuerzos para montar diferentes dispositivos de prevención y endurecer la custodia de las zonas “más calientes”.
Esa decisión, en parte, le dio argumentos sólidos al intendente para ir a dar la cara al COM junto al secretario Martín Ferlauto. No tenía sentido guardarse y eludir un tema tan sensible en público cuando los movimientos policiales resultaban evidentes en las calles. De hecho, un rato antes a la conferencia convocada, ya habían trascendido por las redes las postales de un fuerte operativo en las inmediaciones de un reconocido supermercado de avenida Edison, que figuraba como uno de los presuntos blancos mencionados por delincuentes en los chats.
“La idea de salir a hablar antes no era para fogonear ni alarmar innecesariamente a nadie pero sí para comunicar a la gente. Si vas a establecer un operativo particular de prevención, si vas a poner fuerte presencia policial en las calles, entonces vos tenés la obligación de avisarle a la gente lo que está pasando. Y también es una forma de llevar tranquilidad y mostrar que hay una preparación atrás”, justifican autoridades.
Y los hechos, efectivamente, ocurrieron por la noche, pero no con la magnitud que alcanzó a advertirse en otros puntos del país. Si bien es cierto que nadie puede negar que la noche del martes fue tensa como pocas en el último tiempo, también es cierto que nadie puede decir que Mar del Plata padeció las consecuencias de un clima de descontrol generalizado. En la ciudad, por ejemplo, no hubo ataques a establecimientos de grandes superficies y los pocos episodios que contabiliza el municipio con los dedos de una mano coinciden en un denominador común: los comercios barriales de cercanía.
El dato es importante tenerlo presente a la hora de mirar escenarios más extremos, aunque no pretende ser un intento por minimizar los gravísimos capítulos que se vivieron durante la semana. Que hayan ocurrido más o menos saqueos o que para los comerciantes haya sido mayor o menor el saldo de pérdidas y daños es, en todo caso, una discusión anecdótica: lo que no debe pasarse por alto es el fuego con el que están dispuestos a jugar ciertas figuras y sectores minoritarios en el país. Algunos de esos nombres que viven del caos y que no tienen pudor para agitar maniobras desestabilizantes por la tele son, curiosamente, los mismos que dicen representar y defender a las familias humildes y vulnerables. Sí, nada más lejos de la realidad.
Y un día se fue
Lo que no tuvo que pensar demasiado el intendente fue el pedido de renuncia a Carlos Balmaceda y al resto de la planta política de la secretaría de Cultura. El escritor encontró pronto el camino de salida después que uno de los directores del área confundiera la fecha de realización de la instancia regional de los Juegos Bonaerenses. En Cultura estaban convencidos de que el certamen se iba a disputar el jueves en Ayacucho pero era el miércoles. Y en la secretaría recién tomaron dimensión del error el mismo miércoles por la mañana, cuando las delegaciones ya se encontraban en plena competencia. De esa forma, los 50 representantes que debía llevar Mar del Plata pegaron el faltazo y quedaron eliminados automáticamente. Entre ellos había niños, adultos mayores y personas en situación de discapacidad.
Así, el secretario de Cultura también quedó eliminado automáticamente pero del gabinete de Montenegro. Si bien el apartamiento se resolvió con el correr de las horas, a ningún sector de la cultura marplatense le sorprendió la decisión. Muchos, en verdad, lo esperaban hace largo tiempo. “La verdad que se está yendo tarde. Generó un daño muy grande a la cultura de Mar del Plata. Esto va más allá de las diferencias ideológicas: Balmaceda no tiene un solo logro para mostrar en el municipio”, apuntan referentes de Unión por la Patria, donde no ocultan escepticismo tras el anuncio de la salida: "Todavía no vimos la renuncia y eso nos genera mucha sospecha. Seguramente Montenegro está esperando a que baje un poco la espuma para ver qué termina haciendo. No sería nada extraño".
Balmaceda protagonizó varios cruces en el Concejo Deliberante. Foto: archivo 0223.
Lo cierto es que Balmaceda ha sido el funcionario más cuestionado por la oposición en estos cuatro años. La demora en la convocatoria a concursos para cubrir cargos en la Orquesta Sinfónica, la veintena de informes que nunca fueron contestados al Concejo Deliberante, el estado de deterioro de la biblioteca Leopoldo Marechal y el desinterés por la Hemeroteca Municipal sintetizan el recorrido de una gestión en deuda. En el seno del jefe comunal, de todos modos, remarcan que el pedido de renuncia nace por el paso en falso de los Bonaerenses pero no por las críticas que ya venían de arrastre: “A Carlos le han pegado la mayoría de las veces por razones políticas y Guillermo es el primero en salir a defender cuando ve las operaciones. Pero una cosa es eso y otra es un hecho que perjudica directamente a 50 personas”.
Incluso, puertas adentro aseguran que Montenegro mantiene buena relación Balmaceda y que tampoco hubo otros cortocircuitos previos. “El pedido de renuncia no es una crítica a la gestión y va más allá de la relación personal: acá hay límites, responsabilidades y también consecuencias. El error de esta semana no debería haber sucedido bajo ningún aspecto y si Guillermo vive diciendo que hay que premiar al que hace las cosas bien y hay que castigar al que hace las cosas mal, entonces sería un hipócrita si no da el ejemplo y no hace nada”, razona un hombre del Ejecutivo.
Lo que se viene en Cultura
Por estas horas, Montenegro está abocado a tratar de resolver el drama que acongoja a los competidores aunque sabe que la última palabra queda en manos de la Provincia. El viernes, por lo pronto, se vio cara a cara con buena parte de la delegación en el Centro de Monitoreo pero no estuvo solo: también lo llevó a Balmaceda, quien se llamó a silencio en toda la reunión. El intendente pidió disculpas y planteó dos remedios posibles: que los participantes marplatenses se enfrenten a un distrito que aún no haya competido en los regionales o que pasen de instancia directamente para que la final sea disputada por 17 y no por 16 equipos como suele ocurrir.
Ambas soluciones son, naturalmente, de difícil aplicación porque ameritarían una excepción reglamentaría pero todo dependerá de la capacidad de negociación que muestre el jefe comunal con el Gobierno bonaerense. “Guillermo quiere resolver este problema como sea. Ya ni le importa el costo político. Esta es su principal preocupación, y va a hablar con Axel (Kicillof) o con quien tenga que hablar para que lo escuchen y hagan una excepción”, garantizan en su entorno.
El jueves 31 de agosto culmina la etapa regional que definirá el pase a la anhelada final provincial de los Juegos Bonaerenses, así que en los próximos días ya debería surgir alguna definición respecto de la continuidad o no de la delegación de Mar del Plata en el certamen. Después de esa fecha, en el municipio también prometen dar una definición no menos importante: qué pasará con la secretaría de Cultura. Las autoridades, por el momento, se manejan con suspenso y son esquivas a deslizar posibles sucesores pero sí dejan entrever que la renuncia de Balmaceda podría precipitar una “reestructuración” a tono con el “plan de austeridad” que promociona el intendente en otras áreas importantes. “La semana que se viene ya se va a resolver porque está todo decidido hace tiempo. Hay hasta un plan A, B y C. Pero hasta que no solucionemos lo de los Bonaerenses, no vamos a anunciar nada", avisan en la comuna.
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