Aníbal F. habló de un “empate”. La Cámpora culpó a los medios, el sciolismo a Cristina y el Evita hizo autocrítica.
El kirchnerismo intenta mirar con optimismo el futuro político post Cristina Kirchner. Sin embargo, el sabor amargo de la derrota se sintió ayer en los pasillos de la Casa Rosada donde varios consideran que –sin desmerecer la campaña de Mauricio Macri– el ajustado resultado fue producto de “los errores propios”. El pase de facturas fue inevitable: el peronismo apunta a La Cámpora; el sciolismo, a egoísmos del kirchnerismo; algunos vieron poca “generosidad en Cristina” para cederle protagonismo a Daniel Scioli.
A días de dejar la Rosada, el clima fue una mezcla de enojo, resignación, malestar, y un obligado optimismo “porque las convicciones no se pierden” repetía un dirigente. Pero siempre hay lugar para buscar responsables. “Fue una campaña desordenada, desprolija y con mensajes confusos y sumarle las internas”, analizó un dirigente peronista que intervino en la campaña de Scioli, donde aún se quejan de la “falta de generosidad de Cristina para dejar que Daniel sea protagonista y dejó la idea de que estaría condicionado por ella”.
En el fuego cruzado, quienes acompañaron al candidato no dudan en apuntar a “los pibes de La Cámpora”. “No ayudaron, ningunearon a Scioli y tienen una lógica muy para adentro y pusieron sus cuadros más criticados en todas las listas, cómo salís ileso de eso”, replicó un asesor de campaña.
Los menos de tres puntos de diferencia entre Cambiemos y el FPV, fortaleció la idea de la “derrota propia”. “Sin quitarle crédito a Macri, claramente perdimos nosotros, si hubiéramos sido más organizados esto se evitaba” dijo a Clarín Fernando “Chino” Navarro, referente del Movimiento Evita. Sobre el futuro escenario pidió que haya “sentido común y vocación de construir no canibalismo en la autocrítica”.
La atención está puesta en el reordenamiento del peronismo que se reunirá este miércoles. “Evaluarán responsabilidades y quién liderará el espacio, obtuvimos el 48% de los votos, hay que cuidar eso”, indicó un gobernador del PJ.
La Cámpora sabe que en diez días hábiles su principal protectora, la Presidenta, dejará el Gobierno y vendrá el tiempo de las negociaciones. “Son valiosos si forman parte de un conjunto más amplio, solos no”, dijo un dirigente sciolista. En la agrupación K consideran que el triunfo no fue de Macri, sino “una derrota del espacio, los medios nos demonizaron a nosotros, eso no ayudó”, replicó un referente.
La única voz que consideró la derrota como un “empate” fue el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, a quien aún señalan por la derrota bonaerense. “Esta campaña se perdió cuando nos derrotaron en Buenos Aires”, dijo un alto funcionario. En Balcarce 50 otros eligieron la cautela: “Acá hay que blindar a Cristina hasta el 10 de diciembre, el 11 si quieren salimos allá todos a los tiros”, dijo entre risas un funcionario señalando la Plaza de Mayo. La última palabra la tuvo Zannini que volvió a la Rosada después de estar en Olivos con la Presidenta y Scioli. De buen humor, dijo: “Se trató de un voto más anti que otra cosa” mostrando “dos países, uno del centro rico y concentrado y otro del interior y pobre”.
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