Tolerancia cero en el PJ Córdoba

El Congreso Provincial del PJ, que se realizó el sábado en Villa Carlos Paz, dejó algunas novedades en relación al calendario electoral provincial para el 2015, muchas dudas sobre el funcionamiento político y financiero del “delasotismo-schiarettismo” cordobés, y la palpable sensación de que la “tolerancia cero” que José Manuel de la Sota impulsa como política de seguridad ciudadana y para el consumo de alcohol de automovilistas llegó para quedarse en el partido, que cada vez coquetea más con la idea de ser un apéndice autonomista provincial. A ver.

La dirigente Haidé Giri fue la única congresista provincial alineada al PJ nacional a la que llegó el telegrama de convocatoria al Congreso, pero le sirvió de poco. Cuando llegó al Hotel Portal del Lago, donde se realizó el encuentro partidario, la escribana pública que se certificaba la legalidad de los participantes, le negó el ingreso. “Usted no puede pasar porque ha sido candidata por otro partido”, fue el argumento que esgrimió la profesional para impedirle el paso. “Pero yo tengo el telegrama de convocatoria, y usted sabe que es una carta documento”, contraatacó Giri, médica de profesión. “Yo soy una empleada administrativa. Va a tener que hablar con la hija de Caserio”, blanqueó la escribana, que a esa altura quería solamente sacarse el sayo de encima, y más cuando algún caído del catre le insistía con que “busque en la G de Giri”. Pero la G no era el punto. El caso es un ejemplo. Hubo mucho «patovica» con el logo de «La Militante» por si alguien se desacataba.

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De la veintena de congresales provinciales del PJ que integran el Frente para la Victoria o están alineados al Gobierno nacional, Giri fue la única convocada. Otros, como los villamarienses Nora Bedano y Martín Gill, no recibieron telegrama. Luego de la sugerencia de la escribana, Giri fue a hablar con Mariana Caserio, quien a la sazón fue elegida ese mismo sábado como miembro de la Mesa Ejecutiva del Congreso. Pero no hubo caso. Mariana, quien hasta ese momento sólo era la hija del poderoso hombre de Punilla, no habilitó el paso, y la responsable de la Televisión Digital Abierta en Córdoba no pudo ir. “Me ningunearon, y yo tengo años de militancia en el peronismo”, se escuchó que reclamaba la dirigente K. En el PJ aseguraron que Giri “no quiso entrar”, y argumentaron que dirigentes de otros sectores no delasotistas, como Miguel Siciliano, Horacio Manzur, que responden a Olga Riutort, y Fernando Mazzuchi, de Diego Hak, ingresaron sin problemas al Congreso. “Y somos tan amplios, que hasta algunos otros entraron sin telegrama”, ironizó un peronista con sentido del humor. Hay que recordar que la situación sobre las listas de congresales viene precedida de polémica y confusión.

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Beatriz Halak, ex delasostista incondicional, intentó revertir el dictamen de la escribana en contra de Giri. “Vení que yo te voy a hacer entrar”, habría dicho la ex senadora nacional, que se encontró con su compañera peronista cuando ésta se alejaba del Portal del Lago. Pero la otra ya no quería más entreveros.

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No fue fortuito ni gratuita la decisión del PJ de no convocar a la veintena de congresales nacionales y populares. Sabían que la dirigencia del peronismo cordobés alineada al Gobierno nacional presentaría un documento reclamando la incorporación del PJ de Córdoba al PJ Nacional, abrir el peronismo cordobés “a un profundo debate político” a fin de permitir el protagonismos a otros afiliados, dirigentes y militantes, por eso del trasvasamiento generacional. Nada de eso, parecíera que esa palabra no tiene definición en el diccionario del «cordobesismo».

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Además de apertura, los no delasotistas reclaman que Córdoba adhiera al sistema de primarias que rige a nivel nacional, las Paso, para lo cual la Legislatura provincial debería sancionar una ley. Lejos de eso, De la Sota anunció por un diario la separación de los comicios provinciales de los nacionales, y adelantó que la provincia votará al próximo gobernador en agosto o septiembre del año que viene. Mientras el mandamás provincial habla de procesos transparentes (en alusión a la convocatoria a elección de gobernador por separado), puertas adentro no hay nada traslúcido y el partido más parece un club privado.

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“Fue el congreso más corto del que participé” y “duró lo que un pedo en un canasto”, fueron dos de las expresiones que este diario recogió sobre la extensión del encuentro en Carlos Paz. Con respecto al discurso de De la Sota, que vino luego de las exposiciones de los tres Carlos (Presas, Alesandri y Caserio), cuyas tesituras veremos más abajo, el gobernador dio un mensaje “no ya de candidato presidencial, sino de candidato a la ONU”, dijo un delasotista que esperaba más condimento local. “Habló de Brasil, de las exportaciones de los derivados de la soja, de que la opción del corredor a Chile no es seria, pero ni una palabra de política provincial”, recordó.

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Primero, Carlos Presas pidió la votación a libro cerrado de los balances partidarios de 2010, 2011, 2012 y 2013. “No había terminado de proponerlo cuando Domingo Carbonetti ya le había dado el aprobado, y a otra cosa”, comentó la fuente. Según un congresal algo más crítico, la aprobación de los balances ocultó una serie de “irregularidades” en las finanzas partidarias. “Se dice que para documentar los gastos del partido han tenido que comprar tres veces el mismo edificio”, graficó.

Segundo, Carlos Caserio impulsó la creación de una Mesa Ejecutiva con potestad para avanzar en política de alianzas y electorales. La Mesa quedó conformada por Domingo Carbonetti, la vicegobernadora Alicia Pregno y por Mariana Caserio. También la integran la concejala Alejandra Vigo (lo que habla de que la relación del delasostismo con Juan Schiaretti sigue en pie, aunque el ex gobernador no estuvo en Carlos Paz, y que sumó a Olga Riutort con la promesa de que será candidata a intendente dando por cerrado el libro de cuando eligió a Héctor Campana y la dejó de florero. «Vaya a saber qué otros intereses habrá por medio», espetó un dirigente un poco más despabilado), el ministro Adrián Brito, por los gremios, el legislador Dante Heredia por la Capital, y también por Capital pero en representación de los concejales, el edil “Tito”Lobo. Quien propuso a Lobo fue su par Claudia Martínez, lo que provocó el enojo de Eduardo Serrano, de la seccional Quinta y de Carlos Mercado, pequeñas refriegas dentro del bloque de UPC en el CD. Tercero, Carlos Caserio fue el más político de los tres Carlos y dio a conocer el informe elaborado por los diputados nacionales de Unión por Córdoba.

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Fue corto, pero bien servido, ma non troppo. Ni hablar del regado. Al finalizar el Congreso, los 134 (sobre 190 congresales) se encontraron con pata flambeada, sandwiches, empanadas árabes, papitas y palitos. “Nos hicieron comer todo con agua y gasesosa. Ni una gota de alcohol, ni una cerveza, nada”, se quejó un concejal sibarita y frustrado, que enseguida trazó la línea histórica del peronismo cordobés que va de la tolerancia cero al alcohol a la tolerancia cero al peronismo nacional.

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