Este mes te traemos el perfil y la visión de Diego Manavella, presidente de la Mesa Nacional de Productores de Leche de Santa Fe
Allá por la década del 50, su abuelo y padre decidieron comenzar la travesía de armar un tambo. Durante más de 20 años, ellos mismos ordeñaron a mano hasta que empezaron a contratar personal para hacerlo. Comenzado el siglo XXI, Diego Manavella decidió continuar junto con su hermano el mandato familiar, y desde hace 13 años administran el tambo ubicado a tres kilómetros de la localidad cordobesa La Laguna, en el departamento General San Martín. En sus 400 hectáreas alquiladas tienen un sistema estabulado donde ordeñan 280 vacas y alcanzan una producción individual de 22 litros. Además realizan agricultura. El bichito de la dirigencia le picó en medio de las crisis de 2001, cuando miles de productores salieron a las rutas para reclamar mejores condiciones para producir. Dos años después pasó a integrar la comisión directiva de la Cámara de Productores de Leche de Córdoba (Caprolec). En el 2012, tras la renuncia de Pablo D´Angelo, se convirtió en el presidente de la entidad. Hoy está al frente de una de las Cámaras consideradas oficialistas por haber sido una de las pocas entidades que firmó el acuerdo de Rosario (que acabó con los bloqueos en agosto del año pasado, cuando se alcanzaron a tirar más de cinco millones de litros en una semana), por apoyar el proyecto de ley de lechería que se intentó aprobar en 2009 y se relanzó en el 2012, y por "no criticar" ninguna medida oficial, entre otras razones.
-Durante los bloqueos muchos tamberos denunciaron que había dirigentes que impulsaban a que se tirara leche y se bloquearan ciertas industrias para procurar dejar libre la entrada a las que ellos entregaban su leche. ¿Cuál fue su postura en este conflicto?
- En nuestra zona el conflicto se desarrolló diferente. Ningún productor ni dirigente quiso tirar leche para reclamar... lo que sucedió fue que apenas los productores llegaron frente a algunas industrias, éstas no mandaron sus camiones recolectores a los campos. Como entidad trabajamos muy fuerte para que no se tirara materia prima y pudimos solucionar muchas situaciones incluso prestando capacidad de acopio en los campos, porque había otras industrias que nunca dejaron de mandar sus camiones.
La semana del 6 al 10 de agosto se trató de una de las más tensas para la lechería nacional, que terminó por dividir a la producción entre oficialistas y opositores. Por un lado, las Cámaras accedieron a firmar un acuerdo en el que la industria se comprometía a mantener el precio pagado por los sólidos en mayo hasta fin de año y, por su parte, el ministro de Agricultura prometía la realización de un Estudio de Competitividad para hacer más equitativa la redistribución de los ingresos en la cadena, y del que actualmente hoy se siguen esperando sus resultados. De la vereda de enfrente, la Mesa Nacional de Productores de (MNPL), que nuclea a catorce entidades, consideró que el acuerdo no los representaba. Denunciaban que no sólo se había renunciado a una mejora del precio de la leche cruda sino que se estaba aceptando una baja encubierta por permitir que se mantenga el precio de los sólidos en un período de caída estacional y por aceptar un desdoblamiento de precios y volúmenes de la leche según destino de los mercados interno y externo.
-¿Por qué si el acuerdo de Rosario que firmó Caprolec junto a la Mesa de Productores de Santa Fe sirvió para destrabar un conflicto, la mayoría de las entidades se manifestaron en contra?
-En primer lugar las entidades firmantes fuimos cinco: Productores Independientes de Entre Ríos y las Cámaras de La Pampa, Santiago Del Estero, Santa Fe y Córdoba. La reunión en Rosario se extendió por más de seis horas y entendimos que la propuesta del sector industrial, si bien no era la esperada, conseguimos que no siguiera bajando los precios como lo pretendía... esto en lo que hace al negocio. En la práctica no se podía seguir en un conflicto donde se estaba poniendo en riesgo el normal abastecimiento de materia prima hacia la industria y en el cual el único perjudicado iba a ser el productor. En cuanto a los que se manifestaron en contra, cada asociado deberá hacer su propia lectura, nosotros actuamos con el consentimiento de nuestros socios.
-¿Qué opina de las acciones en el sector que lleva adelante el Gobierno Nacional a través de la Secretaría?
-Las acciones llevadas adelante son de mucha importancia, es la primera vez en la historia que el sector cuenta con una Subsecretaría. Sí consideramos que ya tienen que estar los Laboratorios de Referencia, herramienta fundamental para la total aplicación de la Liquidación Única. Pero no encuentro medidas negativas porque entiendo que los tiempos de la política no son los de los productores.
-¿Debe o no haber una ley de lechería? ¿Por qué?
-Sí, debe haber una ley de lechería. Es parte de los reclamos de 2001, y va a permitir estabilizar y proyectar este sector tan dinámico.
-Hay productores que denuncian que el proyecto no fue presentado y debatido correctamente. ¿Cuál es su opinión? ¿Por qué cree que no lo volvieron a presentar en la legislatura?
-El debate ya se realizó en el año 2009 y se aprobó en la Comisión de Diputados pero no fue tratado en el recinto por falta de quórum. En teoría, hoy está demorado por el Estudio de Competitividad, con lo cual vuelvo a decir que los tiempos de la política no son los de los productores.
-¿Cómo ve la propuesta de Caprolecoba de crear una entidad nacional única, representativa y participativa de los tamberos?
-No me cierra esta idea sobre todo cuando en la provincia de Buenos Aires, con el veinte por ciento de la producción total del país, hay cuatro Cámaras y cada una por su lado.
-¿Cómo ve el actual escenario de la lechería?
-Lo que nosotros les decimos a los productores es que tomen sus recaudos a la hora de invertir mientras sigamos en esta situación con el sector industrial que fija unilateralmente los precios. Cuando vean su capacidad abastecida caerán los precios al productor.
-¿Qué ve de positivo y de negativo participar como un representante de este sector y en la dirigencia de hoy?
-Lo positivo es lo que se aprende y los amigos que uno hace a través del tiempo. Lo negativo es que te quita mucho tiempo para atender la propia empresa y sobre todo la familia.
Por Andrea Palombo
Perfil del entrevistado
Edad: 37 años.
Estado civil: Casado con Evangelina Grosso. Tiene dos hijos: Agustín de 15 años y Ana Lucía de 6 años.
Hobbies: Pescar.
Libro favorito: Cuentos para pensar, de Jorge Bucay.
Película favorita: La Pasión de Cristo, dirigida por Mel Gibson.
Hincha de: Independiente.
Ideología política: No tiene.
Estudios: Secundario.
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