El aparato –que se hallaba en desuso– fue llevado al Hospital San Juan de Dios de La Plata. En su remplazo Acumar anunció la compra de un equipo para resonancias magnéticas valuado en más de un millón de dólares.
La novela del angiógrafo iniciada en agosto de 2016 llegó a su fin. Por decisión de ACUMAR el artefacto fue trasladado esta semana al Hospital San Juan de Dios de La Plata y en su remplazo el organismo ambiental anunció la compra de un resonador magnético nuclear valuado en más de un millón de dólares.
Como lo informó este medio en varias oportunidades, el angiógrafo General Electric (utilizado para estudios del sistema vascular) había sido adquirido durante la gestión de Daniel Gollán, el último ministro de Salud de Cristina Fernández. Oportunamente fue enviado al Hospital Regional pero nunca se puso en marcha debido a que no estaba previsto en la planta funcional. Por ese motivo las nuevas autoridades sanitarias decidieron derivarlo al Hospital San Juan de Dios de La Plata, donde hay un servicio de angiografía que contaba con un aparato alquilado y antiguo.
El intento de traslado generó una férrea resistencia por parte del kirchnerismo local y de algunos sectores gremiales, como ATE, que utilizaron el angiógrafo como caballo de batalla para denunciar un supuesto intento de vaciamiento del nosocomio, promovido por el macrismo. En virtud de esa resistencia, la mudanza, ya decidida en agosto del año pasado, se suspendió en varias oportunidades.
Esta semana, con el traslado ya consumado, otra vez arrecieron las críticas desde el oficialismo local. Sin embargo hasta Salvador Egitto, uno de los directivos del Hospital designado por sugerencia del Ejecutivo local, lo consideró una medida correcta (ver notas aparte).
Como respuesta a las críticas, ACUMAR anunció la compra de un resonador magnético nuclear cerrado, con un costo estimado de 1.150.000 dólares. Esta semana se realizó la primera reunión entre médicos y funcionarios técnicos del organismo de la Cuenca. El próximo martes habrá un nuevo encuentro para definir la marca y modelo más adecuados.
“La realidad es que el angiógrafo es un equipo de alta complejidad que necesita un lugar muy específico, interconectado con quirófanos en caso de que el paciente requiera una intervención. En el Hospital Regional de Cañuelas nunca se planteó un equipo de esa magnitud. Desconozco por qué se envió a Cañuelas. En todo este tiempo estuvo en cajas y nunca fue armado. Lamentablemente se dicen muchas cosas por falta de conocimiento” dijo a El Ciudadano uno de los asesores de ACUMAR afectados al tema.
“En el país hay muy pocos angiógrafos y era una lástima que estuviera guardado, cuando había mucha necesidad de usarlo en otro lugar. La contrapropuesta de ACUMAR fue enviar un equipo que sirva, y que se utiliza de manera mucho más frecuente. El resonador se va a sumar el tomógrafo que ya está instalado y funcionando con muy buenos resultados ” agregó la fuente, destacando que el expediente de compra ya está armado y que la licitación demandará unos tres meses.
El vocero técnico de ACUMAR también anticipó que en los próximos días llegará la segunda partida de equipamiento, por un monto de 17 millones de pesos, para la puesta en marcha del laboratorio.
Comentá la nota