Podría haber muerto como una jugada controvertida de las tantas que hay en un partido. Pero no: la acción cobró una vida inesperada que hasta puede costarle carísimo al que muchos consideran el mejor árbitro del fútbol argentino en el presente. Porque Germán Delfino dejó el sábado por la noche el estadio Amalfitani masticando bronca y con el peso en su mochila de una sanción en el ámbito local y la presunción de que este error puede costarle un fuerte retroceso en el ámbito internacional.

"Este tipo de jugadas que son desprolijas son muy difíciles. Desde la distancia que estaba vio mano del defensor. El equipo arbitral funcionó y se hizo justicia porque la mano fue del delantero y no del defensor. Fue desprolijo pero hubo justicia al fin." Miguel Scime, el director de Formación arbitral en la AFA, expresó su posición sobre lo sucedido minutos después del partido en Liniers. Está claro: se quiere cuidar en la mayor medida de lo posible a Delfino, de 36 años, pero es inevitable que sea parado. Es que más allá de la acción controvertida, no supo manejar la situación, tuvo problemas de conducción, y según averiguó la nacion, no informó a Miguel Ángel Russo, el DT de Vélez, ni al ayudante de Martín Palermo, Roberto Abbondanzieri, dos de los que se mostraron más exaltados en el medio de la polémica.

El mismo protagonista de esta historia reconoció: "El procedimiento fue horrible y son cosas que no me pueden pasar. Es mucha desprolijidad, mucha protesta. Me siento responsable y raro, porque nunca me pasó algo así en tantos años". Las palabras de Delfino son elocuentes; el mismo se culpa por lo sucedido. Porque más allá de la polémica por el uso o no de la tecnología, es claro que no tuvo la firmeza suficiente para controlar la situación.

Conversé con el árbitro y fue una jugada desgraciada que no es agradable que pase. Delfino me dijo que no se apoyó en la tecnología. Me dijo que no se enteró por una ventaja extraída de la tecnología sino por la visual de sus comunicadores

"Conversé con el árbitro y fue una jugada desgraciada que no es agradable que pase. Delfino me dijo que no se apoyó en la tecnología. Me dijo que no se enteró por una ventaja extraída de la tecnología sino por la visual de sus comunicadores", agregó Scime a ESPN. Es cierto, Delfino nunca admitirá si de alguna manera él, a través de sus colaboradores, se apoyó sobre la tecnología. La secuencia no deja dudas: el cuarto árbitro Lucas Comesaña le avisó al juez principal que la mano era de Pavone y no de Rosero Valencia. Delfino cambió el fallo, pero hay un detalle: desde la mitad de la cancha, ¿cómo puede tener el cuarto hombre una mejor mirada de lo que pasó en el área que Delfino o que el línea Iván Núñez? Es muy difícil. Todo sugiere que podría haber visto la jugada en un monitor o alguien más se lo advirtió. "Más allá de que se haya hecho justicia, la única realidad es que no se hace justicia como se quiere. Se tiene que hacer justicia dentro de lo legal en la medida que haya ocurrido eso. No tengo pruebas de que Delfino se basó en la tecnología para tomar su decisión, tengo elementos de lógica", dijo Guillermo Marconi, el titular del Sindicato de Arbitros de la República Argentina.

El rebote de lo sucedido no escapa a la FIFA. Delfino tenía una proyección internacional destacada y era un candidato con Néstor Pitana para dirigir en la Copa América. Ahora retrocederá varios puestos en la consideración. "Es una mancha muy grande que no se quitará rápido", dijo un conocedor del ambiente arbitral.

Es un referí que suele acertar, pero Delfino ya había tenido polémicas. En 2012 una muy mala tarea en San Lorenzo vs. San Martín, que provocó el descenso de los sanjuaninos. Un año antes, le había mostrado una segunda amarilla y expulsado a Martín Galmarini, de Tigre, por una mano inexistente ante Gimnasia. Para enmendara el error, el Tribunal de Disciplina no sancionó al futbolista.

Era una jugada controvertida. Ahora puede costarle muy caro a uno de los árbitros de mejor presente en nuestro fútbol..