Hoy fue el primero, en la mítica sede del PJ de la Héroes de Malvinas, y estuvo dominado por una fuerte autocrítica tras la abrumadora derrota en las Primarias del 13 de agosto.

Alberto Rodríguez Saá asumió la responsabilidad de la derrota y reconoció fallas en tres puntos de su gestión: salud, seguridad y el contacto con los sectores más vulnerables. Es la “cuestión social”, como lo definió un experimentado dirigente peronista que pidió la reserva de su nombre.

Sobre esas áreas Rodríguez Saá ya empezó a trabajar: los primeros cambios en su gabinete tras la derrota electoral fueron en los ministerios de Salud y Desarrollo Social. Por ahora, Ernesto Nader Ali sigue en su cargo de ministro de Seguridad.

“Nos pareció muy bien la autocrítica; la derrota ha sido del peronismo y hay que empezar a trabajar en los errores que hemos cometido”, le dijo a SanLuis24 un funcionario de segunda línea, también por la vía del off the record.

El clima del congreso osciló entre la tensión, algunos reproches internos y el optimismo de cara a las elecciones de octubre. “Si se pone en marcha el aparato, se puede revertir”, confió un dirigente.

Tanto el gobernador como su hermano apuntaron a la falta de compromiso de varios de sus funcionarios. “Muchos no trabajaron, no se los vio en la calle. Se quedaron en la comodidad y nos pasaron por arriba. Por eso Adolfo pidió que el miércoles vayan los que quieren trabajar, los que no, que se queden en su casa”, contó otro de los asistentes.

Tras la autocrítica y el señalamiento de errores al interior del aparato justicialista en este primer congreso, se espera que para el miércoles quede más clara la estrategia para intentar revertir el resultado de las PASO. Al parecer, todo indica que la apuesta fuerte será “territorial” y en eso –coincidieron dos fuentes peronismo-, jugarán un papel clave las nuevas designaciones en el gabinete, tales como Sergio Freixes, María Angélica Torrontegui y Graciela Corvalán.