Los dirigentes que motorizaron el acto por Cristina Kirchner candidata se reunieron este miércoles en Ensenada. Balance y próximo movimiento
Por Facundo Cottet
Las dirigencia kirchnerista que el último fin de de semana encabezó el plenario militante en Avellaneda y que pidió por la candidatura de la vicepresidenta Cristina Kirchner volvió a reunirse este miércoles en la ciudad de Ensenada. En el encuentro a puertas cerradas, se hizo un repaso de la jornada del sábado en el distrito del sur del conurbano y se trazó un esquema de los próximos movimientos del espacio que hoy por hoy parece encuadrado en el espacio La Patria es el Otro, un conglomerado de agrupaciones K, busca centralizar la discusión política electoral alrededor de la figura de la Vicepresidenta y presiona para que Alberto Fernández de un paso al costado en su plan reeleccionista.
En la hoja de ruta aparece repetir el acto del sábado en el corto plazo. De eso se debatió este miércoles. Según pudo saber Infobae, el plan es que los plenarios empiecen a federalizarse. El noreste y noroeste, el centro, la patagonia y las ciudades del llamado interior bonaerense, en representación seccional, aparecen como futuras locaciones.
Detrás de esta estrategia aparece también una necesidad. Y es reforzar el mensaje de la proscripción denunciada que pesa sobre la vicepresidenta en distintos puntos del país. Hay, también, una realidad que impera en términos electorales. El kirchnerismo se muestra potente en la provincia de Buenos Aires, pero sabe que el escenario es complejo en otros centros urbanos como Córdoba, Mendoza o Santa Fe y, algunos dirigentes, reconocen que “no alcanza”, solo con la provincia que hoy gobierna Axel Kicillof para ganar la elección.
Más allá de eso, interpretan que “Cristina 2023 es un programa electoral en sí mismo: no sólo es la mejor candidata sino que también es la que mayor certidumbre genera para la clase trabajadora y el electorado peronista”. La descripción de “Cristina 2023″ como programa electoral encierra un secreto a voces que el sábado último puso sobre la mesa su hijo, Máximo Kirchner.
El diputado nacional fue, acaso, la única voz que no pidió taxativamente por la candidatura presidencial de su madre. Al hablar de las próximas elecciones y el rumbo y mensaje que debe empujar el Frente de Todos, ponderó que el espacio tiene que “generar las condiciones”, para que Cristina Kirchner pueda “elegir libremente” qué rumbo tomar y lo emparentó con lo realizado en 2019 cuando definió que el candidato presidencial sería, finalmente, Alberto Fernández.
“Cristina 2023 es una consigna que genera mística, entusiasmo y masa crítica de cara al debate electoral”, definieron a modo de resumen sobre el encuentro de la llamada “Mesa de Ensenada”, el espacio donde cada dos semanas dirigentes kirchneristas se reúnen para trazar un análisis coyuntural. La locación siempre es la ciudad que gobierna Mario Secco.
Da la reunión de este miércoles participaron el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada), Fabián Cagliardi (Berisso); la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, su par de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque; de Trabajo, Walter Correa, de Mujeres y Diversidad Sexual, Estela Díaz, la presidenta del Instituto Cultural de la Provincia, Florencia Saintout; los diputados nacionales, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Vanesa Siley, Leopoldo Moreau; los referentes sindicales, María Rosa Martínez, Federación Gráfica; Roberto Baradel, Suteba; Sonia Alesso, CTERA y Paco Manrique, SMATA.
También el secretario de Obras Públicas de la Nación, Edgardo Depetri, la presidenta del bloque del Frente de Todos en el Senado bonaerense, Teresa García; el titular de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, Eduardo Montes, el titular de ACUMAR, Martín Sabbatella, el Jefe de Asesores del gobierno bonaerense, Carlos Bianco; el titular de AFIP, Carlos Castagneto y los dirigentes, Lauro Grande, Adrián Grana, Diana Conti, Nahuel Bibe, Héctor “Gallego” Fernández y Gastón Castagneto,
Más allá de los dirigentes, hay una posición que se repitió de parte de las bases militantes el último sábado en Avellaneda. Es que en la dinámica de aquella jornada, que tuvo 15 carpas con distintas comisiones de debate, el mensaje hacia la dirigencia tenía tres diagnósticos: que no se hicieron las transformaciones planteadas en 2019, que Cristina Kirchner tiene que ser la candidata presidencial y que para “romper la proscripción” hay que mover más de lo realizado hasta ahora; esto es -como describió este medio ese día- “ganar la calle”. Una consigna más terrenal y actualizada al histórico “Luche y Vuelve” que se usó el sábado y rememoraba el proceso que pedía por el regreso del general Juan Domingo Perón, durante sus años de proscripción.
Ante ese escenario, la primera reacción de la dirigencia fue volver a reunirse ayer y plantear los próximos pasos inmediatos. En su última aparición pública la vicepresidenta no dio demasiadas señales electorales de coyuntura. Apenas mencionó al ministro del Interior Wado de Pedro y al ministro de Economía, Sergio Massa, en dos pasajes diferentes durante lo que fue su discurso al ser reconocida con un Honoris Causa de la Universidad Nacional de Río Negro, en Viedma.
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