El jefe de Asesores de Macri comió en la casa de Santiago Soldati y garantizó la victoria a CEOs y abogados. En el Este uruguayo hubo cautela por el año electoral y fiesta de la mano de Rattazzi.
LAVAGNA, ENTRE LO VINTAGE Y LAS OPERACIONES. En el enero esteño, la posible candidatura del ex ministro de Economía Roberto Lavagna fue un tema de conversación algo menor que giró alrededor de dos ejes: el primero, que el hombre en cuestión “suena vintage” para este país. “Acá fue presidente (Pepe) Mujica y ahora gobierna Tabaré Vázquez", de 83 y 79 años, respectivamente, comentó un constructor en un asado en Maldonado. Y aclaró que en Argentina es diferente “y no creo que los jóvenes se enganchen con un candidato así”.
El segundo ítem sobre Lavagna fue el rumor que circuló sobre una posible formula con Isela Costantini. Ex titular de Aerolíneas Argentinas que salió eyectada por una disputa con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, “nunca se vio con Lavagna ni habló”, contaron en su entorno. Algo similar dijeron en el lavagnismo, el incipiente micro-movimiento dentro del Frente Renovador. “Sería un golazo Isela, pero a la vez sería un problema para el Gobierno”, aventuró otro de los comensales mientras degustaba copa de camarones mirando el mar claro pero helado de la temporada en la costa uruguaya. El problema es que la fórmula no existe ni parece ir en camino. Pero hay un dato cierto: los que frecuentan a la ex General Motors conocen su visión crítica y su preocupación por la situación social. De todos modos, no parece decidida a volver a relacionarse con la política.
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TRAS LA OSADÍA DE PANCHO, MENOS OSTENTACIÓN Y MÁS CUIDADO. A los políticos y empresarios que van año a año a Punta del Este los sorprendió lo caro de algunos precios, sobre todo el del combustible. Es que Uruguay también atraviesa complicaciones económicas que alcanzan a su población. A tono con la mesura, hubo una dinámica distinta en las reuniones. “Más encuentros chicos, cerrados, y menos eventos”, describió un banquero del entorno del jefe del HSBC, Gabriel “Pájaro” Martino, uno de los que los armó. “Hay como una desazón general; cuidado, porque este es un año electoral y puede pasar cualquier cosa”, contó el jefe de una empresa de electro a Letra P.
Hubo un hito que también hizo que los funcionarios se mostraran menos: la osadía de exhibirse en cueros de Francisco “Pancho” Cabrera, el titular del BICE. Tan mal cayó la postal que minutos después de publicada la entrevista, el diario La Nación decidió cambiarla. De allí en más, Cabrera bajó el perfil y continuó el descanso con sus hijas en La Huella. Sí se los vio al jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta; a su jefe de Gabinete, Felipe Miguel; y Franco Moccia, el encargado de Desarrollo Urbano y Transporte. Paso veloz y bajo perfil tuvo también Dietrich.
Otro de los que circuló por las comidas, sobre todo en la primera parte de enero, fue el economista Carlos Melconian, que no ve con malos ojos volver a tener un rol colaborativo con Mauricio Macri en la campaña 2019. También dio charlas para clientes del banco JP Morgan.
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EL TANO JUNTÓ A TODOS EN TEQUILA. El jefe de la FIAT, Cristiano Rattazzi, suele ser el encargado de dar la última gran fiesta pública del verano, esa que reúne a la política y a los empresarios. Como siempre y esta vez sin dress code, se realizó en el boliche Tequila. No faltó nadie: Alejandro Bulgheroni, de Bridas y PAE; Daniel Funes de Rioja, vice de la UIA y abogado de la cámara alimentaria Copal; Gustavo Weiss, ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO); Carlos “Charly” Blaquier, de Ledesma; el titular de la Bolsa, Adelmo Gabbi; y Germán y Jorge Neuss, el segundo de los cuales vivió un momento incómodo cuando forcejeó con un seguridad que no lo dejó entrar a zona vip.
El que volvió a aparecer en un momento complejo fue Sebastián Eskenazi. Uno de los directivos de Grupo Petersen llegó con su esposa y se sentó a hablar largo con Bulgheroni en una mesa alejada. Su presencia -infaltable cada verano- sorprendió esta vez por darse justo en el momento en el que desde el Gobierno Nacional le apuntan los cañones por estar detrás de la causa que tramita en Estados Unidos respecto a la estatización de la petrolera YPF en los años del kirchnerismo.
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SOLDATI, EL HOGAR DE LA RE. “Vamos a ganar en primera vuelta”. José Torello, el Jefe de Asesores de la Presidencia, bajó la copa de vino y garantizó el Macri 2019 en una mesa nutrida pero privada. El anfitrión, un histórico del "círculo rojo": Santiago Soldati, quien cambió del viernes al sábado su almuerzo característico. Invitó su casa de Rocha, a escasa distancia de Punta del Este, al abogado Carlos Fontán Balestra, a Santiago Bagó hijo, a varios industriales y a Alejandro Bulgheroni, que llegó en helicóptero. También se sumó el empresario Martín Cabrales.
Soldati, secuestrado en 1973 por Montoneros, fue puntal de los negocios de las privatizaciones en los años 90 y es el pope de Comercial del Plata, una firma que cotiza en la Bolsa y con la que fue accionista de varias de las privatizadas de los servicios públicos.
En el Gobierno aseguran que la posición de Torello es la que buscarán instalar en la primer parte del año, en el marco del paquete de correr a la economía del eje y centrarse en lo que el macrismo considera “logros políticos e institucionales”. Dicen que Torello es uno de los más fanáticos del discurso del operador y publicista Jaime Durán Barba.
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