El Jefe de Gobierno perdió la interna contra Patricia Bullrich. Anticipó que trabajará por la “unidad” y se podrá a disposición de su rival en las PASO. El desafío de contener a su tropa y retener los votos de la coalición. Las claves de la derrota y su futuro político
Por Robertino Sánchez Flecha
El único ganador de la elección de este domingo fue Javier Milei. Juntos por el Cambio (JxC) y Unión por la Patria (UxP) perdieron votos respecto a las elecciones de 2019 y 2021. La Libertad Avanza le “comió” electores a todos los espacios y dio paso a un nuevo ciclo en la historia política de Argentina. El escenario electoral indica tercios casi perfectos, lo cual supone que la contienda está abierta y que nadie tiene su boleto asegurado al ballotage o, bien, a un eventual triunfo en primera vuelta. Para sostener el 28% obtenido en las PASO e intentar ampliarlo, JxC necesita más que nunca de la unidad entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
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La ex ministra de Seguridad cosechó un 16% y superó por casi 6% de los votos totales al Jefe de Gobierno de la Ciudad. Es imperioso que logre retener el 11% que logró el larretismo para posicionarse en octubre. Requerirá de un trabajo fino. Por un lado, porque los dos precandidatos le hablaron a electorados diferentes durante las PASO. Y, luego, para aplacar las heridas de una interna ardua, que dejó lesiones cívicas, y generar una integración eficaz de los equipos políticos de ambos campamentos.
Este escenario inaugura una nueva etapa en la carrera política de Rodríguez Larreta. El alcalde porteño había apostado todas sus fichas a este proyecto de poder. “No hay plan B”, solía decir cuando le preguntaban qué pasaba si perdía con Bullrich. De joven, llenó su mochila con el sueño de ser Presidente de la Nación y caminó hacia ese objetivo hasta anoche, cuando se abrieron las urnas y el anhelo se hizo añicos. “No pienso en perder. Y si sucede, el plan B pasará a ser automáticamente el plan A”.
Ese es el interrogante que signará los próximos meses de su vida: cuál será su nuevo Plan A. Larreta es un hombre de Estado, que estudió economía pero construyó una carrera y una vida al calor de la política. En su discurso de anoche sobre el escenario, junto a Bullrich, el Jefe de Gobierno felicitó a su contrincante interna y se comprometió a trabajar con ella para lograr el “triunfo” de JxC en las elecciones generales.
La elección de anoche puso en disputa el liderazgo de la coalición. Bullrich emergió como la figura que encabezará el proceso electoral y, acaso, los próximos años. Mauricio Macri también tendrá incidencia política, aunque en menor medida y sin un lugar institucional. ¿Y qué rol ocupará ahora Rodríguez Larreta? En principio, garantizar la unidad de JxC e intentar contener a su tropa.
Larreta se pondrá a disposición de Bullrich, aunque conversarán en qué términos y con qué rol transitarán juntos la campaña rumbo al 22 de octubre. En JxC conocen que deberán hacer un análisis frío, con lupa, de los números provincia por provincia y distrito por distrito. Al ser una elección de tercios, no será sencillo dar con la estrategia indicada para buscar los votos que necesitan para imponerse o, bien, asegurarse la entrada a la segunda vuelta.
Aún no está definido cuándo se hará una foto, recorrida o encuentro entre Bullrich y Larreta. Hoy comienza una nueva etapa. También una nueva elección, muy distinta a la de anoche. En cualquier caso, la unidad entre ambos referentes será central para la campaña.
En el larretismo vivieron con desazón la derrota ante Bullrich. Si bien imaginaban una elección pareja, incluso algunos deslizaban que podían caer “por poco”, nadie en el laboratorio político de Uspallata vislumbró que lograrían obtener apenas el 11% de los sufragios. Así como tampoco computaban perder por más de 5% ante el bullrichismo.
El Jefe de Gobierno recibió los resultados en su búnker partidario de la calle Olazábal, en el barrio de Belgrano. Allí estuvo hasta cerca de las 22, junto a sus principales asesores políticos y funcionarios. En ese lugar receptaban las planillas que les llegaban de sus mesas testigos. En torno a las 21:30, el larretismo ya conocía que Bullrich se imponía por 6% y que el resultado era irreversible. “Hola, Patricia. Felicitaciones”, saludó el jefe de Gobierno a su adversaria y reconoció la derrota.
Ambos acordaron encontrarse minutos después en el búnker común de Parque Norte y subir al escenario para dar una foto de unidad. Fue un momento breve. Larreta tenía la voz aplacada. Aunque la foto resultó relevante de cara a lo que viene.
Luego, Rodríguez Larreta se trasladó al restaurante El Mirasol de la Recova, en Recoleta, donde tuvo una cena con sus personas más cercanas para cerrar la jornada electoral y hacer un primer balance. Lo acompañaron algunos familiares, Milagros Mailyn, ex funcionaria porteña y pareja del alcalde, y dirigentes íntimos, como María Eugenia Vidal, Augusto Rodríguez Larreta, hermano y armador larretista, Emmanuel Ferrario, vicepresidente 1° de la Legislatura, Eduardo Macchiavelli, secretario de Proyección Federal porteño.
