2015 ya está en marcha y hay sondeos. Pulti, con un gesto a Scioli, se impondría en una interna ante Cheppi y Curuchet. Baragiola se desmoronó y Arroyo crece. Ni se alegren, ni se entristezcan: todavía falta.
Por los caminos subterráneos de la política marplatense circulan encuestas, versiones e informaciones sobre las preferencias electorales para el 2015. Todos saben que una foto de agosto/septiembre de 2014 se puede volver sepia y quedar totalmente fuera de foco el año que viene. Las celebraciones anticipadas pueden dejar en ridículo a más de uno.
Por el lado del peronismo kirchnerista, sciolista, vecinalista, el intendente Gustavo Pulti ya manifestó que quiere ir por un nuevo mandato para garantizarle a Acción Marplatense (AM) la permanencia al frente del Municipio de General Pueyrredon.
Además, en las últimas horas, al grupo de intendentes vecinalistas compuesto por Pulti, Marcelo Skansi (Carmen de Areco), Oscar Holzman (Coronel Rosales), Osvaldo Fuentes Lema (Coronel Suárez), José Martínez (Gonzáles Chaves), Carlos Sánchez (Tres Arroyos), Adrián Sánchez (Exaltación de la Cruz), Pablo Guacone (San Pedro) y Pedro Elizalde (Pinamar interino), los recibió el gobernador bonaerense y les pidió que mantenga su identidad.
Está claro que es una señal de estos intendentes para con el mandatario en su carrera hacia la Casa Rosada, donde el marplatense representa a la ciudad mas grande de todas las que participaron de la reunión. Pulti no solo está decidido a dar batalla, sino que además le hace un guiño a Scioli, quien tiene en Mar del Plata una imagen positiva que supera al líder del Frente Renovador, Sergio Massa. El desafío que tiene Pulti por delante no será fácil, pero en el marco del Frente para la Victoria es quien mejor mide, si se tiene en cuenta quiénes pueden ser sus potenciales adversarios.
Pulti ganaría casi sin complicaciones una interna contra Juan Curuchet, que ha demostrado muy incipientemente que tiene intenciones de ser candidato en la ciudad. La acción quedó solo en unos pasacalles y alguna que otra picardía en su interna con el diputado sciolista Rodolfo Iriart. Esa división lo deja como un dirigente con buena imagen, ya que pocos olvidamos su trayectoria deportiva, pero sin poder político.
Por el lado del ultra kirchnerismo, el que manifestó intenciones de volver a presentarse es el ingeniero Carlos Cheppi, que logró sumar un bloque de concejales sólido y hacerse del control del PJ local. Sin embargo, la falta de definiciones en cuanto a su regreso a Mar del Plata hace que no pueda despegar en las encuestas. Los votos del núcleo más duro del kirchnerismo no son suficientes para pelearle mano a mano al actual jefe comunal.
En definitiva, en una interna entre Pulti, Cheppi y Curuchet, por el nivel de conocimiento y exposición pública, las cartas estarían en favor del actual intendente. Así, al igual que lo que se piensa en la Casa Rosada, de generar una interna competitiva (SUR) Scioli-Urribarri-Randazo, en la ciudad sería PCHC (Pulti-Cheppi-Curuchet) que les permitiría salir fortalecidos frente a las demás fuerzas políticas y recuperar competitividad electoral, al tiempo de conservar el municipio en manos del actual oficialismo.
Por otro lado, está clara la situación de la concejal Vilma Baragiola, quien después del escándalo del video presentado en la justicia por Camioneros, espera el dictamen definitivo de la Comisión Especial Investigadora. En su descargo, la presidenta del cuerpo legislativo afirmó el video era “trucho”. Lo que Vilma no aclaró es por qué si el video era trucho su “hombre de confianza”, Antonio Costantino, renunció –aunque no le aceptaron la renuncia y fue removido-.
Después de su triunfo en las legislativas se consolidaba como la candidata casi indiscutida para ocupar el sillón de Gustavo Pulti, pero se desplomó en las encuestas y hoy se encuentra por debajo de los 20 puntos porcentuales y con fuertes tensiones internas, que ya no le permitirán hacer y deshacer a gusto, si es que se quiere mantener dentro del Faunen.
De los emergentes en el marco de la falta de nuevas figuras, está Carlos Arroyo que tomó licencia para dedicarse de lleno a la campaña y esta vez sí intentar llegar a la intendencia municipal. Muchos creen que la figura de Arroyo aparece además frente al descrédito de las fuerzas de la oposición que se han visto, de alguna manera, perjudicadas por el “baragate”. Gente cercana remarca la diferencia de Carlos con los demás porque es un hombre honesto y “la gente lo sabe”. Los demás sobreactúan cosas que después no pueden sostener en el tiempo.
Por el lado del massismo, las luces de alerta se encendieron en Tigre ya que Mar del Plata es una de la ciudades donde mas bajo esta el ex jefe comunal y no logra levantar. Por un lado, no encuentran una figura que tenga un alto nivel de conocimiento e imagen positiva en la ciudad, y la alianza subterránea con Baragiola hoy quedó sepultada. Por el otro, los ciudadanos marplatenses tienen una buena imagen del gobernador Daniel Scioli, quien verano a verano siempre se instala en la ciudad y hoy, según los sondeos que se conocen, superan por más de 10 puntos a Sergio Massa. Los marplatenses saben diferenciar entre Daniel y Pepe, ya que en la última elección José Scioli intentó ser senador y el electorado no le transfirió la confianza que sí tiene, aparentemente, en el gobernador. Por todo esto, no extraña que los principales armadores de Sergio Massa hayan vuelto a posar sus ojos sobre Arroyo.
La carrera será larga. No es momento de sentencias ni de afirmaciones inamovibles, pero el 2015 ya comenzó y las cartas están sobre la mesa. Semana a semana, mano a mano, la partida se irá desarrollando hasta llegar a la final que reordenará el poder político nacional, provincial y local. Por los próximos 10 años habrá que estar atento a las cartas que cada uno ponga en juego y cuanto estén dispuestos a arriesgar cada uno de los jugadores.
Hasta la columna que viene.
PD: la semana pasada no fue una adhesión al paro, sino efectos secundarios de la celebración de los 39. El camino a los 40 estará cargado de alegrías.
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