26 diputados del FpV no fueron. "Te vas a meter la lengua donde no tenes pelotas", gritó Conti al lilito Sánchez.
Un tercio de los diputados kirchneristas evitaron sentarse en sus bancas para respaldar a Julio De Vido, que sufrió viendo como más de 25 compañeros de su bloque no aparecieron por la Cámara de Diputados cuando se aprobó la resolución para habilitar el allanamiento en cualquiera de sus domicilios.
El proyecto autoriza al juez federal Luis Rodríguez a irrumpir en las propiedades del ex ministro, quien a través de sus abogados evitó que allanaran un departamento suyo en Capital Federal en el exclusivo barrio de Palermo Chico sobre la avenida Libertador, amparándose en sus fueros de diputado.
Como relató LPO, Cambiemos y el Frente Renovador acordaron un proyecto de resolución para habilitar a Rodríguez a irrumpir en ese u otro domicilio del ex ministro.El kirchnerismo primero intentó resistir el proyecto, afirmando que no hay porqué autorizar un allanamiento que la Justicia nunca exigió de manera formal al Congreso.
De Vido tuvo que soportar sentado en su banca, ver como 25 compañeros de bloque se ausentaban del recinto para no votar el rechazo al allanamiento a su domicilio.
Pero no hubo caso y este jueves el macrismo -respaldado por el Frente Renovador, el Bloque Justicialista de Diego Bossio y otros bloques opositores- consiguió aprobar el proyecto con 137 votos a favor. El kirchnerismo duro apenas logró sumar 50 votos en contra y la abstención del propio De Vido.
Pero el dato llamativo más llamativo es que entre los 69 ausentes en la votación, 26 fueron del FPV-PJ y sus 3 aliados habituales, que evitaron sentarse en sus bancas para no quedar pegados a De Vido y la reciente imagen de su ex mano derecha José López tirando bolsos con casi 9 millones de dólares al interior de un convento.
Entre los ausentes estuvieron los seis diputados del Movimiento Evita, que poco después de la votación convocaron a una conferencia de prensa para anunciar su salida del bloque del FPV-PJ. Se trata de Leonardo Grosso, Remo Carlotto, Araceli Ferreyra, Silvia Horne, Andres Guzman y Lucila De Ponti.
También estuvieron ausentes la sciolista Cristina Álvarez Rodríguez, el también bonaerense Gustavo Arrieta; los rionegrinos María Emilia Soria y Luis Bardeggia; el entrerriano Jorge Barreto y la santafesina Silvina Frana (responde a Omar Perotti).
Quedaron vacías las bancas de la ex ministra de Defensa Nilda Garré, el metalúrgico Abel Furlán; los chaqueños Sandra Mendoza y Analía Rach Quiroga; Norman Martínez (Neuquén), Ana Llanos (Chubút); y los formoseños Inés Lotto y Juan Carlos Díaz Roig, aquejado por problemas de salud.
Entre los kirchneristas que se borraron para no respaldar a De Vido, se destacan Nilda Garré, Sandra Mendoza, Cristina Alvarez Rodríguez, Carlos Heller y Gomez Bull, intimo de Máximo.
Y no fueron los tres aliados: Carlos Heller, Juan Manuel Pereyra y Oscar Martínez. Ni siquiera los diputados de La Cámpora dijeron presente en su totalidad: faltaron Mauricio Gómez Bull, Cristina Britez, Martín Pérez y José Ruiz Aragón.
Como explicó LPO, el ex ministro de Planificación había reaparecido ayer en el Congreso y generó tensión en el bloque, donde ya se hablaba de las posibles ausencias del Movimiento Evita y algunos diputados que responden a gobernadores, como los tucumanos. La defensa sólo la ejercieron los legisladores de La Cámpora y los ultrakirchnerista.
Conti, la defensora
Durante el debate, la más férrea defensora de De Vido fue Diana Conti, que calificó el proyecto del macrismo como un "acto de onanismo público" y advirtió que aprobarlo sería "poner nuestras partes pudendas en exhibición para degradarnos ante otros poderes del Estado". "No nos disparemos a nuestras partes pudendas", insistió.
Suelta de lengua, la diputada ultrakirchnerista pidió nuevamente la palabra para responderle al lilito Fernando Sánchez, que la había aludido. Conti lo acusó de ampararse "bajo la pollera de una diputada para hacer su carrera política" y de sacar "gorilaje de sus venas".
Luego, Conti se fue al pasto, ante el griterío de todo el bloque de Cambiemos. "Sánchez, la rueda de la vida da vueltas y te vas a tener que meter la lengua donde ahora no tenes pelotas para metertela", gritó, enfurecida.
Mucho más calmo que Conti, De Vido tomó dos veces la palabra para defenderse. El ex ministro arrancó afirmando que "hay temas bastante más importantes que este" y aseguró que "desde hace más de 8 años me encuentro a disposición por esta causa", la que sigue el juez Rodríguez.
"Jamas he negado información, jamas he frenado un allanamiento", continuó De Vido, que agregó que en el operativo de la discordia "buscaban información sobre un contador que tenía domicilio fiscal (en donde vive el ex ministro) pero jamas había vivido en esa casa". "El objeto de esta medida era tener información sobre una sociedad comercial y no sobre mi persona. Yo no soy un libro contable ni una sociedad comercial", se victimizó.
El diputado habló de la "persecución política de la que estoy siendo victima" y agregó que el proyecto del oficialismo para allanarlo "es una clara sobreactuación política de (Pablo) Tonelli", el autor. "No tiene otro objetivo que el escarnio, el agravio, la mentira y la presion sobre el fuero federal", exclamó.
De Vido también dijo sufrir el "escarnio de los medios de prensa" y para el final de su primera alocución le dejó una recomendación al oficialismo. "Ya tienen todos los jueces federales presionados. No necesitan guiños o genuflexiones de este recinto", ironizó.
El segundo discurso de De Vido llegó luego de que Elisa Carrió lo calificó como "el más grande cajero del ex presidente Kirchner y de Cristina Kirchner a lo largo del tiempo y López sólo era el valijero como lo era (Claudio) Uberti".
"No he sido ni soy cajero de nadie. He trabajado durante 50 años", le respondió el ex ministro, que también aclaró que está "a disposición de la justicia". "La causa no está paralizada, el doctor Rodríguez está avanzando", agregó, con un tono amigable para el juez.
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