Con el calor de la elección, sin la distancia y la prudencia que exige un análisis pormenorizado, en la mesa política de Larreta coincidieron en que buena parte de la explicación al resultado electoral es hubo un “voto bronca y anti sistema” y que con Milei el electorado encontró nombre y apellido para canalizar esa insatisfacción política.
Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta
“Mientras todo el sistema decía que Milei se cayó, no sucedió”, analizó un dirigente del círculo íntimo de Rodríguez Larreta. “La última semana fue capitalizada por Milei en el hartazgo de querer terminar con todo”, amplió la misma fuente en diálogo con Infobae.
Esa situación produjo un corrimiento del espectro político hacia la derecha. El larretismo construyó su propuesta política con un mensaje consensual, de cerrar la grieta y ampliar la coalición. Los resultados de anoche exhibieron de Rodríguez Larreta intentó pescar votos en una pecera que se quedó sin agua.
A partir de la pandemia, la imagen del Jefe de Gobierno creció considerablemente. Y su figura política se consolidó con las elecciones de 2021, donde impulsó una estrategia en contra de la voluntad política de Mauricio Macri, Bullrich y el ala dura del PRO. Logró salir airoso. Diego Santilli se impuso en provincia de Buenos Aires y Vidal lo hizo en la Ciudad. El larretismo interpretó que tenían allanado el camino hacia las presidenciales. No obstante, no imaginaron el crecimiento vertiginoso que tuvo Bullrich ni la elección que logró hacer Milei.
“La sociedad ha elegido una elección antisistema. Nosotros no representamos eso porque no somos eso”, explicó un asesor que frecuenta Uspallata, sede del Gobierno porteño. “No es un tema de posicionamiento incorrecto”, continuó, “si no que Horacio no tiene nada que ver con Milei y no íbamos a forzar su perfil”, sostuvo el dirigente.
“Uno gana si tiene lo que la gente quiere escuchar”, coincidió otro referente político al que Larreta consulta habitualmente. Y concluyó: “La gente quería un mensaje más duro y eso lo representó Patricia”.
Por otro lado, en el larretismo también evaluaron como “perjudicial” los roces internos con Bullrich. En ese eje, cerca de Larreta apuntaron a Macri como uno de los responsables de la tensión intestina. “Mauricio hizo todo para exasperar los ánimos y para que Horacio y Patricia se raspen”, opinó uno de los principales armadores políticos larretista.
Jorge Macri se impuso en la interna porteña ante Martín Lousteau
Otro factor que Larreta identificó como clave para la derrota fue no lograr hacer pie con su candidatura en provincias clave en las que esperaban un mejor resultado. Como en la provincia de Buenos Aires, donde Santilli quedó a centésimas de Néstor Grindetti, precandidato a gobernador bullrichista. “Tuvimos un error en ponderar la encuesta con un arrastre de Santilli”, sostuvo un operador político bonaerense de JxC. Larreta diseñó una estrategia con la que imaginaba que podría compensar con un triunfo sólido en Buenos Aires la derrota en otros territorios. Tampoco sucedió.
Algo similar sucedió en provincias como Mendoza, Córdoba, Santa Fe, donde Larreta no computaba caer por una distancia tan significativa ante Bullrich. Incluso, perdió por una diferencia considerable en CABA, el territorio que gobierna. El jefe de Gobierno cayó en la interna presidencial en 19 provincias, hizo una elección pareja en San Luis y Catamarca, y ganó en Jujuy, San Juan y La Rioja.
En la Ciudad, Larreta sostuvo una especie de equilibrio político entre Jorge Macri y Martín Lousteau en la competencia por la Jefatura de Gobierno. Esa actitud le valió la crítica del PRO duro y la ruptura de la relación política con el ex Presidente. El macrismo lo acusó de querer “regalarle la Ciudad a Lousteau”. Con el triunfo de anoche de Jorge Macri y la derrota a nivel presidencial de Larreta ante Bullrich, en el bullrichismo consignaron que “los resultados de CABA fueron una derrota en sí misma para Horacio”.
Néstor Grindetti ganó la interna bonaerense ante Diego Santilli
El larretismo había trabajado durante los últimos dos años en la construcción de una estructura territorial en todo el país. No obstante, no fue suficiente. “El territorio no te respondió. Hubo traiciones y cosas que se manejaron mal”, recriminó un operador político de la mesa chica de Larreta.
Restan dos meses para las elecciones generales. “Estamos a nada de quedar afuera del ballotage”, advirtió un dirigente larretista. JxC inicia una nueva elección, con el desafío de retener todos los votos obtenidos en las PASO y potenciarlos. Larreta asumirá un rol clave en ese sentido.
En relación con su aspiración personal, el Jefe de Gobierno se concentrará hasta el 22 de octubre en la elección general, para empujar el triunfo de JxC. “Después habrá tiempo para ver qué hace él, a dónde va y cuál será su futuro en la política”, auguró un dirigente que habla semanalmente con Rodríguez Larreta.
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