La candidata del PRO a la gobernación bonaerense es la vicejefa porteña, María Eugenia Vidal, pero su figura no tiene buenos resultados en las encuestas. Jorge Macri analiza disputarle la candidatura. El armado en el Conurbano y el interior de la provincia.
Se dice que puede ser el talón de Aquiles de Mauricio Macri. El lugar que, por su vastedad y la dificultad para enhebrar un armado político, siempre le resultó más hostil al PRO. La provincia de Buenos Aires. El macrismo trabaja contra reloj para que el candidato a presidente del PRO tenga una construcción digna en ese distrito, que siempre le resultó ajeno. A la candidata oficial del PRO, la vicejefa porteña María Eugenia Vidal, hasta ahora no la acompañan las encuestas, aunque en el PRO indican que lo central es el arrastre del candidato presidencial. En abril o mayo, Jorge Macri definirá si le disputa esa postulación. En su entorno dicen que la triplica en intención de voto.
“Macri abandonó la provincia”, fue una de las acusaciones del ahora massista Francisco de Narváez que más dolió en el PRO. La provincia de Buenos Aires siempre fue un territorio hostil para los macristas, que tuvieron mucha más facilidad para construir un armado sólido y con continuidad en el tiempo en la ciudad de Buenos Aires. Jorge Macri fue uno de los primeros que se animó a cruzar la General Paz (en los orígenes del PRO, sus compañeros de militancia lo miraban como quien cruza al territorio de los bárbaros) e iniciar un incipiente armado del PRO bonaerense, del que luego fue presidente. Después lo siguieron otros, como Néstor Grindetti, quien pese a ser el ministro de Hacienda porteño tiene en su casa un mapa de Lanús con alfileres de colores marcando los lugares clave. Pero el armado provincial siempre fue como remar en dulce de leche.
Para muestra están las candidaturas provinciales del macrismo: en 2007 y 2009 lo llevaron a De Narváez; en 2011, Jorge Macri dejó de lado una candidatura a gobernador y acertó al presentarse en Vicente López, donde se convirtió en el primer intendente del PRO. En 2013, los macristas tampoco fueron con lista propia: colaron tres diputados en las listas de Sergio Massa. Datos que revelan las dificultades bonaerenses.
Gobernadores amarillos
Este año es a suerte y verdad, con una candidatura propia. Los números de las encuestas que encargan los macristas no son, de momento, muy auspiciosos. “Vidal mide 3 por ciento, mientras que Jorge Macri llega al 8 por ciento y puede alcanzar el 10 por ciento”, indican en el PRO bonaerense. Sin embargo, el primo del jefe de Gobierno todavía no definió si le disputará la candidatura a la vicejefa porteña. Piensa esperar hasta mayo como plazo final. El ministro de Gobierno, Emilio Monzó, por ahora, hace equilibrio entre los dos.
Cerca de Vidal indican que esas encuestas no tienen importancia. “No cambia mucho cuando mide Jorge o María Eugenia. Lo importante es lo que mide Mauricio”, dicen. Curiosamente, algunos encuestadores muestran que Macri consigue buenos resultados en la provincia, aun con un candidato a gobernador que no repunte. En el entorno de la vicejefa creen que es una cuestión de tiempo que Jorge Macri anuncie su intento de ser reelegido en Vicente López.
Para apuntalar a su vicejefa, Macri probó suerte con un compañero de fórmula famoso: dijo que le gustaría que fuera el periodista Fernando Niembro. Esto sorprendió a Vidal, quien inmediatamente se mostró de acuerdo. ¿El problema? Niembro todavía no les dijo que sí. El ex secretario de Medios de Carlos Menem ya acompañó a Macri en diversas actividades de campaña, pero hasta ahora no se lanzó a ser candidato por el espacio.
Al menú de candidatos provinciales podría sumarse el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, que en los últimos días tomó distancia de Massa. Posse esperará hasta marzo para definir quién será su candidato a presidente. Jorge Macri salió a atajarlo: recordó que Posse era aliado del PRO y se quedó con el Frente Renovador e indicó que “antes de volver a estar juntos hay que hablar mucho”. Una señal de que el regreso de Po-sse no es tan bienvenido en el PRO, donde indican que perdió la confianza de su líder. “Mide menos que nuestros candidatos –sostiene uno de los dirigentes de peso en la provincia–. Y no vamos a repetir la payasada del Frente Renovador.” La alusión remite al pelotón de candidatos que tiene Massa, entre cinco y siete postulantes para la gobernación bonaerense.
