“Hay responsables de la destrucción de humedales que están expuestos, pero siguen impunes”, señalan.
Mientras el humo va y vuelve de Buenos Aires pero sigue en el Delta del Paraná, al igual que los incendios, Greenpeace advirtió con un vídeo satírico en redes sociales que entre quienes han sido denunciados públicamente se encuentra un integrante de la firma productora de jugos Baggio.
“Resulta indispensable que la justicia actúe en estos casos para determinar la responsabilidad de quienes se benefician con la destrucción del bien común, en este caso, de los humedales, y evitar que continúen arrasando con estos ecosistemas.”, dijo Leonel Mingo, coordinador de la campaña de Humedales de Greenpeace Andino.
En esta campaña pública sobre “el nuevo jugo Baggio Ahumado”, proveniente según el spot, “de la fusión y selección de la mejor flora y fauna del Delta, humo y fuego” Greenpeace se propone dar a conocer una vez más quiénes están detrás de los delitos ambientales.
“Es un hecho que hay denuncias contra quienes son investigados por incendiar humedales”, recordó Mingo, y agregó: “El compromiso de la organización es informar y seguiremos exponiendo a quienes se benefician económicamente del daño ambiental”.
En la última semana los incendios alcanzaron las 60 mil hectáreas, un récord absoluto en lo que va del año.
En total, en 2022, ya se quemaron más de 190 mil hectáreas.
Los humedales cubren aproximadamente el 21 por ciento del territorio nacional y, sin embargo, no tienen protección alguna.
“La responsabilidad de los senadores y diputados es dictar una norma de protección de humedales que establezca reglas claras para evitar que sigan hipotecando el futuro. Hace más de 10 años que los intentos de aprobar una ley de protección de humedales fracasan por los intereses de sectores ganaderos e inmobiliarios, y las empresas que obtienen ganancias con la destrucción de estos terrenos no son consideradas cómplices de este ecocidio”, señaló Greenpeace.
De acuerdo a la organización, para ser efectiva una normativa nacional debería incluir una figura penal para quien dañe los humedales, así como un relevamiento que de cuenta de la cantidad y estado de estos ecosistemas, y una moratoria que permita poner freno a los incendios en lo inmediato; “La protección de humedales no puede ser sólo humo, ni llenarse la boca sin hacer algo concreto", finalizó Mingo.
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