Por Elisabetta Piqué
El embajador argentino en Roma anticipa la misión comercial que llega mañana
"No hay tiempo de distraerse", dice Tomás Ferrari, flamante embajador argentino en Italia, sucesor en el cargo de Torcuato Di Tella. Reconocido diplomático que pasó un tercio de su carrera en la India, Ferrari llegó a Roma hace tres semanas y ya está trabajando a todo ritmo para el relanzamiento de las relaciones entre los dos países. Tras el acuerdo sellado con los holdouts, de hecho, el largo y penoso conflicto por los "tango bonds", que congeló la relación bilateral, ya es historia.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, viajó a la Argentina en febrero, recibió a Macri en esta capital en marzo y, en virtud de esta nueva "buena onda", mañana desembarcará en nuestro país una importante misión comercial formada por más de 80 empresas italianas, cinco bancos y tres asociaciones empresariales, algo que no se veía desde hacía tiempo.
"Se ha desatado como una tormenta", destaca, desde su nuevo despacho de la embajada de la Piazza dell'Esquilino, Ferrari, que acompañará a los cerca de cien empresarios que llegarán al país para una misión de tres días. Nacido en Buenos Aires hace 59 años, antes de llegar a Roma Ferrari estuvo cinco años en Bombay, en la India, como cónsul general. Embajador en Vietnam de 2000 a 2009 y con una mujer y dos hijas vietnamitas que aún no llegaron a Roma, en una entrevista con LA NACION Ferrari se mostró muy optimista. "Ahora hay entusiasmo, hay optimismo de los dos lados, y todos están mirando a la Argentina a ver qué va a pasar y mirando con expectativa. En realidad, ya se están lanzando. Cuando estuvo Renzi en Buenos Aires prometió el envío de una misión de empresarios lo más rápido posible", subrayó.
-¿Cómo es la misión comercial?
-Son unas cien personas y hay de todo. Hay muchas pymes, pero también hay grandes grupos, como Finmeccanica, la ABI (Asociación Bancaria Italiana) y aparte van cinco bancos, todos en misión exploratoria. Una de las cosas que notó Renzi cuando fue a la Argentina es que faltaban bancos italianos. De hecho, no quedó ninguno. ¿Cómo no hay un banco italiano si tenemos como 200 empresas, más las que queremos que vayan?, se preguntó. Sería normal que hubiera un banco italiano.
-¿Cómo es el programa?
-La misión es promovida por los ministerios italianos de Relaciones Exteriores y de Desarrollo Económico, y está organizada por el Instituto de Comercio Exterior Italiano, Confindustria (la UIA italiana) y la Asociación de Bancos italianos. Y se llevarán a cabo workshops de introducción al mercado argentino, así como sectoriales.
-¿A qué sectores apuntan?
-La idea es que las empresas se junten allí con las contrapartes, que vean qué oportunidades hay, qué arreglos se pueden hacer, con especial interés en energía renovable, infraestructura, agroalimentos, maquinaria, porque queremos inversiones en la Argentina. Una frase que dijo el presidente Macri cuando estaba con Renzi y que todo el mundo repite es: "Tenemos que dejar de ser el granero del mundo para ser el supermercado del mundo". Traducido, no exportemos sólo commodities, sino también productos elaborados. Si exportamos trigo, ¿por qué no traer la tecnología italiana para hacer pasta y hacer en la Argentina pasta de calidad italiana y eventualmente venderla en otros mercados? Esto sería una idea con cualquier producto alimenticio: elaborar y agregar valor con tecnología y marketing italianos.
-¿Italia quiere recuperar el terreno perdido en los últimos años?
-Sí, y rápidamente. La idea es un redesembarco. Nosotros lo promovemos y el Gobierno espera con optimismo.
-Si no se hubiera arreglado la cuestión de los "tango bonds", todo esto no sería posible...
-Por supuesto. Ya tuvimos la semana pasada aquí al ministro de Ciencia, Lino Barañao; al Consejo de la Magistratura, los fiscales y jueces. O sea, no hay tiempo de distraerse. La función mía es volver a reconectar, volver a aceitar la relación, empezar a viajar a las regiones. Hay un montón de cosas entre Italia y la Argentina que no pasan necesariamente por las instituciones gubernamentales y por la embajada. Entonces, todo eso es un volumen de cosas grandísimo. Además de la misión comercial en Buenos Aires, ahora vendrá en junio el ministro de Cultura, y también la Fragata Libertad está viniendo el 30 de agosto al puerto de Civitavecchia. No hace falta decir que, entre los embargos afuera, antes no estaba el ambiente como para que viniera.
Comentá la nota