Se profundiza la pelea por los sueldos municipales. Tironeos en el Concejo y el Ejecutivo que se mantiene firme. Scioli con dirigentes del PJ y el papel del ex intendente Barberena. ¿El kirchnerismo abre la cancha? La frase del presidente del comité de la UCR Leandro Prat:¿un mensaje hacia los socios locales de la Coalición?
El macrismo con la instalación de su candidato Agustín Carus y una estrategia muy estudiada, como ya se señaló hace una semana desde esta columna a propósito de la visita de Mauricio Macri. De todos modos, el destino judicial y político del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es la sombra en ciernes.
Mientras, el kirchnerismo azuleño atiende distintos flancos.
Uno de ellos es montarse sobre el reclamo del Sindicato de Trabajadores Municipales de un incremento salarial a través de una suma fija de 350 pesos, tema que se instalará en la sesión del Concejo Deliberante de este lunes, les guste o no a los ediles esperándose una nutrida presencia de empleados de la Comuna.
Omar Varela, el cuero duro
En el secretario general de los municipales, Omar Varela, hay que admitir que con todo el peso de una condena judicial (aún no firme) y el desgaste frente a la sociedad tiene el cuero duro para enfrentar al Departamento Ejecutivo, presionar al Concejo y trabajar fuertemente para el kirchnerismo desde las sombras instalando, además, la problemática salarial.
En este punto hay una cuestión irrebatible: la justicia del pedido.
La inflación ( esa enorme contradicción de los propios defensores del modelo K ) se lleva puesto los aumentos salariales acordados en su momento. ¿Y ahora?
Todo queda, entonces, atado al criterio del Departamento Ejecutivo y a lo que pueda hacer el Concejo Deliberante y en ese terreno, ya se sabe, la tentación por la demagogia es constante.
Desde la Comuna la postura es contundente: “no hay más plata para aumentar salarios más allá de lo acordado en su momento; el único camino es un incremento de tasas” y se encargan de recordar cuando del 15 por ciento original en el Deliberativo se la podaron al 7 %.
¿Un municipio sobredimensionado?
Hay una encerrona y es la cantidad de sueldos que abona la Municipalidad, convertida en la principal fuente de trabajo de Azul.
Las distorsiones se pagan con el tiempo; ¿cómo desarmar esa estructura con el costo social que implica ?
Es verdad, hay un aumento en la coparticipación provincial y se anunció la creación de un fondo a partir de deuda que emitirá la provincia pero que aún está en pleno debate.
Son 500 millones de pesos, de los cuales cien son para la obra del Riachuelo y la discusión es que el resto se distribuiría por índice de habitantes y necesidades básicas insatisfechas.
Los intendentes del interior bonaerense (propios y ajenos) han salido a cuestionar la metodología pues consideran que benefician sólo al conurbano y, por lo tanto, exigen que la distribución se haga por los índices de coparticipación.
Días conflictivos se avecinan en los que cada uno aprovechará desde su orilla para sacar algún provecho.
Pero hay una certeza: por fuera de lo que ocurra el lunes en el Concejo, la decisión final la tiene el Ejecutivo.
Reunión con Scioli
El kirchnerismo también tiene dilemas. ¿Cómo ser alternativa en serio para el 2011?
El dato más importante de los últimos días fue la reunión que el gobernador Daniel Scioli sostuvo con dirigentes de toda la provincia, entre ellos de Azul.
Sorprendió, si se quiere, la integración de la representación azuleña.
Estuvieron Gloria Bidegain, Alejandro Lozano, Mariel Urruti y Juan Barberena.
Edgardo Capelli, cuyo nombre apareció en la gacetilla de prensa de la Jefatura de Gobierno no estuvo.
La idea es armar una mesa de trabajo y encuentros sección por sección. ¿Una línea que bajó Néstor Kirchner ?
Hasta allí lo formal pero, ¿cuál es el trasfondo?
¿Qué hacía en ese encuentro Barberena junto a Bidegain?
El primero, un duhaldista paladar negro retirado de la política desde hace una década, más allá de alguna reunión, vuelve para jugar bajo el paraguas kirchnerista junto a algunos veteranos dirigentes de la séptima como Isidoro Laso o Aldo Sivero adaptados, como siempre, a todo servicio.
Ya se sabe la capacidad de mutación que tiene el peronismo.
Ordenar la sección, ponerle límites a José Eseverri y jugar una candidatura legislativa ( esto no confirmado aún ) serían los objetivos.
El laberinto K y Barberena
La pregunta es si Barberena hoy está en condiciones de “ordenar” al PJ local.
Si así fuera por el peso de su nombre, ¿qué papel pasarían a jugar, por ejemplo, la diputada Bidegain o el propio Lozano defensores a ultranza del modelo kirchnerista frente a un ex intendente que hace diez años que no habla?
Y en ese entramado hay que ir observando los pasos del dirigente Julio Varela, un especialista en lo que hace al manejo interno del peronismo y al archivo que muchos (propios y ajenos) ya están preparando.
Capelli, ausente del encuentro pese al texto oficial (con o sin aviso) también forma parte del formulario de preguntas K. El año pasado fracasó su candidatura legislativa con el sector de De Narváez. ¿Se lo quiere tener cerca para evitar nuevas tentaciones cuando se sabe, y dicho por él mismo, que no quiere postularse a intendente?
La mancha venenosa
Lo de la candidatura a Jefe Comunal se asemeja a la mancha venenosa.
El problema no es el municipio que se va sino el municipio que se viene adaptado a la nueva realidad del país.
¿Se banca el PJ una elección interna donde jueguen todos, incluidos dirigentes como Luis Conti hoy enrolado en las filas de De Narváez?
¿Hay una “orden” de Néstor Kirchner en esa dirección de la mano del kirchnerismo “blanco” del inmutable Scioli? Llegado el momento se verá.
Hoy la impresión, si la economía sigue su andar y el gobierno de Cristina mantiene su estrategia de consolidación, es que la batalla final será entre los diversos rostros del peronismo, tan acostumbrados a la metamorfosis, al impiadoso aroma del poder.
Por último, en la asunción de las nuevas autoridades de la Unión Cívica Radical, en un comité abarrotado y con la asistencia, entre otros, del intendente Omar Duclós, hubo una frase del flamante presidente Leandro Prat que no puede pasar inadvertida: “el radicalismo es la columna vertebral del Acuerdo Cívico y Social”.
¿Cómo se traducirá ese mensaje hacia el interior del frente armado en Azul?
Comentá la nota