El presidente de la Cámara de Transporte, Daniel Albanese, lanzó críticas sobre el sistema de boleto electrónico, planteó que los errores son “muy graves” ya que se pierden entre 500 y mil boletos por día y aseguró que, si el problema no se resuelve, el servicio corre “serio riesgo”.
El presidente de Eycon, la empresa ganadora de la adjudicación del Sistema Unico de Movilidad Ordenada (SUMO), Juan Curcio, salió a responder los cuestionamientos. En diálogo con El Eco de Tandil rechazó el modo en que se realizó el planteo y aseguró que hubo confusión en los conceptos vertidos por el dirigente.
También admitió que se encuentran abocados a resolver ciertos errores que surgen con el funcionamiento diario y que demandan correcciones, pero descartó que influyan del modo en que se planteó.
“Hay un sistema de boleto electrónico que en un día común cobra entre 40 y 50 mil pasajes”, dijo en defensa de la herramienta, y agregó que “por más que digan que no anda nada, todos los días demuestra que funciona”.
“No tiene incidencia”
A propósito de ello Curcio reconoció que existen algunas funciones que “estamos modificando” en el sistema pero que, en relación al volumen de pasajeros, “no tiene incidencia”. Y ejemplificó que “hay un caso que afecta a 14 personas por día y se plantea como una falla”.
En contraposición, expuso que en forma diaria 40 mil personas utilizan el servicio, por lo que no compartió la “proporción” frente a los pocos casos que pueden registrarse en esa cantidad de viajes.
Sobre los “errores”, sostuvo que se trata de situaciones que “no se tuvieron en cuenta al momento de arrancar el sistema” y que “en el funcionamiento, uno va ajustando”.
En cuanto a la caída de las transacciones marcadas por Albanese, que se ubican entre los 500 y mil pasajes, según dijo, Curcio objetó que el rango planteado responde a una falta de cálculo y evaluó que “la manera más fácil es culpar al boleto electrónico” y no analizar “si las frecuencias están bien o las unidades están limpias”.
Sin inmiscuirse en las cuestiones financieras, en relación al “perjuicio económico” enunciado por la Cámara de Transporte, valoró que en la actualidad las empresas que brindan el servicio “no tienen que contar dinero, no tienen que dar vuelto, hacer los depósitos, controlar a mano. Y todo eso no lo valorizan”. En definitiva, opinó que Albanese “cuenta todas las malas para el otro y así no funciona”.
“Si hay algo que el sistema soporta es una auditoría porque es trasparente”, ratificó el titular de Eycon, que redobló la apuesta al señalar que “si hubiesen detectado un problema en el cual nosotros tuviéramos un error monetario, presentarían casos puntuales”.
En ese sentido, reconoció la existencia de un inconveniente al señalar que “hemos tenido atrasos en colectivos que demoraban en enviar la información, entonces ese boleto que se le había cobrado a una persona en algunos casos demoró bastantes días en llegar a la compañía de transporte para que se lo paguen”.
“Lo reconocimos como un problema pero es una demora; nunca es que tomamos un boleto y lo quitamos de clearing para que no se les pague”, garantizó.
El detalle de los
kilómetros recorridos
Los inconvenientes con los GPS y el reporte de los kilómetros recorridos también generaron preocupación en la Cámara de Transporte, dado que a partir del año entrante los datos que resulten de los dispositivos serán necesarios para el cálculo de los subsidios que otorga la Nación a cada empresa.
Curcio aclaró que en ello también realizan ajustes ya que el contador de kilómetros del GPS “no estaba pensado para el pago de los subsidios”, sino que su función servía para “unir la distancia entre dos puntos”.
Dado que con los cambios implementados los datos que recojan los dispositivos serán utilizados para el control de las cifras asignadas, “lo que estamos haciendo es que ese número sea lo más exacto posible”, hecho que se logra “aumentando la cantidad de puntos para que las distancias sean lo más exactas posibles al recorrido realizado”.
“Estamos trabajando en eso y lo vamos a lograr”, se comprometió Curcio, quien rechazó posibles inconvenientes al señalar que “no peligra el pago de los subsidios por este tema”.
E insistió en que esta circunstancia “no influye en la rentabilidad de la empresa” ya que “los subsidios en la actualidad se pagan con el mismo método que hace cinco años”.
“Diálogo
constructivo”
Independientemente de los aspectos técnicos y la explicación esgrimida, el empresario bregó por un “diálogo constructivo” con las partes involucradas en el sistema y al evaluar las expresiones públicas, mostró desconcierto ante el acompañamiento inicial de la entidad y la colaboración brindada para la puesta en marcha del sistema.
Comprendió la preocupación frente a una disminución en la cantidad de pasajeros ante la existencia de usuarios que optaron por no hacer uso de la nueva herramienta o la demora en la transmisión de boletos, “pero de ahí a que sea un perjuicio económico es algo desproporcionado”.
En todo caso, si existiera tal desventaja, remarcó que el modo de solucionarlo es “juntarnos en una reunión de trabajo, como lo hemos hecho en todo lo que refiere a la tarjeta SUMO”. u
Inspectores en
las unidades
Entre las mejoras a implementar, y en respuesta a un pedido concreto de los transportistas, Juan Curcio adelantó que en los próximos días enviarán las terminales para que los inspectores puedan realizar los controles de pasajes arriba del colectivo.
En cuanto al funcionamiento, explicó que el encargado de realizar las tareas solicita a cada usuario la tarjeta, la pasa por el dispositivo y establece si se concretó o no el pago del boleto por el uso del servicio.
Dijo que en los primeros meses de puesta en marcha se le dio prioridad a definiciones en torno a los puestos de recarga y al funcionamiento en sí del sistema, dejando este aspecto “en el final de la lista”.
Una de las empresas de transporte ya cuenta con un aparato y confirmó que enviarán más a la ciudad para completar el número total.
“Era un requerimiento de los choferes ya que les servía para verificar el boleto arriba del colectivo” para evitar la evasión de los pagos por la ausencia de controles.
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