El dirigente piquetero mantiene la ocupación desde hace más de un año pese a las denuncias penales de la empresa Timbó que es propietaria de un establecimiento de unas 33.000 hectáreas, además de las 3.600 fiscales que obtuvo en la zona de Fuerte Esperanza con financiación estatal para su plantel ganadero.
En una semana de intensa agitación política por los casos de Guernica en el Gran Buenos Aires y la disputa entre los influyentes hermanos Etchevehere en Entre Ríos, saltó a la consideración pública una situación que maneja la Secretaría de Desarrollo Territorial, conducida por Marta Soneira y que activa el abogado Eduardo Schanton, que representa a la empresa afectada por la ocupación de tierras de la estancia Tapenagá, que pertenece a la empresa Timbó S.A.G.A.F.I. con domicilio en Buenos Aires, cuyo titular es Atilio Gibertoni, empresario de origen italiano pero con muchos años de actividad en nuestro país, especialmente en el plano agropecuario.
Si bien la usurpación se habría consumado en 2017, hasta ahora no hubo respuestas de la Justicia a pesar de que el equipo fiscal provincial tuvo dos intervenciones, con toda la documentación del caso y también ese equipo produjo un informe sobre presunto lavado de dinero que se elevó al fiscal federal Patricio Sabadini, con la base de que López introdujo elementos que importan un movimiento importante de dinero que el dirigente social no tiene cómo justificar.
DE 1.500 A 4.000 HECTÁREAS
En el ingreso a ese campo privado de amplia extensión que llegaría a 33.000 hectáreas, Tito López -según fuentes de la provincia- exhibió como aval un troquel de visita del relevamiento del equipo RUBH, determinado por una situación de conflicto, cuando en realidad no existe tal constancia, con ningún otro documento que acredite su ingreso formal a esas tierras.
La preocupación del gobierno es obvia por el respeto de las decisiones judiciales en casos similares que ratificó el presidente de la Nación, pero también en función de que se ha generado una tendencia, seguramente avalada por la impunidad de los movimientos de López, de organizaciones que aspiran a un ingreso en otros sectores de un establecimiento cercano a Cote Lai, comunidad de referencia para el primer tramo de pavimentación de la ruta 13 que acaba de iniciarse a intenso ritmo.
LÓPEZ, EN EL IMPENETRABLE
A pesar de que ha venido liderando manifestaciones de protesta que alteraron durante semanas la zona céntrica de Resistencia, en plena pandemia, y eso obligó al dictado de una restricción judicial, Tito López obtuvo 3.600 hectáreas asignadas por el Instituto de Colonización titularizadas a su nombre y familiares directos, donde desarrolla una actividad ganadera con el apoyo estatal para la radicación de familias rurales.
Hizo mejoras en el alambrado perimetral, instalaciones y vivienda para los puesteros, uno de ellos está a cargo del campo. Se agregan lotes en el excampo de tiro del Ejército con la construcción de viviendas y antecedentes de venta informal de lotes en la zona.
DOS CARAS DE LA MONEDA
El gobierno provincial desplegó un amplio operativo de desalojo en todas las situaciones de ocupación de predios urbanos, atendiendo a los reclamos de sus propietarios y lo mismo hizo para despejar el escenario del excampo de tiro donde espera desarrollar un programa muy ambicioso en materia de viviendas y desarrollo social.
Pero no se habían registrado casos de resonancia en materia rural, como ocurrió cuando no se comprobaron roturas intencionales de silos bolsa donde se almacenaba soja. Ahora se plantea una situación que activará a la justicia y tal vez incluya entre las decisiones del gobernador, que inevitablemente debe tomar al toro por las astas ordenando el desalojo, la propuesta que el propietario Atilio Gibertoni le ofreciera procurando atraer inversores a la zona.
No se descarta llegar a cerrar acuerdos por arrendamiento a productores de la zona y desarrollar un plan urbanístico inmobiliario en un sector de la estancia, teniendo en cuenta que el establecimiento, que es el único en esta provincia identificado de propiedad de un extranjero, cuyo tamaño supera al espacio de los campos de Eduardo Eurnekian, para establecer una comparación.
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