Marcos Delía y Matías Bortolín serán los pivotes del seleccionado de Lamas. Bajo la tutela de Scola, tendrán el desafío de codearse entre los mejores del mundo.
Son los dos jugadores con más centímetros en una selección argentina que buscará llegar lo más alto posible en el Mundial de España pese a todos los contratiempos vividos. Pero también son dos de los más jóvenes en un plantel con bajas importantes. Marcos Delía (2.09) y Matías Bortolín (2.07) tendrán por delante uno de sus más grandes y hermosos desafíos.
Ambos son, desde hace tiempo, marcados como las promesas del básquetbol argentino y este año ocuparán uno de los puestos más carentes para afrontar la Copa del Mundo y en el que aparece solamente Luis Scola como referencia. Es que la reciente lesión de Juan Gutiérrez, el corte de Martín Leiva -jugó el Sudamericano- y los ya retirados Fabricio Oberto, Rubén Wolkowyski, Gabriel Fernández y Román González le abrieron paso a las nuevas camadas de pivotes.
Desde Saladillo, Delía empezó a llamar la atención por su talla y tras pulirse en las divisiones inferiores de Boca Juniors dio el salto a la Liga Nacional, en la cual se ganó su lugar en el equipo xeneize y fue nombrado como el mejor sexto hombre de la temporada 2013/14.
Pero su historia con la selección no es nueva. El flamante refuerzo de Obras Sanitarias tuvo una destacada participación en el Mundial juvenil de Letonia en 2011 y a partir de ahí dijo presente con los más grandes en los Juegos Panamericanos de Guadalajara de ese mismo año, el Premundial de Caracas en 2013 y el Sudamericano de Isla Margarita, donde la Argentina terminó segunda.
Julio Lamas siempre lo tuvo en consideración y hasta llegó a decir que podría ser el próximo Fabricio Oberto, por sus similares características. “Es importante la confianza que me brinda el entrenador. Trato de hacer las cosas para el equipo y no para mí”, dijo el pivote de 22 años hace unas semanas en el Planetario.
Pero además de los halagos de Lamas, Delía supo gozar de un gran privilegio: entrenar y convivir con Scola, quien lo invitó a Houston para contarle algunos secretos del puesto y prepararlo para lo que viene. No falló, porque Marcos fue su fiel ladero en Caracas para lograr la clasificación al Mundial.
“Creo que el Mundial es una linda chance para aprovechar porque no hay muchos jugadoresasí que voy a tener que estar preparado”, reflejó Delía, quien ya palpita lo que serán las duras batallas debajo del aro.
Con acento cordobés. Con 21 años, Matías Bortolín es otra de las auspiciosas apariciones en el básquet argentino y jugará su primer Mundial. El pasaje a España se lo ganó prácticamente en el Sudamericano, donde promedió casi diez puntos por partido y tuvo un rendimiento parejo.
Bortolín, quien en esta nueva temporada volverá a jugar en Atenas, tuvo, a diferencia de Delía, una experiencia en el exterior. A los 17 años abandonó el país tras un puñado de partidos en el Griego cordobés y se embarcó a una aventura que lo llevó por el básquet de Italia, Serbia y Austria. A pesar de haber sumado aprendizaje en el Viejo Continente, el joven pivote regresó a Regatas Corrientes en 2013 para tener continuidad y la apuesta salió perfecta: fue la revelación de la Liga Nacional.
El pivote cordobés parece estar viviendo un sueño a menos de un mes para arrancar el Mundial y trata de aprovechar todos los entrenamientos con las estrellas. “Todos los consejos son bienvenidos, trato de copiar todo lo que hacen dentro y fuera de la cancha. Con verlos cómo entrenan es suficiente”, le dijo a 442 lleno de humildad.
En cuanto a las chances del Alma Argentina en España 2014, Bortolín es consciente de que no será fácil repetir viejas hazañas: “Esperamos hacer todo lo posible para llegar lo más lejos. Influyen muchísimo las bajas de Manu (Ginóbili) y Delfino, que son la base de la Selección.Ahora tenemos que trabajar mucho más”.
El futuro ya llegó a la selección. El recambio que parecía tener que esperar al menos hasta después del Mundial ya está en marcha y estas dos jóvenes torres deberán hacerse fuertes contra viento y marea para mantener a la Argentina en la élite.
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