Cuestionó el ranking mundial de PISA, y quiere que se tenga en cuenta el contexto social.
En la apertura del encuentro, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, cuestionó los rankings que surgen de evaluaciones internacionales como PISA, y afirmó: “Hay quienes piensan la educación comparada en términos de ranking, para ver los que están mejor o peor. Nosotros pensamos que el camino es más amplio y generoso”.
Desde sus comienzos en el año 2000, Argentina participó en todas las ediciones de PISA, salvo la de 2003. En la última edición, de 2009, el país ocupó el puesto 58 entre 65 participantes. Sileoni sostuvo que estas pruebas “a veces comparan lo que no es comparable”, porque “cada región, cada país tiene su historia y su contexto político y social”. También dijo que los ministros del Mercosur y la Unasur coinciden en la necesidad de “enriquecer las pruebas internacionales con una mirada local, que incorpore otros temas como los valores o el cuidado del medio ambiente”. De todos modos, ratificó el compromiso argentino de seguir participando en las pruebas.
En otra mesa sobre evaluación educativa, Marisa Díaz, subsecretaria de Planeamiento Educativo, contó que los países de la Unasur hicieron una presentación formal al consorcio de PISA con cuatro observaciones acerca de las pruebas. “Los reparos tienen que ver con qué es lo que se está comparando, cómo se conforman las muestras de jóvenes a los que se evalúa, cómo se analizan los contextos en que se toman las pruebas, y de qué manera se realiza la difusión de los resultados”, explicó Díaz.
Además, la funcionaria dijo que el Mercosur decidió conformar un comité técnico con representantes de los países miembros, “para definir criterios regionales de evaluación, como medio ambiente, solidaridad o historia regional”. Esto, agregó, no implica que se vaya a crear una nueva evaluación regional: el objetivo es “incorporar estos items a los dispositivos nacionales que ya tenemos”.
En la apertura del Congreso, el economista Bernardo Kliksberg también enfatizó la necesidad de incorporar otros criterios diferentes de los que priorizan las evaluaciones estandarizadas internacionales. “PISA no mide lo más importante: no evalúa si formamos buenas personas, qué valores éticos les estamos inculcando a los jóvenes. Mide matemática y comprensión lectora pero no solidaridad”, sostuvo. También cuestionó: “Chile es el país latinoamericano con mejores resultados en PISA. ¿Por qué, entonces, sus estudiantes protestan masivamente desde hace dos años?”.
El viceministro de Educación, Jaime Perczyk, coincidió en que siempre que se habla de calidad educativa “es fundamental contextualizar”, y resaltó “el esfuerzo de los países de América del Sur, que están expandiendo sus sistemas educativos en un contexto global de recortes y ajustes”.
En otra ponencia, Margarita Poggi, directora de IIPE-UNESCO sede Buenos Aires, puso el foco en que toda comparación debe ser justa. “¿Es posible comparar países con tradiciones e historias distintas?”, se preguntó. Pero también señaló que esta misma objeción puede plantearse para las evaluaciones nacionales, y sugirió que tampoco sería justo “comparar los resultados de provincias o municipios con situaciones muy disímiles”.
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