BOLIVAR. El gobierno de Nicolás Maduro militarizó 6 localidades del estado de Bolívar y su capital, Ciudad Bolívar, en donde hubo graves disturbios por el canje de billetes de 100 bolívares.
Las penurias de los venezolanos no cesan. El gobierno de Nicolás Maduro militarizó seis localidades del estado de Bolívar y su capital, Ciudad Bolívar, que fueron escenario de saqueos y vandalismo, a pesar de que el presidente tuvo que retroceder y prolongar la vigencia del billete de 100 bolívares hasta el 2 de enero y del toque de queda que decretó el gobernador Francisco Rangel Gómez.
También varios estados fronterizos fueron militarizados y el gobierno decretó el acuartelamiento del Ejército. Maduro ordenó el cierre de la frontera con Colombia y Brasil hasta el 2 de enero. Pese a la prohibición, en el Táchira los venezolanos intentaron pasar los puentes internacionales a pie para comprar víveres y medicinas en Cúcuta, Colombia.
En Bolívar, aún en domingo, los comercios, no solo de víveres sino de ropa, farmacias, agencias de coches y ferreterías y algunos bancos, fueron atacados por grupos que no respetan las leyes ni las muertes de tres de sus compañeros que fueron baleados durante los disturbios que se registraron en ese estado desde el viernes pasado.
“Ya el daño está hecho”, dijo el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, quien exige la destitución de Maduro por haber llevado al país a la ruina. La oposición pide la renuncia inmediata del mandatario, un punto que será debatido mañana en una Comisión Especial parlamentaria.
Ciudad Bolívar, situada al sur de Venezuela, la ciudad colonial e histórica del Libertador, patrimonio cultural de la Unesco, sufre los embates del vandalismo desde que Maduro decretó, la semana pasada, la muerte súbita del billete de 100 bolívares sin haber sido reemplazado por la nueva moneda, lo que desató la furia de los venezolanos porque las entidades bancarias se quedaron sin dinero en efectivo.
El estallido social en el estado Bolívar, que los oficialistas nunca esperaron que ocurriera en los 18 años de chavismo, ha sido devastador. Entre el viernes y el sábado los saqueos se saldaron con más de 115 comercios desvalijados, 3 muertes y más de 200 detenidos. En la zona minera de Tumeremo, en Bolívar, los saqueos comenzaron el mediodía del viernes, principalmente en negocios de ciudadanos chinos, situados en el centro de la zona: en total fueron afectados 40 comercios. Melvin Bastidas Rodríguez murió de cinco tiros, según el diario regional.
Estos disturbios se iniciaron tras una protesta que se registró en la entrada del municipio, donde los ciudadanos exigían una prórroga para depositar sus billetes de 100 bolívares. Al no obtener una respuesta, decidieron desvalijar los comercios de la reción. De igual manera, en la zona minera de El Callao se presentaron fuertes saqueos que dejaron 30 comercios afectados y cinco vehículos fueron destrozados por habitantes enfurecidos. Unas 27 personas resultaron con heridas leves.
En los disturbios hubo un muerto, Alejandro Guarayote, de 15 años. El joven se encontraba dentro de un local presuntamente saqueando cuando recibió un tiro en la región frontal. Murió en el lugar.
También en Guasipati se presentaron saqueos, con un saldo de 45 negocios afectados. Allí se registró otra muerte, la del joven Frenyerbeth Soto, quien recibió múltiples tiros durante los disturbios y saqueos.
El pánico y el terror que han sentido los empresarios los ha obligado a mantener cerrados sus negocios para evitar saqueos o porque no aceptan el pago en efectivo y tampoco en tarjetas de crédito o débito. El punto es que la empresa Credicard, de la cual el Estado es propietario del 30% de las acciones, no les ha devuelto su dinero después de haber sido intervenida hace dos semanas.
La penuria de los venezolanos se ha agudizado por la falta de dinero para comprar los productos básicos, como los escasos alimentos y medicinas, neumáticos y repuestos de los autos. La importación es del 80% del consumo y no hay dinero para pagar a los empleados de la administración pública ni de los 3 millones de pensionados.
Al desabastecimiento generalizado se suma la inflación galopante de 720% anualizada, según el FMI. La agencia Bloomberg estima que en alimentos la inflación supera el 1.500% en las últimas 17 semanas, según su medición diaria del precio del café con leche que se vende en las cafeterías de Caracas.
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