La Gobernadora entregó viviendas a 77 familias del norte capitalino. La Gobernadora destacó que en su gestión “esa cosa tan injusta de ir acomodando siempre al que era más amigo, para entregarle la vivienda, desapareció”.
La gobernadora Lucía Corpacci entregó ayer, en horas de la tarde, viviendas a 77 familias del norte capitalino, en un emotivo acto que congregó a una gran cantidad de vecinos. Entregó 45 viviendas construidas a través del programa Mejor Vivir II, 25 viviendas del programa Solhabitat y 7 viviendas sociales de tres dormitorios cada una. Las viviendas sociales cuentan con una estructura de 55 metros cuadrados y son construidas por cooperativas locales.
La jefa de Estado estuvo acompañada por el secretario de la Vivienda, Octavio Gutiérrez; el ministro de Obras Públicas, Rubén Dusso; el subsecretario de Asuntos Institucionales, Gustavo Aguirre; los legisladores nacionales Isauro Molina e Inés Blas; el intendente capitalino Raúl Jalil; la directora de la Casa de Catamarca, Yanina Martínez; la subsecretaria de Inclusión, Paola Fedelli; el director de Cooperativas, Juan Rosales; el jefe de la UDAI Anses, Sebastián Nóblega; el director de Justicia, Augusto Barros; el diputado Fernando Jalil y el concejal del circuito, Armando López Rodríguez.
“Miren, si hay alguien que camina los barrios, y los camina siempre, en épocas de elecciones y de no elecciones, es el sector del peronismo: toda la vida hemos estado más cerca de la gente y de los barrios que los otros sectores, y eso es una realidad. De la misma manera que siempre hemos estado más cerca del interior, donde más nos necesitan, porque ese es el espíritu de los gobiernos peronistas”, expresó la Gobernadora ante los vecinos de la zona norte de la Capital.
“Con una enorme satisfacción, puedo decir hoy que en estos cuatro años hemos cumplido en relación con la construcción de viviendas”, remarcó, y agregó para recordar que “en verdad, cuando iniciamos había gente que hacía 25 años que estaba anotada por una vivienda, y ahora hemos ido achicando la espera. No digo que no tenemos espera, todavía tenemos gente de cinco años, de seis años, pero esa cosa tan injusta de ir acomodando siempre al que era más amigo, para entregarle la vivienda, desapareció”.
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