La economía precisa que el peronismo se renueve. Blair se hizo católico en un país anglicano y piensa que el papa Francisco defiende a los trabajadores.
uando todavía se descontaba la reelección de Macri, en marzo, el presidente del bloque de diputados del PRO, Nicolás Massot, dijo: “Cambiemos se puede quedar seis o diez años, pero después va a venir el Partido Justicialista reciclado”. Massot es discípulo de Emilio Monzó, el más prominente representante del ala política del PRO, claramente enfrentada a la que tiene a Jaime Duran Barba como mentor, quien está en las antípodas: “El peronismo es el pasado, la oposición que le gane en futuras elecciones a Macri surgirá de un nuevo partido y no del peronismo”. El reciclado del peronismo es el tema más importante de la política argentina actual, la falta de confianza de los inversores en la economía de Macri obedece también a la falta de certeza sobre que pueda generarse en Argentina una oposición racional al Gobierno y que todos, inversores y ciudadanos, no queden prisioneros de Macri o Cristina Kirchner. La economía precisa que el peronismo se renueve y Cristina Kirchner deje de ser alternativa de gobierno Aunque le sea más cómodo competir con Cristina Kirchner en un ballottage, un peronismo reciclado sería aún mejor para Macri y su economía que una buena cosecha, porque aportaría confianza en que se mantendrán determinadas políticas de Estado. Pero ¿cómo se lo reclica? ¿Cuál es el modelo de ese futuro peronismo? ¿Cómo salir de la patética imagen de la gerontocracia de Barrionuevo o Gioja al frente del partido? ¿De qué forma modernizar al PJ? NUEVO LABORISMO. Con 41 años, Tony Blair es primer ministro tras modernizar su partido. Con la reina y su madre, la expremier Margaret Thatcher y con soldados en Irak. Uno de los caminos posibles ya lo recorrió Inglaterra, que tiene el más antiguo partido de los trabajadores: el laborismo, y que después de gozar de muchos triunfos pasó por un período de acumulación de derrotas hasta que, a fines de los 90, se modernizó bajo la consigna de Nuevo Laborismo y ganó tres elecciones consecutivas para jefe de Estado con el mayor porcentaje de votos de la historia de Inglaterra. Su artífice, y creador de la doctrina de la Tercera Vía, es Tony Blair, protagonista central del comienzo del siglo XXI, de la política posbipolar y de la globalización, como lo refleja la galería de 12 fotos que acompaña esta columna. En su gobierno de una década, pasó del fin de la era de Margaret Thatcher al pre Brexit, y de los últimos años de Carlos Menem en Argentina hasta la llegada de Cristina Kirchner. Blair con Nelson Mandela, Vladimir Putin y Néstor Kirchner. El Partido Laborista inglés ganó su primera elección 25 años antes que el peronismo, en 1920, e hizo su reconversión de un partido de obreros a un partido de empleados en servicios, de clase baja a clase media, en 1997. Si se tratara de una regla de tres simple, al peronismo le tocaría coronar con éxito ese mismo cambio ganando las elecciones de 2022 o, por nuestro calendario electoral, en 2019 o 2023. En cualquier caso, comenzando ahora mismo, porque la renovación interna lleva un tiempo para producirse. Blair junto al magnate Rupert Murdoch, y los entonces presidentes Bush (h), Clinton y Obama. En un extenso reportaje realizado este jueves en Londres (ver página 40), Tony Blair cuenta cómo transformó a su partido y explica su doctrina de la Tercera Vía, que coincide en mucho con la ideología del papa Francisco. ¿Blair es peronista, como Bergoglio? ¿El Papa es el primer peronista de la Tercera Vía? ¿Bergoglio se opuso a Néstor Kirchner mientras era cardenal y luego sostiene al kirchnerismo residual para que sus componentes sanos se sumen a ese futuro “Nuevo Peronismo”? Blair se hizo católico en un país anglicano y piensa que el papa Francisco defiende a los trabajadores Un tema interesante es el papel de los sindicatos en ese nuevo armado. En el Partido Laborista, que surgió de una unión de sindicatos, los secretarios generales de los sindicatos (junto a los parlamentarios) integran el grupo colegiado que elige al líder del partido. Es interesante leer la visión de Blair sobre cómo los sindicatos pueden ser parte del problema y tienen que ser parte de la solución. El cambio también debe llegar al peronismo.
por Jorge Fontevecchia
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