Tras la derrota de Arteaga, el Frente Renovador de La Plata es un verdadero hervidero

Tras la derrota de Arteaga, el Frente Renovador de La Plata es un verdadero hervidero

Poco después de las legislativas del 2013, el diputado del Frente Renovador (jubilado senador) Juan Amondarain eligió a su amigo José Arteaga como pichón de aspirante a jefe comunal de cara a las ejecutivas de 2015. El “Vasco” desoyó los consejos de su círculo íntimo, quienes le recomendaron bautizar a otro dirigente. Ahora debe lidiar con su error.

EL PAGO A LA JUNTA

Este medio siguió como ningún otro el minuto a minuto de lo que muchos recordarán como una de las mayores irregularidades cometidas por la Junta Electoral bonaerense, en la que se operó para que la lista de Sergio Massa en La Plata utilice un sistema electoral diferente al resto de la provincia de Buenos Aires para favorecer, de este modo, a los candidatos que integraron la nómina de Arteaga (ver “Polémica en la Junta Electoral: La gran familia judicial y el blindaje legal de Arteaga”).

En aquel entonces hubo tres personas claves que operaron para evitar la integración de las listas internas: Ana María Bourimborde (madre de Dolores Martínez Bourimborde, directora de Relaciones Internacionales del Tribunal de Cuentas y candidata en tercer término en la nómina de Arteaga), Gustavo Daniel Spacarotel (ex compañero de Carlos Martínez, padre de la postulante Bourimborde y miembro consorte de la Junta) y Eduardo Grinberg (presidente del Tribunal de Cuentas que designara a Dolores Martínez como directora provincial).

Como devolución de ese favor, ya comenzaron a sonar las versiones que hablan de un apartamiento del primer candidato electo de la lista, Luciano Sanguinetti, para quien Amondarain augura un cargo en la cartera educativa provincial del futuro gobierno de María Eugenia Vidal. Esta “salida elegante” servirá a los fines de devolver el favor ante la “jugada” de la Junta, ya que el ex rector de Periodismo sería reemplazado por Martínez Bourimborde, sacando al ruedo legislativo a lo que dentro del espacio consideran “un perfil más político”.

Vale recordar que Sanguinetti fue la “figurita” elegida por Amondarain para poner como cabeza de lista alguien que se adapte a la intención de voto de la clase media platense. Probablemente, otro de sus graves errores.

¿EL ÚLTIMO FRACASO DE ARTEAGA?

Tras la derrota electoral, Arteaga intentó operar políticamente para desembarcar como el nuevo presidente del Concejo Deliberante, una jugada que, ya se sabe, fracasó ante el inminente desembarco del dirigente Fernando Ponce como titular del cuerpo.

Como parte de pago, el ex alakista del Frente Renovador le planteó al intendente electo Julio Garro la presidencia del Consejo Escolar, pues recordemos que allí el massismo tiene cuatro representantes (más un independiente que suele ser funcional), el macrismo tres y el bruerismo solo dos.

Lo que Arteaga parece no haber entendido todavía hoy es que no solo peligra su alianza con el mismísimo Amondarain (muchos creen que la traición está cerca) sino que, según los corrillos de la política platense, Garro “no lo soporta” ni piensa en cederle lugar de poder alguno.

BOCHA, ¿EL REEMPLAZANTE?

La operación de Arteaga para desembarcar en la presidencia del Concejo generó un movimiento inesperado: Javier “Bocha” García, quien mantiene una muy mala relación con el ex aspirante a intendente, aprovechó la distracción y puso los ojos en la titularidad del bloque del Frente Renovador.

A raíz de los destratos sufridos durante la campaña, García generó un fuerte encono personal para con Arteaga. Hoy controla cerca del 70 por ciento de la militancia que trabajó para su candidatura y ya pide pista para ocupar un espacio que el “Mexicano” no supo aprovechar.

La jugada de Arteaga fracasó principalmente debido a las deserciones de la ex secretaria de Amondarain, Marcela Farroni, y el dirigente vinculado a Carlos Melzi, Gerardo Jazmín. Ambos concejales se desvincularon también a raíz de sus actitudes soberbias.

RECUERDOS DE CAMPAÑA

Durante los meses anteriores a las elecciones, Arteaga logró hacerse odiar por prácticamente todo el arco militante de Massa en La Plata; incluso por aquellos sectores que debieron defender su candidatura. Hoy le siguen criticando al ex alakista que, además de no haber puesto un peso durante la campaña (los principales financistas fueron el zigzagueante Miguel Forte y Amondarain; incluso el “Bocha” García habría puesto cerca de 300 mil pesos), le faltó el respeto frecuentemente a los referentes barriales sin aportar un solo militante. Todavía muchos recuerdan los insólitos llamados telefónicos -en tercera persona- del “Mexicano”, al son de: “¿Qué hiciste hoy para que Arteaga sea intendente?”.

A raíz de todo ello, un sector mayoritario dentro del FR comenzó por estas horas a operar el enfriamiento de la figura de Arteaga con la idea de que García (“Pichón de Amonda”, según lo definen) sea quien conduzca políticamente el espacio y comience a levantar su perfil.

EL 2017, TAMPOCO…

Desde antes del cierre de listas de este año, muchos comentaban sobre las verdaderas intenciones políticas de Arteaga: evitar la lucha por la intendencia para convertirse en legislador provincial.

Como ya lo mencionamos anteriormente, finalizadas las elecciones, puertas adentro del FR se comenta que el “Vasco” comenzará a enfriar al ex aspirante a jefe comunal. Por otro lado, aunque algunos creían que Arteaga, luego de estos comicios, sería una ficha puesta de cara a las legislativas provinciales del 2017, lo cierto es que ese año el mismísimo Amondarain y “Oveja” Sarghini deberán renovar sus bancas. Por lo que, de una manera u otra, Arteaga deberá seguir esperando.

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