Algunos países de la región iniciaron contactos con la Casa Rosada y con el laboratorio Richmond para asegurarse partidas de la fabricación nacional.
Con la aprobación apenas otorgada, la producción argentina de la vacuna rusa Sputnik V no solo aspira a abastecer el mercado local con la elaboración de hasta 500.000 dosis por semana, sino incluso se proyecta exportar a varios países vecinos necesitados de acelerar la campaña de vacunación.
Luego de conocerse el miércoles que el Centro Gamaleya (desarrollador de la Sputnik V) aprobó las muestras enviadas por Laboratorios Richmond en abril pasado de los primeros lotes que había fabricado en el país, este jueves comenzaron formalmente las negociaciones para llevar el antígeno ruso-argentino a varios países de la región.
Este jueves, el presidente de Richmond, Marcelo Figueiras, recibió al ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay, Euclides Acevedo, para avanzar en un posible contrato para la provisión de vacunas al vecino país.
Acevedo también se reunió con el canciller Felipe Solá; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, y el subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales, Christian Asinelli.
No solo Paraguay mostro interés en la vacuna Sputnik V de producción nacional. También Bolivia, durante una visita que el canciller Solá realizó a La Paz en marzo, y luego a través de su embajada en Buenos Aires, hizo conocer el interés por hacerse con vacunas para su población.
Los dos países que abiertamente pidieron vacunas Sputnik vienen rezagados en la vacunación. Paraguay ha vacunado hasta junio 407.644 personas, mientras Bolivia aplicó más de 1,7 millón de dosis, de acuerdo a los datos recolectados por la plataforma Our World In Data. Ocupan, respectivamente, los puestos 14 y 18 en el continente.
POR EZEQUIEL CHABAY
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