Tras 67 años, Comodoro cuenta con una ordenanza general para cementerios

Durante la última sesión ordinaria de la gestión, el Concejo Deliberante sancionó la ordenanza general de cementerios, un servicio que actualmente se rige por una resolución redactada en 1944, obsoleta en la práctica. La normativa abarca todos los aspectos operativos, administrativos e incluso de construcción en el camposanto.

En el cementerio ahora se podrán exigir planos o cobrarse por el derecho a la construcción.

Los cementerios de la ciudad se rigen hoy por una resolución dictada en 1944, una época en la cual las máximas previsiones a tener en cuenta estaban dadas por las epidemias. La ciudad creció y con ella las problemáticas de las que no está excluido el camposanto.

Allí, como en muchos barrios comodorenses, también falta el lugar. La actual directora del Cementerio Oeste, Adriana Casanovas --que es coautora junto a Gustavo Reyes de la nueva ordenanza-- estima que el espacio será suficiente para apenas ocho años más, dado el actual promedio de 3 inhumaciones diarias.

Otros factores sociales que tienen espejo en las necrópolis son los hechos vandálicos, la destrucción, e incluso el abandono. Era necesario entonces alcanzar una nueva regulación que no solo agilice y reglamente las cuestiones administrativas de un servicio que requiere hoy mucho más que el encargado contemplado en 1944, sino que además proteja el lugar de los reiterados destrozos y brinde herramientas a la dirección para recuperar espacios, fijando plazos que remedien el olvido de los deudos.

Casanovas, que tuvo paso en el Concejo Deliberante en reemplazo de Guillermo Almirón --designado fugazmente en 2008 secretario de Gobierno-- dirige desde hace una década el Cementerio. Ejemplificó la obsolecencia de la resolución 222 de 1944 al indicar que contemplaba inhumaciones únicamente de lunes a viernes, por lo que prácticamente no pudo tomarse nada de ella en esta nueva reglamentación.

109 ARTICULOS

El trabajo de dos años se condensa en 109 artículos que rigen el control administrativo del campo y para el que se trabajó además con las áreas municipales de Rentas y Obras Particulares. Esta última cartera colaboró con lo atinente a contracciones, dado que la antigua reglamentación contemplaba la edificación de mausoleos, que no se permiten hoy. Tampoco se requería la presentación de planos o el pago de derecho de construcción que sí podrán exigirse ahora.

Por otra parte, la necrópolis registra desde hace algunos años el robo de placas y destrozos de toda índole, con lo que también se hicieron necesarias las prohibiciones, a modo de garantizar que los ingresos y permanencias sean únicamente de deudos (ver aparte).

Como se indicó antes, el espacio es un problema también para el camposanto, y mientras la antigua reglamentación concesionaba por ejemplo los panteones y bóvedas por 99 años, o por 25 en el caso de los nichos, debieron acotarse los plazos de manera que --aunque con posibilidad de renovación-- sea más flexible la posibilidad de la administración para recuperar sepulturas que nadie cuida, mantiene ni abona.

La ordenanza también establece como normativa aquello que la administración debió incorporar de hecho como una solución operativa, como el caso del depósito de féretros, por el que se labra un registro de orden de ingreso para adjudicar luego en ese mismo orden los espacios. Muchas veces el mismo colma su capacidad a la espera de un lugar de sepultura, aunque hoy solo abriga tres ataúdes por expreso pedido familiar.

SIN LUGAR EN 8 AÑOS

Más allá de estas herramientas, que brinda hoy marco legal a las soluciones que debieron imponerse en estos 67 años a medida que surgían los inconvenientes, Casanovas advierte que la ciudad necesitará de otra necrópolis en la próxima década, tiempo en que el Oeste verá colmada su capacidad aunque se recupere en su totalidad la sección “E”, conocida como “morro”.

La funcionaria reconoció que con el crecimiento de la ciudad el camposanto central quedó en medio del ejido, aunque sugirió que debería reglamentarse en algún momento la imposibilidad de levantarlo, aunque deje de utilizarse.

Destacó que reside allí parte central de la historia de la ciudad, ya que descansan en su interior los antiguos pobladores, enfermeros, maestros, héroes de Malvinas e incluso personalidades políticas, y dado que Comodoro ya perdió mucho de su memoria con el traslado del antiguo cementerio.

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