Los distintos espacios del peronismo cerraron filas para rechazar el proyecto de ficha limpia; desde el massismo hasta Kicillof dejaron en claro que, en este aspecto, apoyan a la expresidenta
Mariano Spezzapria
“En esta estamos todos con los pies en el plato”. Esa fue la frase que más se escuchó en el Congreso y los despachos de las distintas terminales del peronismo para referirse al rechazo a la ficha limpia que promueven el Gobierno y sus aliados. Más allá del resultado de la votación en la Cámara de Diputados, que sabían adverso de antemano, lo que realmente buscó el PJ fue volver a mostrarse cohesionado en defensa de Cristina Kirchner, como un anticipo del comportamiento que tendrá en el Senado para tratar de frenar esa misma iniciativa, mientras vela las armas para la “batalla que viene” por la integración de la Corte Suprema.
El tembladeral que provocó en Unión por la Patria -la coalición panperonista- la división de sus diputados para votar la semana pasada el proyecto de suspensión de las PASO fue lo suficientemente fuerte y extenso como para asustar a más de uno con una amenaza de disgregación partidaria. Por eso no llamó la atención que el jefe del bloque de UP, Germán Martínez, tuviera una actitud mucho más combativa en el recinto. Llegó incluso a plantarse frente al presidente del cuerpo, Martín Menem, para invitarlo a pelear en “Segurola y Habana”. En la sesión anterior, cuando su bancada se partía, no había pasado de una insulsa abstención.
Para los legisladores peronistas, el avance de la ficha limpia tiene relación directa con un intento por sacar de la cancha electoral a Cristina Kirchner. La jefa del PJ está lejos de confirmar una candidatura en la provincia de Buenos Aires -como se especula en UP- pero la sola mención de esa posibilidad mantiene competitivo al peronismo, según proyectan las encuestas. Para La Cámpora se trata de una cuestión de supervivencia política, mientras que los que impulsan un recambio de figuras y se alinean con el gobernador Axel Kicillof no piensan en la supresión del kirchnerismo, sino en la captación de sus votantes, sobre todo en el conurbano.
Qué paradoja que le llamen Ficha Limpia a un proyecto que solo busca ensuciar y que tiene el objetivo claro de proscribir a @CFKArgentina. La libertad que tanto pregonan el oficialismo y sus aliados termina siendo una farsa y se nota cada vez más, aunque quieran disimularlo con…
— Axel Kicillof (@Kicillofok) February 12, 2025
A tal punto, que el propio Kicillof salió a declarar que “no hay elecciones libres ni democracia plena si hay proscripción y persecución”, en un claro mensaje de respaldo a Cristina Kirchner, una actitud que imitaron Andrés “Cuervo” Larroque y Jorge Ferraresi, pese a que son los dirigentes más denostados por el camporismo. La palabra “proscripción”, de pesada carga histórica para el PJ, volvió a sobrevolar por los distintos espacios de UP, ante la posibilidad de que los contratiempos de la expresidenta en la causa Vialidad -en la que tiene la condena confirmada en segunda instancia- le impidan ser candidata de ahora en más.
Cristina Kirchner sacó desde temprano al ruedo mediático a dos voces en las que confía para rechazar la ficha limpia: las diputadas Florencia Carignano y Vanesa Siley. Ya en el recinto de la Cámara baja se sumaron otras espadas del kirchnerismo, como Leopoldo Moreau y Rodolfo Tailhade. Pero quedó claro que, en esta oportunidad, no estaban solos: los massistas Carlos Selva, Mónica Litza y Cecilia Moreau se alinearon con la postura kirchnerista y compartieron equipo con Natalia Zaracho -de las filas de Juan Grabois-, pese a que en el Frente Renovador no cae nada bien la figura del joven dirigente cercano al Papa Francisco.
La remozada unidad peronista pende, igualmente, de un hilo. Los legisladores del interior del país no digieren la interna bonaerense -que condiciona el comportamiento de los bloques- y nada garantiza que algunos gobernadores no sigan desmarcándose de la conducción del PJ en asuntos candentes. Este miércoles, sin ir más lejos, se confirmó el dictamen favorable el pliego de Ariel Lijo como aspirante a juez de la Corte, con las firmas del sanjuanino Sergio Uñac, la catamarqueña Lucía Corpacci y la santiagueña Claudia Ledesma Abdala, esposa del gobernador Gerardo Zamora. En la Casa Rosada seguramente apreciaron el gesto.
El propio Zamora había corrido a los diputados santiagueños de la negativa kirchnerista a suspender las PASO la semana pasada. También los alfiles del gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, y del tucumano Osvaldo Jaldo asumen una estrategia paralela a la del kirchnerismo. El desgajamiento del PJ desde el interior al centro no llegaría a ser una sangría Cristina Kirchner y sus aliados internos -entre los que cuenta a Massa- logran retener el bastión bonaerense, incluido Kicillof o, incluso, más allá de lo que haga el gobernador. Por eso el rechazo furibundo a la ficha limpia, que le sirve al peronismo para volver a unirse, al menos por un rato.
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