Massa pasó por Mar del Plata y dejó postales con empresarios y políticos. Las posturas de cara al balotaje generan rispideces y, en algunos casos, buscan confundir. El gobierno municipal empieza a convencerse de que mejorará la relación con Kicillof. Los decks, lejos del diseño establecido.
Por: Ramiro Melucci.
Pedir un nombre del futuro gabinete de Guillermo Montenegro es como pedirle a Javier Milei un elogio del Estado. Preguntar en el Concejo Deliberante por los tiempos de los proyectos claves para la gestión municipal es como preguntarle a Sergio Massa a cuánto estará el dólar el 21 de noviembre. Aventurar aspectos de la política sin saber quién será presidente es, en fin, como tratar de adivinar el futuro.
Mar del Plata, como todo el país, está en suspenso hasta el 19 de noviembre. Todo lo que se pueda anticipar ahora podría cambiar según quién sea el nuevo inquilino de la Casa Rosada. La incertidumbre está justificada: el país que promete Massa es muy distinto al que promete Milei.
Tras su triunfo en Mar del Plata y al cabo de una semana ardua por la odisea que resultó conseguir nafta, el ministro de Economía volvió en campaña a la ciudad. El candidato de Unión por la Patria juntó en el Hermitage Hotel a 400 empresarios de distintos rubros, en una postal de fuerte impacto en la que también dio señales del esquema político de Unión por la Patria en la ciudad: a su diestra se ubicó el secretario de Economía del Conocimiento, Juan Manuel Cheppi; a la izquierda la directora ejecutiva de la Anses, Fernanda Raverta. También cenaron en la mesa principal el director de Desarrollo Turístico de Aerolíneas Argentinas, Ariel Ciano, y el líder de Acción Marplatense y diputado provincial electo de UP, Gustavo Pulti. El ministro no deja nada afuera: luego armó un encuentro aparte con el grupo que lidera el director del Correo Argentino en la ciudad, Rodolfo “Manino” Iriart.
La campaña oficialista busca contrastar en cada lugar lo que sucedería con uno u otro de presidente. A su paso, Massa mencionó el Previaje y Pulti, memorando los males de la convertibilidad, pariente cercano de la dolarización, habló de pulóveres marplatenses o camisetas chinas. Desde el Concejo Deliberante llegó otro obsequio inesperado para el candidato: el repudio unánime a las declaraciones de Diana Mondino, posible canciller de Milei, sobre el derecho de los isleños en Malvinas. Logrado en virtud de la ausencia del libertario Alejandro Carrancio, y en tiempos en que las controversias de Mondino ya habían mutado al mercado de órganos. La velocidad con que se dicen las barbaridades es imposible de alcanzar para cualquier cuerpo legislativo.
En la reunión con empresarios, gremialistas y políticos en el Hermitage Hotel, Massa sentó a su derecha a Cheppi y a su izquierda a Raverta.
Con Montenegro sin sugerir a quién votar, el radicalismo neutral y un sector del PRO jugado por Milei, el oficialismo local empieza a poblarse de individualidades que, si no anuncian su voto por el candidato de La Libertad Avanza, fustigan a Massa. Ya a esta altura está claro que habrá una colaboración en la fiscalización. Figuras principales de Juntos en Mar del Plata no descartan pronunciarse llegado el momento. El radicalismo, en cambio, osciló entre la nostalgia y el enojo. Nostalgia por los 40 años de la recuperación de la democracia y los recuerdos a Raúl Alfonsín. Enojo por los intentos de confundir la postura partidaria.
Al homenaje de las autoridades locales al pie del busto de Alfonsín le siguió otro, en el mismo lugar y con pocas horas de diferencia, de los dirigentes de origen radical que formaron parte del Frente de Todos y militan en Unión por la Patria. Llevaron una bandera con las imágenes de Néstor y Cristina Kirchner y Alfonsín. La difusión de la foto coincidió con un momento de confusión. El presidente del Comité Nacional, Gerardo Morales, dijo que iba a hacer todo lo que tuviese que hacer para que no gane Milei, en una frase que fue interpretada como un guiño a Massa. Y en Buenos Aires, otro grupo de radicales K coreó “Sergio Massa presidente de la mano de Alfonsín”. La seguidilla forzó a la UCR a aclarar su posición. En Mar del Plata, el comunicado salió con una advertencia sobre el “uso desleal de los símbolos partidarios”.
En el gobierno municipal ven que todo está transcurriendo según lo estipulado. La coalición resiste en la ciudad. Del segundo mandato de Montenegro solo están dispuestos a adelantar que habrá una reconfiguración, pero sin dar nombres ni establecer siquiera cuándo se producirá. Puede comenzar el 10 de diciembre, pero algunos cambios de fondo podrían demorarse hasta el 1 de marzo, que es cuando se inauguran las sesiones ordinarias del Concejo. “Mar del Plata no es como otras ciudades. Cambiar mucho antes de la temporada no es razonable”, opinó un hombre de la mesa chica del jefe comunal.
Cerca de Montenegro juran haber reunido indicios de una mejor relación con Axel Kicillof. “En cuatro años no dialogamos tanto con él y sus principales funcionarios como en estas últimas dos semanas”, exageran. La Legislatura será un ámbito para seguir de cerca el vínculo: Alejandro Rabinovich, hombre de confianza de Montenegro, continúa como presidente del bloque de Juntos en el Senado.
Con el radicalismo neutral y un sector del PRO jugado por Milei, el oficialismo local empieza a poblarse de individualidades que, si no anuncian su voto por el candidato de La Libertad Avanza, fustigan a Massa.
En el plano de la gestión resultó auspicioso ver, después de promesas y postergaciones, la adjudicación del CEMA Batán tras las elecciones generales. Prenda de consenso entre Montenegro y Pulti en los últimos presupuestos municipales, la construcción implicará una inversión de $ 857 millones y demandará cerca de un año.
En la misma parte de la balanza pueden ubicarse las obras de infraestructura que se realizan en el Parque Industrial. Buena parte de las intervenciones, ejecutadas por Obras Sanitarias, permitirán la instalación de Lamb Weston y la radicación de otras empresas, al mismo tiempo que el municipio explora otros predios para un segundo parque.
Como contrapeso asoma la repetida falta de convicción para regular los decks. La campaña electoral no pareció el momento oportuno para que el Ejecutivo hiciera cumplir la ordenanza que establece las pautas de diseño. Pasaron los 180 días de la reglamentación sin que nada ocurriera. La contundencia del discurso referido al orden y el cuidado de los espacios públicos choca de frente cuando se mira la heterogeneidad de esas estructuras, que en temporada baja se utilizan menos y se descuidan más.
Son días en los que, por el suspenso político y la incertidumbre económica que aporta el balotaje, todo marcha con parsimonia. El Ente de Turismo y Cultura lo sufre en cada negociación para contratar shows de cara a los festejos por los 150 años de Mar del Plata. Como adelantó LA CAPITAL, Tan Biónica será uno de ellos. El resto de la grilla es aún una incógnita.
A la espera de las definiciones, el titular del ente, Bernardo Martín, cuestionó la decisión del Gobierno nacional de no trasladar el feriado del 20 de noviembre: dijo que privará a Mar del Plata de recibir a 120 mil turistas. También reprodujo y celebró el anuncio de la llegada de Flybondi y de nuevos servicios de Flecha Bus hacia Mar del Plata. Tal vez trate de disimularlo, pero se nota: en ambos casos subrayó el incremento de la conectividad en un tono más laudatorio que el que suele utilizar cuando los anuncios son de Aerolíneas Argentinas y lo usufructúan los rivales de Montenegro.
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