El armado que falta
Macri dividió la provincia en tres grandes partes para avanzar con el armado y le encargó una de ellas a cada uno de sus lugartenientes: Jorge Macri está al frente de la primera sección electoral (norte del conurbano), el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, se ocupa del interior, mientras que la mano derecha de Vidal, Federico Salvai, está a cargo de la tercera sección electoral.
En esta división, la primera y el interior son los distritos más PRO, donde Macri levanta más votos, según las estimaciones de sus estrategas, mientras que la tercera sección –uno de los enclaves históricos del peronismo, que agrupa el sur y el oeste del conurbano– es hostil al jefe de Gobierno porteño. “Cuando ganaron en provincia, ni Massa ni De Narváez pudieron ganar en la tercera”, recuerdan los macristas.
En el PRO bonaerense saben que necesitan remontar esa dificultad: sostienen que están mejor en las secciones electorales cuarta, quinta y octava (La Plata) y que les falta consolidar la segunda y la séptima. Esta es la evaluación interna que hacen por estas horas en los equipos de campaña. “Para octubre va a estar”, dicen los más optimistas. “Tenemos equipos de trabajo en los 135 distritos. Es cierto que en algunos tenemos mejores candidatos que en otros”, afirman.
Intendentes y famosos
Los candidatos a intendentes se pueden dividir en dos grupos claros: en el primero se cuentan los militantes macristas que van a probar suerte en sus pagos, algunos por primera vez, como Gladys González en Avellaneda, otros con una constancia de elecciones pasadas, como Grindetti en Lanús o Ramiro Tagliaferro en Morón. Allí se puede contar además a Guillermo Montenegro en San Isidro y (si no juega a nivel provincial) a Jorge Macri en Vicente López.
Un segundo grupo lo integran los famosos a los que Macri busca sumar como candidatos para repetir el “efecto Miguel del Sel” que consiguieron en Santa Fe. En ese plan, está Tommy Dunster, ex conductor de Versus y actor en Rebelde Way y varias series estadounidenses, quien se sumó al equipo de campaña del PRO en Quilmes y suena como un posible candidato a intendente. El ex modelo parece entusiasmado, pero deberá enfrenarse a el otro candidato posible del PRO: el concejal Nunzio Miguel. Entró con Massa y hoy es macrista.
En la misma línea de sumar famosos, Macri presentó al futbolista Julio “El Jardinero” Cruz en Lomas de Zamora. El ex delantero de River le dio el sí a Macri y se dispone a dar batalla en uno de los distritos más adversos para los macristas. En La Matanza, en tanto, el candidato macrista será el ex árbitro Javier Castrilli (salvo que decida dejar el espacio y volver a último momento, como ocurrió en la elección pasada). El periodista e historiador Diego Valenzuela se sumará en Tres de Febrero.
Tres baches
Para otros distritos probarán con candidatos jóvenes como Ezequiel Pazos en José C. Paz, que competirá con sólo 28 años, o bien con glorias del duhaldismo, como Ruben Barabani, un médico veterinario que le disputará Ezeiza a Alejandro Granados. En Hurlingham, el candidato es Lucas Delfino, pero podrían sumarse otros candidatos como Ramón Fernández o Claudio Sivori. El subsecretario de Educación, Carlos Regazzoni, competirá en Almirante Brown; Pablo Alaniz, en Florencio Varela; Evert Van Tooren, en Esteban Echeverría; Pablo Delía, en Saladillo. A este último lo acompañará el ex jugador Julio “El Vasco” Olarticoechea. El ex denarvaísta Héctor Gay será el candidato en Bahía Blanca, mientras que en La Plata se disputan la candidatura el radical Sergio Panella –impulsado por Monzó– y el macrista Julio Garro, un hombre de Jorge Macri.
Tres distritos muy simbólicos todavía no tienen candidato macrista: Tigre, Merlo y Malvinas Argentinas, tierras de Massa, Raúl Othacehé y de Jesús Cariglino. Para el primero, pensaron en el rabino Sergio Bergman, quien finalmente desistió y hoy piensa en postularse para jefe de Gobierno porteño. En Merlo tenían como candidato a Gustavo Menéndez, pero se fue con Daniel Scioli. Intentaron convencer a la diputada Laura Alonso, pero reculó ante Othacehé.
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