Limitarían la venta de un dispositivo que perfecciona la capacidad de tiro de los fusiles.
En un hecho que abre –tibiamente-- el debate sobre el control de armas, la Casa Blanca, la poderosa Asociación Nacional del Rifle y varios legisladores republicanos aceptaron hoy discutir la prohibición del mecanismo que transforma fusiles en armas automáticas, una pieza de venta libre que permitieron al asesino de Las Vegas matar el domingo a 58 personas y herir a más de 500 en un recital
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee, dijo que la presidencia estaba “abierta” a discutir el tema, pero puntualizó que la prioridad del presidente Donald Trump era “unir al país” y no encabezar ese debate. “Tenemos la expectativa de audiencias y otros esfuerzos para reunir información sobre esto, y queremos ser parte de esa discusión. Estamos abiertos a eso”, manifestó.
Pero el apoyo a esta medida sobrevino de un sitio impensado. Aunque es un pequeño paso para el control de los millones de armas que se compran y circulan en los Estados Unidos, la organización ultradefensora de la libre portación de armas (NRA, en sus siglas en inglés) avaló que se regulen estos dispositivos, algo absolutamente inusual para este grupo que siempre se ha opuesto tajantemente a cualquier limitación. Trump es un firme aliado de la NRA.
Doce de los rifles que se encontraron en la habitación del piso 32 del hotel Mandalay, desde donde Paddock disparó a mansalva contra las 22.000 personas que escuchaban música country, tenían adosado un mecanismo conocido como “bump stock”, que permite que un rifle semiautomático pueda disparar cientos de rondas por minutos, lo que explicaría el sonido constante de las ráfagas ininterrumpidas sobre la multitud y la cantidad de víctimas fatales. Los “bump stock” se pueden comprar libremente en las armerías de Estados Unidos y también online por menos de 100 dólares.
En un comunicado, La NRA dijo la organización “cree que los mecanismos diseñados para permitir que rifles semiautomáticos funciones como automáticos deben estar sujetos a regulaciones adicionales”.
Legisladores republicanos también admitieron estar dispuestos a discutir una prohibición de los “bump stocks”. “Obviamente es algo que debemos analizar”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan. El republicano Robert Goodlatte, presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos, también admitió que “vamos a analizar esto”. En el Senado, por lo menos dos legisladores republicanos -John Cornyn y John Tune- también emitieron señales de que estaban abiertos a esta discusión.
El legislador demócrata David Cicilline confirmó: “Estoy en medio de conversaciones concretas con cinco o seis de colegas republicanos” sobre el veto a los “bump stock”. “Nadie debería poseer estos mecanismos que transforman un fusil semiautomático en un arma equivalente a una ametralladora”, añadió.
La de Estados Unidos es la sociedad más armada del mundo. En un país con unos 320 millones de habitantes, hay 270 millones de armas pequeñas, contabiliza la Small Arms Survey. Es por lejos el país donde hay más muertes por armas de fuego en el mundo.
Los sucesivos gobiernos –tanto republicanos como demócratas-- han sido muy recelosos a la hora de limitar la portación y el acceso. Aunque muchos aceptarían algunos controles, los estadounidenses se oponen terminantemente a la prohibición del Bushmaster y otras variantes de rifles de tipo militar, como el AR-15, uno de los que usó Paddock, que son los más populares entre los consumidores. Por eso, y por la presión de la Asociación Nacional del Rifle, las iniciativas siempre fracasaron.
Ante la matanza con armas más sangrienta de la historia moderna del país, los políticos sienten que deben tener un gesto. La prohibición de los “bump stock” es algo mínimo que no servirá para paliar la furia de muchos. Pero al menos abre tibiamente el debate.
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