El oficialismo busca resetearse y cerrar heridas. Este jueves, en Nueva Chicago, convocan los movimientos sociales y se suma La Cámpora. Campaña, en veremos.
Por: Gabriela Pepe.
A tres semanas de la crisis que sacudió al Gobierno, el Frente de Todos (FdT) entra en modo campaña y se prepara para dar una muestra de unidad y fuerza territorial este jueves en el plenario organizado por los movimientos sociales en Nueva Chicago que contará con la presencia de figuras invitadas entre las que se cuentan dirigentes de primera línea de La Cámpora, intendentes del conurbano bonaerense y el presidente Alberto Fernández.
El evento tendrá peso simbólico en el proceso que atraviesa el oficialismo después de que la estrepitosa derrota de las primarias pusiera en crisis la unidad del espacio. La reunión pública de las fuerzas territoriales intentará enviar, hacia afuera y hacia adentro, la señal de que, más allá de las diferencias, el trabajo para el 14 de noviembre será mancomunado.
“Todos ayudamos a que se complique y también a que se resuelva”, define un dirigente que participa de la organización del evento, con el que todos los sectores buscarán terminar de calmar las agitadas aguas internas para encolumnar a dirigentes y militantes. Las señales estarán en las presencias. La Casa Rosada fue escenario en los últimos días de la organización del encuentro, en reuniones que encabezaron los líderes del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro, Emilio Pérsico, y Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, entre otros.
Navarro mantuvo este miércoles una reunión con el flamante jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires e intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, para buscar la participación de caciques del conurbano. También mantuvo diálogos con el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y secretario general de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, y con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Según pudo saber Letra P, ambos dirigentes estarán el jueves en Nueva Chicago.
La presencia de La Cámpora tiene una importancia singular. El ala que responde a Cristina Fernández de Kirchner dentro del FdT señala a las organizaciones sociales como parte del dispositivo que pretendió empujar hace tres semanas a Fernández a la ruptura con el cristinismo. El miércoles 15, cuando los funcionarios y las funcionarias con De Pedro a la cabeza pusieron sus renuncias a disposición del Presidente, los movimientos sociales convocaron para el día siguiente a una marcha a Plaza de Mayo para “bancar al Gobierno”. Fue Fernández quien les pidió, horas más tarde, que bajaran la convocatoria para frenar la escalada del conflicto.
Si la convivencia entre los sectores siempre había sido tensa, quedó aún peor después de ese episodio. “Vimos al Presidente en situación de debilidad y pensamos que había que mostrar fuerza para garantizar la vida de la coalición. No quisimos romper”, explica un dirigente que formó parte de aquella iniciativa.
En La Cámpora lo leyeron a la inversa. Los resquemores son históricos y se remontan, como hecho bisagra, a mediados de 2016, cuando el Movimiento Evita decidió formalizar su ruptura con el kirchnerismo, mientras Cristina estaba en el ocaso. Un año después llegó el enfrentamiento electoral, con el Evita dentro de la estructura de Florencio Randazzo. Más tarde, la reunificación, y el trabajo conjunto detrás de la candidatura de Fernández.
Ya en el Gobierno, las diferencias no tardaron en resurgir cuando comenzaron las discusiones en torno al manejo y el futuro de los planes sociales. Todo se potenció cuando la relación entre Presidente y la vicepresidenta estuvo a punto de quebrarse.
El acto estaba originalmente previsto para el sábado 2, en Ferro Carril Oeste, y contaba con el visto bueno del Presidente, pero un derrumbe en una tribuna obligó a reprogramarlo. En el proceso llegó la decisión de abrirlo a otras agrupaciones del FdT. Aunque en la Casa Rosada aún no confirman su presencia, Fernández está anunciado como orador de cierre del evento, que comenzará a las 15 en el estadio del barrio porteño de Mataderos.
Según los organizadores, se prevé la presencia de 15 mil personas, además de actos simultáneos en todas las provincias. El lema de la convocatoria será "Por la unidad y la victoria" y será el primer acto masivo del FdT desde que comenzó la pandemia.
Campaña, se busca
Con el nuevo escenario, los diferentes sectores buscan volver a unir las partes detrás de una campaña que comenzó a los tumbos tras la derrota y que, por ahora, no tiene una jefatura clara. En la Casa Rosada atribuyen ese lugar al nuevo jefe de Gabinete, Juan Manzur, que lo compartiría con De Pedro. Pero nadie se anima a confirmarlo de manera oficial. “Antes de las PASO, la campaña estaba mal conducida. Ahora no está ni siquiera conducida”, se lamenta un dirigente territorial que participó estos días de varias reuniones en Balcarce 50.
La estrategia sigue en proceso de elaboración. Las mesas de campaña están protagonizadas por el ala cristinista que forman, entre otros, Hernán Reibel y Santiago Álvarez; la nueva secretaria de Medios, Valeria Zapesochny, y los enviados del Presidente, como el vocero Marcelo Martin. Es un hecho, también, que el consultor que ganó protagonismo en la campaña es el catalán Antoni Gutiérrez Rubí, viejo conocido de todos los socios del FdT, que recomendó transmitir un mensaje optimista y apuntalar la narrativa del “sí”.
Gutiérrez Rubí hizo aportes propios a la decisión del Presidente de avanzar con micro acciones de campaña, las bajadas que hace al territorio, cuaderno en mano, para escuchar reclamos y demandas.
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